martes, 31 de enero de 2017

Presentaran Revista sobre estudios del Asia Pacifico

Presentaran Revista sobre estudios del Asia Pacifico
El miércoles 8 de febrero a las 6.30pm en el Salón de Grados de la Facultad de Economía de la UNMSM se presentara la “Revista Peruana de Estudios del Asia Pacifico”, que ha sido editada por los Profesores de la Universidad de San Marcos Carlos Aquino Rodríguez y Augusto Hernández Campos.
Es la primera Revista en el país que trata de los temas del Asia Pacifico, región que cada vez adquiere una mayor importancia en el mundo. La región del Asia Pacifico comprende las dinámicas economías del Asia bañadas por las aguas del Océano Pacifico, como China, la segunda economía más grande del mundo, Japón, Corea del Sur, Indonesia, y otros. Cada vez el Perú tiene más relaciones económicas y políticas con esa región.

El objetivo de la Revista es difundir los estudios y análisis del Asia Pacifico, y proponer políticas para que el Perú tenga una mejor relación con esa región.  

lunes, 30 de enero de 2017

El TPP, Trump, China, y el Perú

Con la decisión de Trump de retirar a EE.UU. del TPP este acuerdo ha perdido mucho de la razón de ser, que era de posibilitar el acceso al mayor mercado del mundo que el resto de los 11 países querían. Así las cosas lo que queda al resto de países son varias alternativas: Primero, tratar de formar los 11 países restantes un acuerdo comercial, un TPP de 11 países; Segundo, unirse al otro grupo que se negocia en la región Asia Pacifico como el RCEP encabezado por China; Tercero, cada país del TPP buscar acuerdos comerciales con EE.UU. o con el resto de países con los cuales no tiene acuerdos comerciales.
La primera alternativa, de un TPP de 11 países no parece que despierte entusiasmo en esos 11 países. Varios de ellos, como Japón y Vietnam, han dicho que un TPP sin EE.UU. no tiene mucho sentido pues la razón de ser del TPP, y por la que demoro tanto tiempo las negociaciones, y por lo que acordaron abrir su mercado como nunca lo habían hecho, era por el atractivo de ingresar a EE.UU. Esto es especialmente el caso de Japón, Vietnam y Malasia. Estos países asiáticos que han tenido o tienen aún algunas medidas para proteger su mercado, acordaron abrirse más en vista a ingresar al mercado de EE.UU. el mayor en el mundo. Abrieron su mercado no solo para el ingreso de más bienes y servicios, sino acordaron adoptar estándares comunes para la mano de obra (sindicatos libres e independientes del Estado), normas ambientales más estrictas, compras del Estado abiertas a la competencia extranjera, respeto más irrestricto a la propiedad intelectual, resolución de disputas inversor-Estado ante tribunales internacionales, etc.
Si negocian un TPP entre los 11 no tendrán la presión de acordar términos tan estrictos en los sectores mencionados como los que pedía EE.UU. Así que un TPP entre los 11 será diferente a un TPP con EE.UU. Por ejemplo, es difícil creer que Japón acuerde abrir tanto su mercado como lo abrió en el TPP con EE.UU. al resto de países, ahora que EE.UU. no está en el TPP. Entonces, es probable que los 11 países opten por la tercera alternativa, de negociar un TPP con EE.UU. por separado y con el resto de países con los cuales aún no tienen TLC.
La segunda alternativa, de unirse al otro acuerdo comercial en marcha, el RCEP, no será nada fácil, y por dos razones. Primero, el RCEP, agrupa a 16 países, el grupo ASEAN + 6. ASEAN (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) se refiere al grupo de 10 países que son: Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Tailandia, Singapur, y Vietnam. Los 6 restantes son China, Corea, Japón, India, Australia y Nueva Zelanda. El problema con el RCEP es que aun las negociaciones entre ellos no han terminado. Debió terminar el 2016 pero lo han postergado para el 2017.
El RCEP, quiere principalmente tener un área de libre comercio de bienes y servicios, de inversión entre ellos, pero enfrenta dificultades dado el gran nivel de disparidad de desarrollo entre sus miembros y especialmente el grado de protección que algunos de ellos dan a ciertas de sus industrias. Por ejemplo por un lado están aquí Japón y Australia, dos países bastantes desarrollados y con una base industrial bastante competitiva, y que están liberalizando sus sectores (ambos estaban en el ahora abandonado TPP) y por otro lado se tiene a la India, que es más proteccionista incluso que China en muchos de sus sectores industriales, en la agricultura, y tiene bastantes límites a la inversión extranjera.
Entonces las negociaciones para terminar el RCEP probablemente tome tiempo, y recién después que termine se podrían incorporar los países del TPP que quieran ingresar. Pero aquí surge la otra razón por la que no será fácil para los miembros del TPP unirse al RCEP, y es que el RCEP debería ser un acuerdo significativo para que los miembros del TPP consideren atractivo ingresar a él. Hasta ahora no es así, ya que se considera que el nivel de liberalización perseguido por los países del RCEP es demasiado bajo y podría ser considerado un acuerdo de "baja calidad". Contrariamente al TPP, el RCEP como se indicó busca principalmente la liberalización del comercio de bienes (e incluso en este tema el sector agropecuario no estará totalmente abierto), considerará en parte la liberalización de los servicios y no considera otros temas como los que se ocupó el TPP (normas ambientales, estándares laborales, compras del gobierno, etc.). La responsabilidad de concluir pronto un acuerdo significativo en el RCEP está en las dos mayores economías en desarrollo del grupo, China e India, porque son reacias a abrir sus mercados en algunos sectores y lo protegen de la competencia extranjera.
Por último, está la tercera alternativa de que cada país del TPP negocie acuerdos comerciales con los países con los cuales no tienen aún acuerdos. Estas negociaciones serian acuerdos bilaterales, y es la que Japón por ejemplo al parecer busca empezar con EE.UU. El l0 de febrero el Primer Ministro japonés Shinzo Abe se reunirá con el Presidente Trump en EE.UU. y al parecer pedirá que se negocie un TLC bilateral. Esto es lo que también buscaría EE.UU. pero pedirá muchas concesiones a Japón y buscara abrir más su mercado de lo que hubiera logrado con el TPP. Abe parece se está preparando para ello y se está reuniendo con empresarios japoneses, y con el de Toyota también, para que inviertan más en EE.UU. y para que probablemente compren más productos de EE.UU. Esto sería algo parecido a los que se vio en los años 1980s cuando EE.UU. logro que las compañías de autos japonesas le exporten menos autos y las obligo a poner plantas en los EE.UU. (el llamado “comercio manejado” manifestado en las famosas “restricciones voluntarias a las exportaciones”), o cuando en la segunda mitad de esa década de 1980s Japón también acordó venderle menos acero a EE.UU. Esto último se hizo cuando Robert Lighthizer, el actual Representante de Comercio de EE.UU., era el Representante Adjunto de Comercio, así que él tiene experiencia en esos temas.

