sábado, 4 de febrero de 2023

El Incierto panorama político del Peru y una posible salida

 


                                                               Carlos Aquino, director del CEAS-UNMSM

Las protestas sociales en el Peru, que cada vez se vuelven más violentas, se desencadenaron el 7 de diciembre pasado cuando Pedro Castillo intento disolver el Congreso (en un intento de autogolpe de Estado), logrando ser solo destituido por el Congreso, y puesto en prisión. Estas protestan, que no han cesado y han ocasionado ya alrededor de 60 muertes hasta el 1 de febrero, piden la renuncia de Dina Boluarte, que remplazo a Pedro Castillo como presidenta, el cierre del actual Congreso de la República, y nuevas elecciones. También muchos de los manifestantes piden una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución en remplazo de la actual que es de 1993, e incluso algunos piden la liberación de Castillo.

Las protestas se han visto impulsados por grupos radicales, que promovió el gobierno de Pedro Castillo, en el objetivo de crear zozobra social en el país. Grupos violentistas, impulsados por remanentes de Sendero Luminoso, mineros ilegales, y sectores marginales en la sociedad aprovechan el caos para atacar instituciones e infraestructura pública, como juzgados, comisarias, aeropuertos (se intentó tomar 5 aeropuertos a la fuerza, y se destruyeron sus instalaciones en algunos de ellos), y establecimientos comerciales, lo que está penado por ley[1], y que ha sido la causa de la mayoría de las muertes que ha habido.

El gobierno de Dina Boluarte se ha mostrado pasivo ante esas violentas protestas, lo que las ha dado más impulso. Frente a este accionar, y ante un Congreso también desprestigiado e incapaz de promover una alternativa de solución a esas protestas, el adelanto de elecciones parece lo más pertinente. El problema es que los grupos violentistas que protestan piden que las elecciones sean de inmediato, mientras que en el Congreso no se ponen de acuerdo si debe ser este año o comienzos del próximo, en abril del 2023 por ejemplo. Se necesita por lo menos 87 votos (esto es, más de dos tercios de un total de 130) para que un adelanto de elecciones sea factible, decisión que debe ser ratificado en una segunda legislatura, y de no ser así tendría que convocarse a un referéndum, previa aprobación por mayoría simple del Congreso de un adelanto de elecciones, para que se pueda cambiar la Constitución en este punto[2].

Pero si se convoca a un referéndum este tomaría tiempo, quizás 9 meses o más, y las elecciones generales para un nuevo presidente y Congreso se darían recién en el 2023[3]. Y mientras el Congreso no tome una decisión el país seguiría sumido en la incertidumbre y con protestas cada vez más violentas. La presidenta Boluarte ha invocado hace unos días a que el Congreso convoque a elecciones este año 2023, y ha presentado una propuesta en ese sentido si el Congreso no lo hace. Pero ella solo puede presentar propuestas y la aprobación de adelanto de elecciones depende del Congreso. Se critica que Boluarte no tiene interés en que se acorte su mandato (varias veces ha dicho que no va a renunciar[4],[5]), y que si tuviera un interés real en que las elecciones sean pronto, podría renunciar ahora, pues de hacerlo asumiría su puesto el presidente del Congreso, pero este tendría que convocar inmediatamente a elecciones generales, que se llevarían a cabo, previa preparación, en este año 2023.    

Una razón para que no haya acuerdo de adelanto de elecciones es que la izquierda quiere que ese adelanto de elecciones también se acompañe con un referéndum donde se consulte a la población de si está de acuerdo con una nueva Constitución política. Y es que ese sector quiere que se haga una Asamblea Constituyente. Y otros grupos quieren que previo a una nueva elección se hagan reformas como el retorno a la bicameralidad, el tema de la reelección parlamentaria, el del voto de confianza cuando se instala un Gabinete, el de vacancia presidencial por incapacidad moral permanente, etc.[6]  También hubo una propuesta de que se convoque a una nueva elección general este año (en octubre quizás, y de ser necesario con una segunda vuelta en diciembre o enero del siguiente año) pero que sea complementaria, es decir que termine su mandato el 28 de julio del 2026 (culminando el periodo al que originalmente fue elegido Pedro Castillo), pero al final esta propuesta fue rechazada, como otra de Peru Libre, el partido que eligió a Pedro Castillo, que pedía elecciones generales prontas y al mismo tiempo una consulta para hacer una Asamblea Constituyente[7]. Esa propuesta de elecciones complementarias que fue rechazada, permitía que, al no ser en realidad una nueva elección, los actuales congresistas puedan ser reelegidos (algo que de acuerdo con la actual legislación no está permitido)[8].     

