El 14 y 15
de mayo se realizara en Beijing el “foro de one belt one road (una franja una
ruta)” que el gobierno chino promueve y al que atenderán se dice confirmados hasta
el momento 28 jefes de estado y representantes de más de 110 países y de 61 organizaciones
internacionales. Irán el Primer Ministro de Italia, el Presidente de Rusia,
jefes de Estado de muchos países del Asia Oriental, hasta el presidente de
Argentina y la de Chile[1]
(del Perú parece ira un Ministro). Es uno de las más grandes eventos
internacionales, sino el más grande, que China realizara este año.
La
iniciativa de una franja y una ruta o más comúnmente llamada la Ruta de la Seda
del siglo XXI, es un proyecto que China propuso en el 2013, para unir Asia con
Europa y África a través de la construcción de infraestructura de transportes y
comunicaciones como carreteras, ferrocarriles, puertos, etc. que revivan la
Ruta de la Seda, que existió por muchos años desde el siglo II antes de Cristo,
y que permitió que productos de China y el Asia llegaran hasta Roma, Grecia y
toda Europa. Por ese camino, que atravesaba el Asia Central, productos como la
seda, porcelana, caballos, especias iban del Oriente hacia Europa. Se supone
que Marco Polo uso esta ruta cuando a fines del siglo XIII llego a China y dio
a conocer a Europa la existencia de esta adelantada civilización.
Los motivos
chinos para revivir esta Ruta de la Seda se dice son varios: Primero, China
lleva a cabo esta iniciativa para poder también desarrollar más el centro y occidente,
el interior de su país, pues su estrategia de desarrollo económico implementado
con la apertura de su economía en 1979 privilegio el desarrollo de sus zonas
costeras, de su zona oriental. Ciudades como Shanghái, Guangzhou (Cantón),
Beijing, están bastante desarrolladas pero en contraste las ciudades del
Occidente del país como Xinjiang no tanto. Segundo, esa iniciativa permitirá la
construcción de la mencionada infraestructura necesaria para unir efectivamente
China con Europa y África y esto permitirá a las empresas chinas dedicadas a
ese rubro poder seguir construyendo pues ante la desaceleración de la economía
china y ante la ya desarrollada infraestructura de la parte costera y ciudades
del oriente del país, han visto una disminución en su actividad económica. Así,
empresas que construyen ferrocarriles, carreteras, puertos, aeropuertos, e
industrias que les suplen de materiales, como las de acero, podrán ver más
dinamismo en sus operaciones.
Una tercera
razón es que China se dice quiere nuevas rutas de transporte de sus productos
que ahora para exportar a Europa o África tienen que ir por el Mar del Sur de
China y el Océano Indico, aunque la iniciativa de una franja y una ruta
contempla también la modernización de la Ruta de la Seda marítima que antes
existía. En todo caso ya hay un ferrocarril que atraviesa toda China hacia el
Occidente del país y llega a Europa. El 24 de abril por ejemplo un tren que salió
de Londres entro a China por Xinjiang con destino a la ciudad de Yiwu (en la
provincia costera de Zhejiang), en un viaje que cruza 9 países, a través de 12
mil kilómetros y toma 18 días[2].
En la iniciativa una franja y una ruta, la franja (belt) corresponde a la
Franja Económica de la Ruta de la Seda, la parte terrestre, y la ruta (road) es
la Ruta Marítima de la Seda o llamada también la “Ruta Marítima de la Seda del
Siglo XXI”.
Para financiar
la iniciativa de la Ruta de la Seda, el gobierno chino estableció un fondo
llamado justamente “Fondo de la Ruta de la Seda” por 40 mil millones de
dólares, y también esta el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura
(BAII), del cual China fue el principal impulsor de su creación y que tiene un
capital de 50 mil millones de dólares.
También se
dice que esa iniciativa china servirá para aumentar la presencia política de
China en la región. Es probable sea así. Se dice incluso que esta iniciativa es
como una especie de “Plan Marshall” chino, como cuando EE.UU. ayudo a los países
de Europa Occidental en su reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial
con un financiamiento de 13 mil millones de dólares. De hecho China va a poner
probablemente gran parte del dinero necesario para desarrollar la
infraestructura a lo largo de los países de la Ruta de la Seda, infraestructura
que esos países necesitan para desarrollarse.
En todo caso
se espera que el renacimiento de la Ruta de la Seda pueda, a través de la construcción
de infraestructura de transportes y comunicaciones a lo largo de los países en
esa ruta, dinamizar sus economías, aumentando el comercio, y la inversión en actividades
económicas que se hace posible cuando los pueblos están mejor conectados. Se dice
que esta iniciativa cubre mas de 60 países, que tienen más de la mitad de la población
mundial, el 75% de los recursos energéticos conocidos, y el 40% de la economía global.[3]
Es
interesante notar la presencia en el foro de representantes de países de Latinoamérica
mencionados, como de Argentina Chile, Perú, y otros que irán, en un evento que toca
el tema de la Ruta de la Seda que concierne a Asia, Europa y África. La razón es
que se dice que China quiere extender la Ruta de la Seda hasta Latinoamérica,
región que también necesita infraestructura de transportes y comunicaciones. Por
ejemplo la idea del tren bioceánico Atlántico Pacifico que uniría Perú con
Brasil atravesando la amazonia propuesto por China y por el momento en stand
by, seria parte de esa Ruta de la Seda extendida. Habría que mencionar también
que ya desde la segunda mitad del siglo XVI hasta comienzos del siglo XIX hubo
un comercio de China (y Asia) con Latinoamérica a través del Galeón de Manila,
que unía Acapulco con Manila, atravesando todo el Pacifico, en una Ruta de la
Seda Marítima también.
Mapa de la Ruta de la Seda
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