Para países como el Perú, que ya tiene TLC con varios países, entre ellos con EE.UU. y Japón, lo que queda es buscar acuerdos comerciales con los que aún no tenemos, y estos son Australia, Brunei, Nueva Zelanda, Malasia y Vietnam.

The new global economic environment under Trump, and the future of economic integration in the Asia Pacific region


The administration of US President Donald Trump is set to bring an economic environment where protectionism would be the norm. If we look at the Trump cabinet members in charge of trade, as the US Trade Representative, the Secretary of Commerce and especially Peter Navarro, the Director of the new created National Trade Council, all of them are in favor of imposing restrictions in countries like China that run a trade surplus with US.

In his first day in office Trump signed an executive order to withdraw the US form the TPP, the Transpacific Partnership agreement, TPP. TPP included 12 member countries: Canada, US, Mexico, Peru and Chile in the American continent and Japan, Vietnam, Malaysia, Singapore, Brunei, Australia and New Zealand in the Asia region. Without the US, a remaining 11 member countries agreement will have not much meaning as all countries in the TPP were expecting to gain additional access to the big US market. TPP was being sold as the most advanced trade agreement because it would open the markets for trade in goods and services without restrictions, liberalize investment regime and establish common standards for government procurement, labor standard, environment issues, and so on.

The negative of the Trump administration of withdrawing from the TPP also has another consequences as this scheme was part of a strategy of the Obama administration of getting more involved in the East Asia region. The so called US “pivot to Asia” included also an increase in the number of military units in the region and more political engagement with it, but the masterpiece was the TPP. This was important not only in economic terms, especially to increase US trade and investment in the region and in this way balance China increasing presence in it, but also the TPP was considered, by the Defense Secretary of Obama, Ash Carter, as equivalent to have another aircraft carrier in the region.     