La lógica de hacer las elecciones para abril del próximo año es que el Congreso implemente algunas reformas que impidan que otra vez se tenga un Congreso disfuncional, con numerosos partidos, congresistas que abandonan sus partidos apenas son elegidos, congresistas con un pobre nivel intelectual y de honestidad, entre otras cosas (para ser elegido congresistas casi no hay condiciones, y pueden postular incluso personas condenadas por terrorismo, violación sexual, tráfico ilícito de drogas, si han cumplido su condena[9]). También se quiere hacer reformas, como las mencionadas en el párrafo anterior, para evitar la pugna que ha habido entre el Congreso y el Gobierno en los últimos años y que han hecho que el Peru tenga 6 presidentes desde que en el 2018 renuncio Pedro Pablo Kuczynski, antes de ser destituido por el Congreso por la causal de “permanente incapacidad moral”. Después de Kuczynski se sucedieron Vizcarra, Merino, Sagasti, Castillo, este último electo en elecciones generales del 2021, y actualmente Boluarte.

Castillo, que presidio un gobierno incapaz y corrupto, ha hecho lo mejor que ha podido para minar la institucionalidad política (que ya era débil) y promover la confrontación y la violencia que se vive hoy. El riesgo es que, ante la incapacidad del gobierno actual de manejar la crisis, y del Congreso también, y ante la violencia cada vez mayor, se apruebe elecciones generales para este año, y se elija otra vez un gobierno y un Congreso disfuncional, y se repita la confrontación entre poderes, y que ocurra otra vez una situación como la que se está viendo ahora.        

El conflicto social está ocasionando ya daños a la economía nacional. Por ejemplo, la Minera Las Bambas, cuya producción aporta el 1% al PBI del Peru, anuncio que desde el 1 de febrero ha paralizado su producción[10]. La minería ha sido un gran contribuyente al crecimiento económico del país, que hizo que el Peru haya sido en las dos últimas décadas la economía de mayor crecimiento en Latinoamérica. La minería, junto con la agroindustria, permitió que el Peru pasara de exportar casi 7 mil millones de dólares en el 2000 a 61 mil millones de dólares en el 2021. Por eso la agencia calificadora de riesgo Moody´s acaba de bajar de calificación al Peru de Baa1 de estable a negativa[11]. Aun así, Peru sigue siendo, con México, y Chile, uno de los países de mejor calificación ante los ojos de los inversionistas extranjeros, aunque esto es probable no se pueda mantener así.      

Lamentablemente ese crecimiento económico no ha llegado a todos por igual. Las protestas son mayores en la zona del sur del país (y en algunas del centro), en particular en la zona andina, que tradicionalmente no tuvo mucha atención de los gobiernos nacionales. Por eso Castillo por ejemplo gano ampliamente en esas zonas en las elecciones del 2021. Pero también ha habido corrupción e ineficiencia en la gestión de los recursos económicos por parte de los gobiernos regionales de esas zonas, como fue el caso del partido “Peru Libre” que llevo a Castillo al poder. Esa corrupción en el gobierno de Junín, una región en el centro del Peru que ha sido gobernada por muchos años por el partido Peru Libre, se replicó a nivel nacional con el partido en el gobierno central.

Los gobiernos regionales de las zonas del sur andinas son manejados casi en su totalidad por partidos radicales de izquierda, que han desperdiciado, o no han gastado, los ingentes recursos que esos gobiernos reciben, por las rentas que genera la actividad minera en particular (y que es abundante en esas regiones). Y también esos gobiernos regionales han estado/están involucrados en actos de corrupción. Lamentablemente la corrupción es general. Así, en el 2022, de las 25 regiones que hay en el Peru, 21 gobernadores regionales están presos o tienen acusaciones de corrupción[12]. Y esta involucra a todos los partidos o grupos políticos, independientemente de su orientación de izquierda, centro, o derecha. En el gobierno central también se tiene que casi todos los presidentes en el Peru desde 1990 en adelante han sido acusados de corrupción, algunos de ellos están presos, y varios enjuiciados.       

