El presidente Xi Jinping ha reiterado el compromiso de
China a contribuir con el esfuerzo mundial de combatir el calentamiento global.
En este sentido el mundo está a la espera de que los países puedan ponerse de
acuerdo en la reunión en París del COP21 sobre los compromisos para reducir las
emisiones de dióxido de carbono y reducir también el uso de combustibles
fósiles.
Dentro de los países que se espera hagan los principales compromisos están los mayores emisores mundiales de gases de efecto invernadero: China, Estados Unidos e India. Es interesante que China y los Estados Unidos llegaran a un acuerdo sobre este tema cuando el presidente Xi Jinping y el presidente Barack Obama se reunieron en noviembre del año pasado en el marco de la cumbre de la APEC en Beijing.
China en un plan de acción presentado a la ONU en junio de este año se comprometió a reducir las emisiones de dióxido de carbono por unidad del producto interno bruto en un 60 a 65 por ciento para el año 2030, desde el nivel del año 2005 (el doble de lo que la India, por ejemplo, se espera que haga). Además de esto, Beijing ampliaría la participación de los combustibles no fósiles en su consumo de energía primaria a alrededor del 20 por ciento de la canasta energética del país.
Es muy elogiable lo que China está haciendo para contribuir a alcanzar un resultado exitoso de la reunión COP21. China es el primer país en desarrollo que se ha comprometido a poner un límite a las emisiones de CO2. No sólo eso, China ya está tomando medidas para utilizar la energía limpia. El año pasado China invirtió alrededor de 90 mil millones de dólares en el sector de las energías renovables, más de una cuarta parte del total mundial. También en el año 2017 China implementara un sistema nacional de comercio de emisiones de carbono.
En su 13avo Plan Quinquenal que comenzara en el 2016, a medida que China continua con su transición a una senda de crecimiento bajo en carbono, poniendo énfasis en los servicios, en sectores de alta tecnología, se espera que reduzca sus emisiones de CO2. También la gente es cada vez más consciente de la contaminación en China y hará de sus ciudades más limpias. La ciudad de Beijing por ejemplo, en el objetivo de reducir las partículas PM2.5, que son emitidos por los vehículos y que constituyen el 31 por ciento de los contaminantes totales, planea reducir en un 25 por ciento para el año 2017 de los niveles de 2012, según lo ordenado por el gobierno central.
China puede hacer también una contribución importante al mundo con el suministro de tecnología de energía renovable. China es el mayor productor y exportador de paneles solares, turbinas de viento, y la caída continua de los precios de éstos deben ayudar a los países en desarrollo en la reducción de la contaminación. Otras energías limpias donde China está poniendo mucho énfasis es en la energía de la biomasa, la energía hidroeléctrica, la energía geotérmica, y en el uso seguro y eficiente de la energía nuclear. Ya en el sector de la energía nuclear China ha logrado un alto desarrollo y está exportando esto al mundo.
El camino de desarrollo verde perseguido por China debería ayudar a cumplir su responsabilidad que tiene como la segunda economía más grande del mundo y el mayor emisor de efecto invernadero. China ya cuenta con la tecnología y la voluntad de contribuir a un mundo más limpio. Se espera que otros países sigan el ejemplo de China y asuman compromisos para una exitosa reunión de la COP21.
Dentro de los países que se espera hagan los principales compromisos están los mayores emisores mundiales de gases de efecto invernadero: China, Estados Unidos e India. Es interesante que China y los Estados Unidos llegaran a un acuerdo sobre este tema cuando el presidente Xi Jinping y el presidente Barack Obama se reunieron en noviembre del año pasado en el marco de la cumbre de la APEC en Beijing.
China en un plan de acción presentado a la ONU en junio de este año se comprometió a reducir las emisiones de dióxido de carbono por unidad del producto interno bruto en un 60 a 65 por ciento para el año 2030, desde el nivel del año 2005 (el doble de lo que la India, por ejemplo, se espera que haga). Además de esto, Beijing ampliaría la participación de los combustibles no fósiles en su consumo de energía primaria a alrededor del 20 por ciento de la canasta energética del país.
Es muy elogiable lo que China está haciendo para contribuir a alcanzar un resultado exitoso de la reunión COP21. China es el primer país en desarrollo que se ha comprometido a poner un límite a las emisiones de CO2. No sólo eso, China ya está tomando medidas para utilizar la energía limpia. El año pasado China invirtió alrededor de 90 mil millones de dólares en el sector de las energías renovables, más de una cuarta parte del total mundial. También en el año 2017 China implementara un sistema nacional de comercio de emisiones de carbono.
En su 13avo Plan Quinquenal que comenzara en el 2016, a medida que China continua con su transición a una senda de crecimiento bajo en carbono, poniendo énfasis en los servicios, en sectores de alta tecnología, se espera que reduzca sus emisiones de CO2. También la gente es cada vez más consciente de la contaminación en China y hará de sus ciudades más limpias. La ciudad de Beijing por ejemplo, en el objetivo de reducir las partículas PM2.5, que son emitidos por los vehículos y que constituyen el 31 por ciento de los contaminantes totales, planea reducir en un 25 por ciento para el año 2017 de los niveles de 2012, según lo ordenado por el gobierno central.
China puede hacer también una contribución importante al mundo con el suministro de tecnología de energía renovable. China es el mayor productor y exportador de paneles solares, turbinas de viento, y la caída continua de los precios de éstos deben ayudar a los países en desarrollo en la reducción de la contaminación. Otras energías limpias donde China está poniendo mucho énfasis es en la energía de la biomasa, la energía hidroeléctrica, la energía geotérmica, y en el uso seguro y eficiente de la energía nuclear. Ya en el sector de la energía nuclear China ha logrado un alto desarrollo y está exportando esto al mundo.
El camino de desarrollo verde perseguido por China debería ayudar a cumplir su responsabilidad que tiene como la segunda economía más grande del mundo y el mayor emisor de efecto invernadero. China ya cuenta con la tecnología y la voluntad de contribuir a un mundo más limpio. Se espera que otros países sigan el ejemplo de China y asuman compromisos para una exitosa reunión de la COP21.