So, what would bring the Trump administration for the members of APEC and the Asia Pacific countries? A lot of uncertainty regarding the continuity of an open trade and investment system and a possible confrontation with China. This could be a severe blow to the economies in the region as most of them have been able to grow fast thanks to an open trade and investment regime that APEC particularly was promoting.

In this scenario and in order to avoid or minimize the upheaval that the Trump Administration could bring to the region what is needed is for countries to reaffirm their commitment to an open environment for trade and investment. Also there is need for a new leadership to continue this process. Up to now US was that leader, pushing other countries to open their markets. That will no longer be the case, as US will put barriers on its own market and withdraw from signing trade agreements or even could renegade of some of them (or perhaps United States would negotiate bilaterals FTAs and put tough conditions for the other country).

APEC has established a goal of achieving a Free Trade Area of the Asia Pacific, FTAAP, and this commitment was reaffirmed in the APEC Summit last November in Peru. To achieve the FTAAP the APEC Leaders` Declaration mentioned that two pathways could be used, one the TPP, and the other the Regional Comprehensive Economic partnership, RCEP, that comprises sixteen countries, all of them from the Asia region (the 10 countries of the ASEAN group plus six: Japan, China, South Korea, India, Australia and New Zealand). But with the TPP out of the scenario the one that remains is the RCEP. So RCEP should be a meaningful agreement so the other APEC members not included in the RCEP, especially from the American continent, find it attractive to consider it as a pathway to the FTAAP. So far that is not the case, as still negotiations have not finished among the RCEP countries and especially because it is considered that the level of liberalization pursued by RCEP countries is too shallow and the consequence could be an agreement of “low quality”. Contrary to the TPP, RCEP mainly looks for liberalization in trade of goods (and even in this subject the agricultural sector will not be totally open), will partially consider liberalization on services, and does not consider other issues that TPP deals with. The responsibility for concluding soon a meaningful agreement in the RCEP rest in the two largest developing economies in the group, China and India, because they are reluctant to open their markets in some sectors and they protect it from foreign competition.

But China and India should be interested in opening more their markets. China economy has grown very fast but there are many companies, especially state owned ones that are no competitive and survive thanks to government subsidies and protection from foreign competition. China cannot afford to keep anymore all of those companies, as they generate not only an increasing debt that is overburdening the economy, but also they are the cause of overinvestment, the pollution and even corruption, that are becoming a daunting problem. In the case of India the reason for opening its economy is more evident because as for example India has a lack of many things compared to China, as physical infrastructure of transport and communications, energy, and, as opposed to China where the government invested a lot of money in these areas, India government has no capacity to do that so it should welcome foreign investment in these sectors. Also India should welcome more foreign investment in the manufacturing sector, as in China, to use its abundant cheap labor force (though this will also demand a more flexible use of the labor force in India that actually is not possible yet).        

Regarding the need for a new leadership the natural candidate should be China, as the second largest economy in the world and as the country that have benefited the most from an open trade and investment system. More than 150 countries in the world have now to China as its mayor export market or largest trade partner (even for US now China is its biggest trade partner), China increasingly invests more abroad (now invests more abroad than what receive as foreign investment). So China has now a biggest stake in the welfare of their partners and in the world economy. And the world economy needs to China, as can be seen in the fact that in the last decade this country has contributed with more than one-third to the growth of the global economy.