Justamente las acusaciones de corrupción, cada vez más graves contra el propio Castillo y su entorno, y que hiciera que por tercera vez se presente una moción de vacancia en su contra en el Congreso el 7 de diciembre, hizo que Castillo quisiera disolver el Congreso ese mismo día, en un autogolpe, en una medida que ni siquiera contaba con el apoyo de su propia bancada, ni menos de las Fuerzas Armadas, a las que invoco para que lo apoyen en su autogolpe. En el Congreso fue vacado por una absoluta mayoría y con votos de varios miembros de su propio partido (102 votaron a favor, 6 en contra, y hubo 10 abstenciones)[13]. Y la violencia que siguió y sigue aún podría decirse que ya había sido anunciado por el propio partido de Castillo antes, cuando algunos de sus ministros dijeron que de ser vacado este “correrían ríos de sangre”[14].

En todo caso, con un gobierno incapaz de manejar el país, y menos de poner orden en este, y un Congreso incapaz de ponerse de acuerdo en algo concreto como un adelanto de elecciones, lo mejor sería que, como dice un slogan en boca no solo de los manifestantes sino de la mayoría de la población, “que se vayan todos”, y se convoque a elecciones generales pronto, aunque como se dijo más arriba, esto augure que la inestabilidad política y la disfuncionalidad del sistema continue en el futuro.

                                                                                    

                                                                                                                  3 de febrero del 2023



[1] El Comercio: jueves 2 de febrero, página 9

[2]Según el artículo 206 de la Constitución del país. Ver Congreso de la Republica: https://www.congreso.gob.pe/Docs/constitucion/constitucion/index.html

[9] Diario El Comercio, viernes 3 de febrero 2023, página 6

lunes, 16 de enero de 2023

China-US competition and nearshoring: Opportunities for Peru?

 


The economic competition between US and China increases with time.  United States companies are looking for to depend less in China for its production and are setting up operations in other countries. One trend is to bring production close to home, in what is known as “nearshoring”. The advantage to this is that as their operation are near home, the time and cost of bringing the goods to the US market is lower than bringing them from China.

This article will examine what are the opportunities that nearshoring can present for Peru, if Peru is prepared for that or has a plan for it, and if US government is approaching Peru government for that effect.

 

I.                   What are the opportunities for Peru that nearshoring can offer?

The nearshoring of some production from China by US companies has raised interest in Latin America that perhaps some production could be set up in the region. This will represent a good opportunity for countries like Peru to diversify its production and exports, now concentrated in the commodity sector, and could help to create more employment.

Peru economy depend in the exports of natural resources, which are prone to sudden price changes. Nearshoring manufacturing production in Peru could allow a more stable source of foreign exchange for the country, and, as these industries are labour intensive, this could help to alleviate the lack of employment.    

But for that to happen, countries need to have some conditions, so companies move on and produce. What can be those conditions?

First, the country has to offer facilities like good and stable macroeconomic conditions, like low inflation rate, government finances in order, easy entrance for foreign investors, and social and political stability.

Second, in an era of increasing trade agreements that allow countries to access other markets at advantageous conditions, to have a free trade agreement among them is a must, then to have an FTA with US is a necessary condition.

Third, the country should offer good physical infrastructure, like roads, ports, airports, so goods and persons can move easily and cheaply. Besides this, cheap and skilled labour force are needed.

If we take into account those three conditions, not many countries in the Latin America region fulfil those conditions. Perhaps the best positioned is Mexico, that already has a strong economic and trade relationship with US thanks to the USMCA agreement. This United States Mexico Canada Agreement has created the North America free trade area, one of the biggest in the world. And already Mexico is benefiting from US companies moving from China to its soil even before the decoupling of US economy form China gained much attention. As Mexico labour cost is now lower than in China, some companies have already moved to Mexico. Also the restrictions imposed by the strict COVID-19 policy in China made some companies take decision to move to Mexico. The “nearshoring” movement means for Mexico more possibilities of receiving US companies moving from China[1].

But what about Peru? Looking at the above three reasons, it can be said that Peru could fulfil the first condition in the sense that is one of the countries in Latin America with the best macroeconomic conditions, together with Mexico and Chile. That is why in the qualifications given by credit rating agencies like Standard and Poor´s (S&P), Moody´s Investors Services, and Fitch Group, Peru is among the best placed in the region, together with Chile and Mexico[2]. But recent events in Peru, like the ousting of the President Pedro Castillo last December by the Congress, have made some foreign investors aware of the political instability in the country. Since 2018 Peru has seen 6 Presidents in power, and it seems that new elections will be held in 2024 again (or before, Castillo was elected for a 5-year period and took power in July 2021).         

Regarding the second condition, Peru has an FTA in force with US since 2009. US is the second biggest trade partner of Peru, only behind China, and Peru has a very good political and economic relationship with the US.

As for the third condition, Peru infrastructure requires modernization. In this aspect, a big seaport is being built north of Peru capital Lima, in Chancay city, by a Chinese company, Cosco Shipping Ports, with an investment of around 3 billion dollars[3]. This will become the biggest and more modern port in the Pacific of South America. But, still roads and railroads connecting to the port will be needed. And also, the country needs to have more skilled labour, and its cost is still cheap compared to other countries in the region[4].        

 

II.                 Is Peru prepared for US nearshoring, does the country has a plan?

Peru has not a consistent industrial policy that could attract investing in the manufacturing sector, like let’s say Mexico or countries like Argentine and Brazil. Peru is an open economy, one of the most open in the world, with a tariff rate for imported goods of an average 0.7%, compared with a figure of 6.9% for Argentina and 8.4% for Brazil for example[5]. And is one of the countries with the most numbers of FTA in force[6].

In 2014 the government published a National Plan for Production Diversification, with the aim to promote Peru integration into global value chains and diversify the country production and exports[7]. Peru mostly exports commodities (minerals, energy, and fishery products accounts for 70% of Peru exports). But the following governments did not implement this Plan.

As was said, one of the problem in Peru is the not consistent industrial policy as it changes from administration to administration. Each government have priorities that can be different from the former government, and this is most acutely seen in the industrial field. The ousted President Castillo in the election campaign and when was elected announced a new industrial policy, but later he failed to formulate a concrete one. And its administration will be remembered as one that saw many changes in government officers, from Ministers to low ranking officers and with people considered not competent ones.         

III.              Does US administration have approached Peru administration for a possible nearshoring consideration?

It is known that US administration is very interested in increasing its relationship with Latin American countries, as it consider that China is increasing its presence in the region and competing there with US. Nearshoring could help increase US presence in the region.

The Biden administration is seen as keen in increasing US relations with the region, and it is interesting to see that, previous to the Ninth Summit of the Americas held in US last June 2022, in April that year there was a Pre-Meeting on the issue of nearshoring organized by a US think tank. In that meeting officers from US government meet with officials from 13 Latin American countries to discuss about nearshoring[8].

Also, in a meeting in June 2022 before the Summit of the Americas, the President of the Inter-American Development Bank told Ministers of Trade and Foreign Affairs, and CEOs present there, that nearshoring offer countries in the region huge opportunities. Even he mentioned estimations of increasing exports that countries in the region could achieve if they participate in nearshoring. He mentioned that nearshoring could add annually 78 billion dollars in additional exports in the short and medium term for the region[9].

US President Biden meet with then Peru President Pedro Castillo in September 2022 during the UN general assembly meeting and reiterated US government support for Peru economic development[10]. But there is no evidence that US government has approached Peru government to specifically talk about nearshoring.

As said before, the recent political instability of the country and the lack of a concrete industrial policy designed to attract investment in the manufacturing sector probably dose not put Peru in an attractive position as a candidate for nearshoring. It would be a good opportunity for Peru but nearshoring would need a different government eager to provide the conditions for that to happen.

 

                                                                                   January 16th, 2023               



[1] See IVEMSA: Why manufacturers consider nearshoring to Mexico a competitive advantage? https://www.ivemsa.com/why-manufacturers-consider-nearshoring-to-mexico-a-competitive-advantage/

[2] See for example Trading Economics: Credit Rating/ America https://tradingeconomics.com/country-list/rating?continent=america

[3] See Silk Road Briefing: Cosco  to invest US$3 billion in Peru´s Chancay Port  https://www.silkroadbriefing.com/news/2022/05/18/cosco-to-invest-us3-billion-in-perus-chancay-port/

[5] According to World Bank data: Tariff rate, applied, weighted mean, all products (%)  https://data.worldbank.org/indicator/TM.TAX.MRCH.WM.AR.ZS

[6] See WTO: Regional Trade Agreements Database https://rtais.wto.org/UI/PublicMaintainRTAHome.aspx

[7] See OECD STIP COMPASS: Peru´s National Plan for Production Diversification https://stip.oecd.org/stip/interactive-dashboards/policy-initiatives/2021%2Fdata%2FpolicyInitiatives%2F4788

[8] See Wilson Center: Summit of the Americas Pre-Meeting on Nearshoring and Renewable Energy Investment in Latin America https://www.wilsoncenter.org/article/summit-americas-pre-meeting-nearshoring-and-renewable-energy-investment-latin-america

miércoles, 11 de enero de 2023

La visita de Blinken a China

 

                          

El Secretario de Estado, Antony Blinken, visitará China próximamente, donde hablará con sus anfitriones chinos sobre los muchos problemas entre Estados Unidos y China. En particular las conversaciones suceden en un año particular para ambos países y también para el mundo entero, en un contexto de bajo crecimiento económico.