miércoles, 18 de enero de 2017

China e India: Dos gigantes en movimiento

China e India: Dos gigantes en movimiento
                                                                                                                           Carlos Aquino                                                                                                                                                      
China e India lideran el crecimiento económico en el mundo, y siendo los países con la mayor población del planeta, están destinados a ser las mayores economías. Y en los dos últimos años India está creciendo más que China y al parecer esto se mantendrá así en el futuro previsible. De acuerdo a las últimas estadísticas de las NN.UU., por ejemplo en el 2015 y 2016 India creció 7.3% y 7.6% respectivamente mientras China creció en esos años 6.9% y 6.6%, y para el 2017 y 2018 se estima India crecería un 7.7% y 7.6% mientras que China solo un 6.5% en cada uno de esos dos años.[1]
Actualmente China es la segunda economía más grande del mundo e India es la novena, pero estos países habían sido siglos atrás las dos más grandes economías del planeta. Por ejemplo de acuerdo a un reciente estudio en el año 1400 la economía china representaba un 30% del total mundial, mientras que la india un 25%. En el año 1700 China representaba un 22.3% e India un 24.5%  del total mundial y seguían siendo las dos más grandes, algo que se mantuvo probablemente hasta el año 1800, pero para el año 1900 ya EE.UU. se había consolidado como la economía más grande con un 15.8% del total mundial, la segunda China con 11.9%, tercero el Reino Unido con un 9.4%  y cuarto la India con un 8.6% del total. Hacia 1950 la participación china en la economía mundial había caído a 3.8% y la de India a 4.1%.[2]
Las razones por las que China e India dejaron de ser las dos más grandes economías, y cayeron después son varias pero la principal es que la Revolución Industrial empezó en Occidente y China e India sufrieron el embate de invasiones y la colonización de Occidente principalmente. Pero China desde 1979 e India desde 1991 emprendieron reformas económicas que incluyo la apertura de su economía a la inversión y mercados externos. Desde ese momento han crecido en forma rápida, especialmente China, que desde 1979 al 2011 creció en promedio a 10% anual, pero desde el 2012 su tasa de crecimiento se ha desacelerado.
Pero si bien estos países tienen en común que crecen a altas tasas, hay muchas diferencias entre ellos, las que pasamos a mencionar a continuación:
1.     India es una democracia, con un sistema de partidos, donde cada cierto tiempo por elecciones hay una alternancia en el poder. Hay un Congreso, una prensa libre y una sociedad civil que es un contrapeso muchas veces al gobierno de turno. En cambio China está gobernado por un partido único, el comunista, y donde este controla todos los mecanismos del poder, como el Congreso y donde no hay una prensa libre. Ahora estas diferencias en el sistema político se dice han influido en el desarrollo económico y el ritmo de crecimiento de estos países pues por ejemplo al tener China un gobierno autoritario le ha sido fácil implementar políticas económicas, llevar a cabo el gasto público, realizar inversiones sin mayor oposición del Congreso o de la opinión pública. En cambio en India, al tener un sistema democrático las leyes o políticas tiene que ser aprobadas por el Congreso o sometidas al escrutinio público y a veces hay oposición y la aprobación de las medidas demora y su implementación también.
2.     China ha emprendido reformas económicas más profundas que la India. Por ejemplo hay mucha más inversión extranjera en China que en la India, y una de las razones para eso es que en China la mano de obra barata que tenía fue ampliamente y fácilmente empleada por esas empresas pues este país tiene un mercado laboral flexible, donde las empresas pueden ajustar el número de trabajadores empleados de acuerdo a la necesidad de sus negocios. En cambio la India tiene un mercado laboral rígido, donde no es fácil para una empresa contratar trabajadores y después dejar de emplearlos.
3.     China es un país relativamente más homogéneo en términos de etnias o de religión. La población china es mayormente de la etnia Han, en un 94%, y existen algunas minorías nacionales, pero mayormente no ha tenido problemas con estas, y tampoco en el tema de religión, aunque a veces se han presentado problemas en la provincia de XInjiang  de mayoría musulmana. Además el mandarín es el idioma oficial hablado por prácticamente todos, a pesar de que existen bastantes dialectos regionales. En la India si hay más diversidad, en etnias, religión y lenguajes, donde la población se divide en una variedad de etnias. En la religión si bien la mayoría, un 80%, profesa la religión hindú, hay una población musulmana calculada en un 14% del total, y han habido enfrentamientos entre los seguidores de estas religiones antes, aunque en los últimos años se ha calmado, a pesar del resurgimiento de un nacionalismo hindú. En cuanto a idiomas, a pesar de que el hindi es el idioma oficial, se calcula que menos de un tercio de la población la habla, y el inglés es muy usado en la administración publica pero también hay idiomas regionales oficiales como el bengalí, tamil, urdu, y otros más. Un aspecto que es problemático en la India es la existencia de castas, asociada a la religión hindú, que si bien es cierto de acuerdo a la Constitución de la India se abolieron después de la independencia, aún persiste en la sociedad, y las castas inferiores muchas veces son discriminadas, y tienen por eso menor acceso a la educación y trabajo (a pesar de las políticas en marcha para favorecerlas con cuotas en esas áreas por ejemplo).
4.     India tiene un sistema legal más desarrollado pues tiene una historia más larga con un sistema de mercado, aunque con fuerte protección de la competencia extranjera e intervención del Estado, especialmente antes de 1991, que China que salía de una economía socialista en 1979 y empezó a utilizar las fuerzas del mercado desde esa fecha. En India el uso del inglés es más difundido y esto podría ser una ventaja también, como puede verse por ejemplo en que es sede de muchos servicios de Call center y también se ve en el desarrollo del software, comparado con China, que es más fuerte en el desarrollo, producción, de hardware.
5.     China tiene una economía de más de 11 billones de dólares, unas cinco veces la de la India. El comercio exterior de mercancías es más importante para China y su volumen es de seis veces más (En exportaciones el 2015 China vendió al exterior 2.275 billones de dólares, India solo 267 mil millones de dólares)[3]. La población de China es de casi 1,400 millones, unos 100 millones más que la de India, pero todo indica que hacia la mitad de la próxima década la población de la India será mayor que la de China. A partir de ese momento la población china disminuirá, mientras la de la india seguiría creciendo. India tiene y tendrá así por dos décadas más una gran población joven, y mano de obra barata. China la tiene cada vez menos y esa es una de las razones que explican porque la tasa de crecimiento de su economía ha caído de un 10% promedio entre 1979 al 2011, al 6.5% actual. Además, como India empieza de una base menor, su economía tiene margen para crecer a tasas más altas que China por los próximos años.
6.     Por último, habría que señalar que India tiene un gran potencial como se señaló, pero un gran problema es la falta de infraestructura física de transportes y comunicaciones, y de energía, campos donde China le lleva una gran ventaja.
7.     Los problemas comunes que atraviesan ambos países son la contaminación ambiental, la disparidad en el ingreso (aunque China ha avanzado más en el desarrollo de su área rural que la India, y tiene menos porcentaje de su población debajo del nivel de pobreza), y la corrupción.               
  