En este artículo se considerarán los temas más importantes entre China y Estados Unidos que se discutirían en la vista de Blinken, y también las implicaciones para el futuro de su relación y para el mundo entero.

Primero, la visita seguirá a la reunión presencial que el Xi Jinping y Joe Biden sostuvieron en Indonesia durante la cumbre del G20 en noviembre pasado. Fue su primera reunión como líderes de sus países. En esta reunión se anunció que el secretario de Estado Blinken visitará China durante los primeros meses de 2023.

La visita sucederá en un momento en que la economía mundial se encuentra en una situación difícil. Según el FMI y el Banco Mundial, existe la probabilidad de que en este año 2023, de los tres motores de la economía mundial, dos experimenten un crecimiento nulo o negativo. En Europa, el crecimiento económico podría ser negativo porque, entre otras cosas, la guerra en Ucrania aumentó el precio de la energía y los alimentos, y la inflación está ejerciendo presión sobre la economía. Además, en Estados Unidos la lucha contra la inflación ha aumentado las tasas de interés y esto también está frenando el crecimiento económico con algunas proyecciones que apuntan a un crecimiento cero en su economía. El único motor que podría mover la economía mundial es China, pero este país también enfrenta algunos desafíos, entre ellos, la normalización tras el desmantelamiento de su política cero covid-19.

En segundo lugar, de los varios problemas entre ambos países, uno de los más difíciles de resolver es la guerra comercial que comenzó durante la presidencia de Trump en 2018, cuando EE. UU. impuso varias rondas de aranceles a productos chinos. China correspondió en especie, y el aumento de los aranceles en ambos lados todavía está allí. En enero de 2020 se llegó a un acuerdo entre ambas partes para tratar de atender algunas de las quejas de Estados Unidos frente al gran déficit comercial que tiene con China, pero luego se produjo la pandemia del COVID-19, y ese acuerdo y su cumplimiento quedó en suspenso. No hay expectativas de que durante la visita de Blinken a Beijing se pueda llegar a un acuerdo en este tema. Una de las razones de esto es que con la campaña para la elección presidencial en los Estados Unidos muy pronto, no hay ánimo para un compromiso en la Casa Blanca porque si lo hace, el Partido Republicano la acusará de mostrar debilidad contra China. Además de esto, en la clase política de los Estados Unidos, donde hay muchas diferencias entre republicanos y demócratas, el estado de ánimo contra China es bastante fuerte y ambos partidos están de acuerdo en eso.

En tercer lugar, la guerra comercial que inició Estados Unidos contra China se ha transformado en una guerra tecnológica. El hecho es que, como ha dicho Estados Unidos, hay una competencia en curso entre China y Estados Unidos. Para Estados Unidos, China es el único país que puede desafiar su supremacía económica, tecnológica y militar, y ha indicado que no permitirá que eso suceda.

En octubre del año pasado Estados Unidos tomó más medidas para evitar que China acceda a alta tecnología en semiconductores. El objetivo es excluir a China de las cadenas de suministro mundiales que producen semiconductores. Para esto, Estados Unidos también está consiguiendo el apoyo de Corea del Sur, Japón, los Países Bajos, y Taiwán. Y en este sentido la guerra/competencia tecnológica continuará.

En cuarto lugar, en cuanto al tema de Taiwán, donde la visita de altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos provocó la fuerte respuesta de China y encendió las alarmas sobre incluso un posible enfrentamiento militar entre ambas superpotencias, se reafirmarán las posturas de ambos países. China considera a Taiwán como uno de sus intereses centrales y está en contra de lo que considera intervención extranjera en sus asuntos internos, pero Estados Unidos reafirmará de que sigue con su “política de una sola China”.

Quinto, otro problema es lo que Estados Unidos ve como la creciente presencia de China en el Mar de China Meridional y la posibilidad de encuentros peligrosos de su armada y aviones de combate en esa área. Mientras Estados Unidos ejecuta lo que llama “operación de libertad de navegación” en islas o atolones que China considera su territorio, puede ocurrir la posibilidad de un choque militar no deseado. Ambos países seguramente establecerán mecanismos para tratar de evitar eso, pero la situación podría mantenerse/se mantendrá tensa.

Sexto, otro tema que Estados Unidos planteará a China es el tema de la guerra en Ucrania. China y Rusia tienen lo que llamaron en febrero pasado “asociación sin límites”, y seguramente Rusia esperaba el apoyo de China en su invasión de Ucrania. China no ha hecho eso y seguramente no lo hará. A China no le debería interesar dar apoyo, ni militar ni económico, a Rusia, entre otras razones, porque China sufrirá sanciones económicas.

Estados Unidos buscará más garantías por parte de China en esa posición, pero también le pedirá a China que ejerza su influencia en Rusia para encontrar una pronta solución a la guerra en Ucrania. Al menos China y Estados Unidos acordaron en la cumbre del G20 que el uso o la amenaza del uso de armas nucleares en Ucrania (como mencionó Putin) es inaceptable.

Séptimo, el tema de Corea del Norte y su creciente sofisticación en el lanzamiento de sus misiles balísticos también preocupa a Estados Unidos. Probablemente China es el único país que puede ejercer cierta influencia en Corea del Norte, ya que es el único país con el que puede comerciar, y la mayoría de los bienes importados disponibles en Corea del Norte pasan por China.

Estados Unidos presionará a China para que ejerza su influencia sobre Corea del Norte. Estados Unidos presentará el caso como algo en interés de China, ya que la creciente sofisticación de la amenaza de Corea del Norte está obligando a países como Corea del Sur y Japón a aumentar sus presupuestos militares y modernizar sus fuerzas armadas. Está ocurriendo una creciente carrera militar en el este de Asia, y se introducirán armas más sofisticadas, y la actitud de Corea del Norte es una de las razones. También Estados Unidos está aumentando su presencia militar allí por ese motivo. Y seguramente nada de esto está en el interés de China.

Otro tema relacionado con eso es que se ve una creciente cooperación militar entre China y Rusia en el este de Asia. Seguramente este tema también será planteado por Estados Unidos durante la visita de Blinken.

Octavo, otros temas en los que tanto Estados Unidos como China podrían colaborar o deberían colaborar como lo ve el resto del mundo, es en temas como el cambio climático global, finanzas, la salud, y el alivio de la deuda. Estos son temas globales y, en particular, los países en desarrollo en particular esperan que las dos economías más grandes del mundo puedan ponerse de acuerdo sobre algunos de esos temas. Sin Estados Unidos y China trabajando juntos, no se podrían encontrar soluciones significativas para esos problemas.

De todos modos, tal vez haya espacio para ser optimistas de que, incluso si Estados Unidos y China tienen, como hemos visto, varias diferencias, se llegará a algún acuerdo durante la visita de Blinken. Hay dos o tres razones para esto. Primero, este año es complicado para Estados Unidos por la campaña presidencial que estará en curso. A Biden le gustaría tener algunos acuerdos con China que le permitan mostrar algunos resultados (incluso si la guerra comercial y la competencia/guerra tecnológica continuarán). También para China, 2023 es un año complicado y buscará que su economía avance y se recupere, especialmente de su bajo crecimiento del 2022. Probablemente ambos países no tengan interés en incrementar su rivalidad, al menos no en el corto tiempo, no este. año (por las razones expuestas).

En segundo lugar, algo que quizás podría facilitar las negociaciones entre Estados Unidos y China es que el ministro de Relaciones Exteriores de China ahora es Qin Gang, quien hasta hace poco era Embajador de China en Estados Unidos. Además de eso, es conocido como un asesor de confianza del presidente Xi Jinping. Entonces, probablemente desarrolló algunos contactos en Estados Unidos y también tiene el oído de Xi.

En tercer lugar, se dice que debido a que 2023 es el año en que se celebrará la reunión cumbre de APEC en Estados Unidos, a ambas superpotencias les gustaría tener una buena relación de trabajo. Probablemente en ese momento se lleve a cabo otra cumbre bilateral entre Xi y Biden.

En conclusión, la visita de Blinken a China podría ver algunos avances en las relaciones entre China y Estados Unidos. Las diferencias están ahí y no se irán, la competencia seguirá, pero buscarán estabilizar la relación, y gestionar la competencia.

Por último, está la cuestión de la creciente deuda pública de los Estados Unidos. A octubre de 2022, la deuda nacional de Estados Unidos es de 31 billones de dólares, que representan alrededor del 124% de su PIB. La deuda nacional de los Estados Unidos es la más grande del mundo, pero considerando el tamaño de su PIB no es tan grande como Japón, en el que la deuda es de alrededor del 250 % de su PIB, o Grecia con alrededor del 205 %, o incluso Italia que vale el 159 % de su PIB.