miércoles, 4 de enero de 2017

La relación China y EE.UU. en un gobierno de Trump

La relación China y EE.UU. en un gobierno de Trump
                                                                                                         Carlos Aquino*
La asunción al gobierno de Donald Trump el 20 de enero ha creado toda una incertidumbre sobre cómo será la relación entre EE.UU. y China, las dos economías más grandes del mundo. Se teme que Trump imponga restricciones al comercio con China, o restringa las inversiones chinas en EE.UU. Esto tendría un impacto no solo en la relación entre los dos países sino en el resto de la economía mundial, pues estos dos son los motores de la economía global, con una Europa que crece muy poco.
Revisemos la relación entre estos países en el tema del comercio y la inversión y que puede pasar en esos campos en la nueva administración de Trump.
Primero, viendo la relación comercial, en el comercio de bienes, EE.UU. exporto a China el año 2015 unos 116 mil millones de dólares o un 7.7% del total de sus ventas al exterior, e importo de China 502 mil millones de dólares o un 21.7% del total, y a Canadá exporto 279 mil millones de dólares o un 18.6% del total, e importo 301 mil millones de dólares o un 13% del total. Para EE.UU. China es desde el 2015 su mayor socio comercial (su primera fuente de importaciones y el tercer mercado para sus exportaciones), por encima de Canadá que era su tradicional mayor socio comercial (que es ahora el mayor mercado para sus exportaciones y su segunda fuente de importaciones).  
Para China en el 2015 su mayor mercado de exportaciones es EE.UU. al que vendió 410 mil millones de dólares o 18% del total de sus ventas al exterior (el segundo es Hong Kong con 334 mil millones de dólares o 14.6% del total), y respecto a sus importaciones su primera fuente es Corea del Sur con 174 mil millones de dólares o 10.3% del total y EE.UU. es el segundo con 150 mil millones de dólares o 8.9% del total. Para China EE.UU. es su mayor socio comercial (Hong Kong es el segundo)[1].
Como se ve EE.UU. importa más de la quinta parte de sus productos de China, aunque menos del 10% de sus ventas van a ese país. Para China menos del 20% de sus exportaciones van a EE.UU., y de EE.UU. viene menos del 10% de sus importaciones. Últimamente China ha diversificado sus mercados para no depender tanto de algunos pocos países como de EE.UU., Japón o la Unión Europea (ahora más del 60% de sus exportaciones se dirige a otros mercados).
La relación comercial entonces entre los dos países es muy importante pues para EE.UU. y China ambos son su principal socio comercial. El valor del comercio bilateral ha crecido de 70 mil millones de dólares en 1995 a alrededor de 600 mil millones de dólares en el 2015. Por otro lado China ya no es tan dependiente del comercio exterior (exportaciones más importaciones) como lo era antes. En el 2011 por ejemplo el comercio exterior represento un 48.8% de su PBI, y en el 2015 fue de solo 36.3%.[2] El 2015 China tuvo un superávit comercial de 600 mil millones de dólares.   
EE.UU. se queja de tener un gran déficit comercial con China. En el 2015, de acuerdo a cifras de EE.UU., este déficit llego a 386 mil millones de dólares, y aumenta cada año (el 2014 fue de 363 mil millones de dólares y el 2013 unos 319 mil millones de dólares). EE.UU. se queja de que China no es un mercado muy abierto para sus productos y que los chinos protegen su mercado. Algo de verdad hay en eso, pero acusar a China de que es causante de ese enorme déficit comercial no es del todo cierto, pues muchos productos que China vende a EE.UU son productos ensamblados en China por empresas extranjeras o del mismo EE.UU., con partes y componentes importados, y donde solo una parte del valor agregado es hecho en China. Por ejemplo los iPhone de Apple son hechos en China por una empresa taiwanesa, con partes y componentes de muchos lados, y se calcula que un iPhone que EE.UU. importa de China a un valor de por ejemplo 400 dólares, el valor agregado en China es menos del 10% del total (la mano de obra china de ensamblar el producto y algún componente local). Entonces poner una restricción a la compra de IPhone de China causara más daño a otros países, que proveen de partes y componentes para hacer ese producto, y a la misma empresa Apple, que a China misma.       