La mayor parte de la deuda nacional de los Estados Unidos pertenece a sus nacionales, por lo que su deuda con los extranjeros es de alrededor del 22% del total. Japón es el mayor tenedor de la deuda pública de los Estados Unidos con alrededor de 1,2 billones de dólares, el segundo es China con un poco menos de 1 billón de dólares.

La deuda cada vez más grande de los Estados Unidos es un problema, pero el país está en una posición diferente a muchos otros países endeudados. Para otros países que intentan financiar la deuda pública, el solo hecho de imprimir dinero es un gran problema porque generará inflación. En el caso de Estados Unidos, como el dólar es una moneda global y es demandado por países, empresas e individuos en todo el mundo, siempre habrá demanda por su moneda. Además, algunos gobiernos extranjeros estarán dispuestos a comprar deuda de Estados Unidos, por ejemplo, Japón y China, porque esto mantiene alto el valor del dólar, en relación con sus propias monedas, lo que permite vender sus productos en forma competitiva.

 

Si el dólar continúa como (la única) moneda global, la demanda de deuda denominada en dólares de los Estados Unidos no perderá atractivo. En este sentido, la deuda del gobierno de los Estados Unidos no es tan problemática como la de otros países. Además de esto, a medida que la economía de los Estados Unidos siga creciendo, se espera que el gobierno tenga capacidad para pagar la deuda (y contraer más deuda). China seguirá manteniendo los bonos del Tesoro de los Estados Unidos (se estima que un tercio de las reservas extranjeras de China se mantienen de esa manera), pero está tratando de encontrar formas de diversificar sus reservas.

 

                                                                                                                         11 de enero de 2023

 

 

lunes, 9 de enero de 2023

Blinken visit to China

 


The Secretary of State Antony Blinken will visit to China where he will talk with his Chinese hosts about the many issues between United States and China. In particular the talks happens in a particular year for both countries and also for the whole world, in a context of low economic growth.

In this article the most important issues between China and United States will be considered and also the implications for the future of their relation and for the whole world.

First, the visit will follow the meeting in person that President Xi Jinping and Joe Biden held in Indonesia during the G20 summit last November. It was their first meeting as leaders of their countries. At this meeting it was announced that Secretary of State Blinken will visit China during the first months of 2023.

The visit will happen in a moment when the world economy is in a difficult situation. According to the IMF, there is a probability that in this year 2023, of the three engines of world economy, two will experiment zero or negative growth. In Europe economic growth could be negative because, among other things, the war in Ukraine increased price of energy and food, and inflation is putting a pressure in the economy. Also, in United States the fight against inflations has increased interest rates and this is also putting a drag in economic growth with some projections pointing to a zero growth in its economy. The only engine that could move the world economy is China, but this country is also facing some challenges, among them, the normalization after the dismantling of its zero covid-19 policy.

Second, of the several issues among both countries one of the most difficult to resolve is the trade war that began during Trump Presidency in 2018, when U.S. imposed several rounds of tariffs in Chinese goods. China reciprocated in kind, and the increase in tariffs in both sides are still there. In January 2020 an agreement between both parts was reached to try to address some of the complaints of United States against the big trade deficit that it has with China, but then the COVID-19 pandemics occurred, and that agreement and its compliance was put on hold. There are no expectations that during Blinken visit to Beijing an agreement could be reached in this issue. One reason for this is that with the campaign for Presidential election in United States coming very soon, there is no mood for a compromise in the White House because if it does it will be accused by the Republican party of showing weakness against China. Besides this, in the political establishment of United States, where there are many differences between Republican and Democrats, the mood against China is quite strong, and both parties agree on that.  

Third, the trade war that United States began against China has been transformed in a technological war. The fact is that, as United States has put it, there is a competition in course between China and United States. For United States, China in the only country that can challenge its economic, technological, and military supremacy, and it has indicated that will not allow that to happen.

In October last year United States took more measures to avoid China access to high technology in semiconductors. The aim is to exclude China from the global supply chains producing semiconductors. For this United States is also enlisting the support of South Korea, Japan, the Netherlands, and Taiwan. And in this regard the technological war/competition will continue.   

Fourth, regarding the issue of Taiwan, where the visit by high-ranking officers of the United States government prompted China response and raised alarms about even a possible military confrontations between both superpowers, the stances of both countries will be reaffirmed. China regards Taiwan as one of its core issues and is against foreign intervention in its internal affairs but United States will reaffirm its “one China policy”.

Fifth, another issue is what the United States see as the growing presence of China in the South China Sea, and the possibility of dangerous encounters of their navy and warplanes in that area. As United States execute what it calls “freedom of navigations operation” in islands or atolls that China regards as its territory, the possibility of an unintended military clash can happen. Both countries will surely establish mechanisms to try to avoid that, but the situation could/will remain tense.

Sixth, another issue that United States will raise to China is the war in Ukraine. China and Russia have what they called last February “no limits partnership”, and surely Russia was expecting China’s support in its invasion of Ukraine. China have not done that and surely will not do. It should not be in China interest to give support, either military or economic to Russia, among other reasons, because economic sanctions will befall on China.

United States will look for more assurances on the part of China in that position but also will ask China to exert its influence in Russia to find a prompt solution to the war in Ukraine. At least China and United States both agreed in the G20 summit that the use or threat of use of nuclear weapons in Ukraine (as Putin mentioned) is unacceptable.

Seventh, the issue of North Korea and its growing sophistication regarding the launching of its ballistic missiles is also a concern for the United States. Probably China is the only country that can exert some influence in North Korea, as it is the only country with which can trade and most imported goods available in North Korea come through China.

United States will pressure China to exerts its influence on North Korea. United States will present the case as something in China own interests, as the growing sophistication of North Korea menace is forcing countries like South Korea and Japan to increase their military budgets and modernize its military. A growing military race is happening in East Asia, and more sophisticated weapons will be introduced, and North Korea attitude is one of the reasons. Also United States is increasing its military presence there for that reason. And surely none of this is in China interest.

Another issue related to this is what it is seen a growing military cooperation between China and Russia in East Asia. Surely this issue will also be raised by United States during Blinken visit.

Eight, other issues where both United States and China could collaborate or should collaborate as the rest of the world sees it, is in themes like global climate change, financial, health, and debt relief issues. These are global issues and in particular developing countries in particular expect that the two biggest economies in the world could agree on some of those issues. Without United States and China working together, no meaningful solutions could be found for those issues.

Anyway, perhaps there is some room to be optimist that, even if United States and China have, as we have seen, several differences, some agreement will be reached during Blinken visit. There are two or three reasons for this. First, this year is complicated for United States because of the Presidential campaign that will be in course. Biden would like to have some agreements with China to allow him to show some results (even if the trade war and technological competition/war will continue). Also for China, 2023 is a complicated year and will look for its economy to move forward and recover, especially from its low growth of 2022. Both countries probably have no interest in increasing its rivalry, at least not in the short time, not this year (for the reasons given).

Second, something that perhaps could make easier negotiations between United States and China is that the Foreign Minister of China is now Qin Gang, who was until recently China Ambassador in the United States. Besides that, he is known as a trusted adviser of President Xi Jinping. So, he probably developed some contacts in United States and, also have the ear of Xi.

Third, it is said that because 2023 is the year where the APEC summit meeting will be celebrated in United States, both superpowers would like to have a good working relationship. Probably another bilateral summit between Xi and Biden will happen at that time.       

In conclusion, Blinken visit to China could see some progress in relations between China and United States. Differences are there and will not go, the competition will go on, but they will look for to stabilize the relationship, and to manage competition.

Lastly, there is the question of the United States ever increasing government debt. As of October 2022, the national debt of the United States is 31 trillion dollars, that represent around 124% of its GDP. The United States national debt is the largest in the world but considering its GDP size is not as big as Japan, in which is debt is around 250% of its GDP, or Greece with around 205%, or even Italy worth 159% of its GDP.

Most of United States national debt is owned to its nationals so its debt owed to foreigners is around 22% of the total[1]. Japan is the biggest holder of United States public debt with around 1.2 trillion dollars, second is China with a little less than 1 trillion dollars.

The largest debt of the United Sates is a problem, but the country is in a different position that many others indebted countries. For other countries trying to finance public debt just printing money is a big problem because this will generate inflation. In the case of United States, as the dollar is a global currency and is demanded by countries, companies, and individuals all over the world, always there will be a demand for its currency. Also, some foreign governments will be willing to buy United States debt, for example Japan and China, because this keep the value of the dollar high, relative to their own currencies, so they can sell their goods at competitive prices.

If the dollar continues as (the unique) global currency, demand for dollar denominated debt of United States will not lose attraction. In this sense, United States government debt is not as problematic as other countries. Besides this, as the United States economy keeps growing, the government will have capacity to pay the debt (and to incur in more debt) is expected. China will continue keeping United States treasuries (it is estimated that one third of China foreign reserves are held that way) but is trying to find ways to diversifies its reserves.