Trump ha completado casi ya su equipo de gobierno y las personas que estarán a cargo del tema del comercio exterior no auguran una futura relación armoniosa entre EE.UU. y China. El nuevo Secretario de Comercio será Wilbur Ross, enemigo de los TLC, el Representante del Comercio de EE.UU. será Robert Lighthizer, que trabajo antes en esa oficina y obligo a Japón a limitar sus exportaciones de acero a EE.UU. en los años 1980s, y especialmente el nombramiento de Peter Navarro (que ha acusado siempre a China de sacar ventaja de EE.UU. vendiendo sus productos baratos y cerrando su mercado a los extranjeros) para dirigir el nuevo Consejo Nacional del Comercio, hace posible que efectivamente Trump pueda subir los aranceles a los productos chinos, aumente las medidas antidumping a los productos chinos que vengan a precios por debajo de su costo de producción, y definitivamente no conceda a China el estatus de economía de mercado que le corresponde al haber pasado ya los 15 años de su incorporación a la Organización Mundial del Comercio en el 2001 (el no concederles ese estatus hace a China más vulnerable a la imposición de medidas antidumping a sus productos). 
Segundo, en cuanto a inversiones, China cada vez invierte más en EE.UU. mientras que se acusa a China de limitar las inversiones extranjeras en su país. En el 2016 China invirtió 45.6 mil millones de dólares en EE.UU., tres veces más que en el 2015. Desde el año 2000 China ha invertido 109 mil millones de dólares en ese país.[3] China tiene una política industrial de favorecer a sus empresas y esto ha hecho que algunas de sus empresas en EE.UU. por ejemplo hayan visto restringida sus inversiones pues se les acusó de ser empresas del gobierno con vínculos a sectores militares.         
Tercero, China es el segundo mayor tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU. y tenía a octubre del 2016 unos 1.12 billones de dólares en estos papeles (debajo de los 1.13 billones de dólares que tiene Japón)[4]. China ha sido por varios años, desde el 2008, el mayor tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU, pero perdió esa posición en Octubre pues ha estado vendiendo dólares (vendió 41.3 mil millones de dólares de bonos del Tesoro en octubre) para defender su moneda que se ha estado depreciando últimamente. Japón y China juntos tienen el 37% del total de los bonos del Tesoro de EE.UU.
Otro punto más en discusión entre EE.UU. y China será el tema de la depreciación de la moneda china, que solo el 2016 ha perdido 7% de su valor frente al dólar.[5] Trump dijo en su campaña que nominara a China manipulador de divisas por esto (pues cree que el gobierno chino adrede deprecia su moneda para hacer sus productos más competitivos en el mercado externo), pero en verdad el gobierno chino más bien ha estado defendiendo el valor de su moneda frente al mercado que apuesta por una mayor depreciación del yuan, algo que se acelerara si la Reserva Federal de EE.UU. vuelve a subir la tasa de interés este año, como parece lo hará.   
Por último, Trump ha dicho frases que ponen en duda la política exterior de EE.UU. de una sola China, esto es el reconocer que hay una sola China y que Taiwán es parte de ella. Para China esto es fundamental y si Trump pone en duda esto definitivamente las relaciones con China tomaran un camino inesperado que repercutirá en una mala relación política y económica entre estos dos países con consecuencias para el resto del mundo.

*Profesor de la UNMSM. Especialista en Economía Asiática