EEUU elevo
los aranceles de 10% a 25% en productos chinos valorizados en 200 mil millones
de dólares desde el viernes 10 de mayo. Entre los productos importados sujetos
a esta medida están alimentos, productos de consumo como carteras, ropa,
zapatos, etc.
Esto se da
en medio de las negociaciones que EEUU lleva a cabo con China para resolver,
entre otros temas, el gran déficit comercial en bienes que ese país tiene con
el gigante asiático, que el año 2018 fue de 419 mil millones de dólares, y el
2017 fue de 375 mil millones de dólares, cifra que ha estado aumentando año a
año[1].
Pero el problema no es solo el déficit comercial, sino según EEUU, que China
pone trabas para el ingreso a su mercado a las empresas extranjeras o no respeta
la propiedad intelectual de estas.
EEUU dice
que China renegó de algunas promesas que había hecho en las negociaciones, como
eliminar las transferencias forzadas de tecnología (y la obligación de hacer
joint ventures con empresas chinas). Quería que esto se ponga por rescrito en el
documento a firmar, algo que China se ha negado dice. El tema es también acordar
cuán rápido eliminar los aranceles ya impuestos, y en cómo hacer cumplir esos
acuerdos.
Se supone
que China ya había empezado a dar leyes para hacer eso que EEUU quiere. Ya no
es obligatorio para las empresas extranjeras hacer joint ventures en China para
invertir (e incluso se puede tener hasta un 100% de propiedad extranjera en una
empresa) y ha dado leyes para proteger la propiedad intelectual, pero EEUU permanece
escéptico de esas medidas y quiere estar seguro de que eso se cumpla.
Esta también
el tema de la ayuda que China da a sus empresas para competir en sectores de
alta tecnología con EEUU. La Oficina del Representante de Comercio de los EEUU
dijo en un reporte en febrero de este año que China pone a disposición de sus compañías
en el sector de alta tecnología, dentro de su iniciativa “Made in China 2025”, unos
500 mil millones de dólares en subsidios[2].
EEUU quiere que China elimine esos subsidios.
Pero aun con
el alza del arancel en efecto, el Representante de Comercio de EEUU y el
Secretario del Tesoro Steven Mnuchin están en conversaciones con la delegación china
encabezada por el Vice Premier Liu He.
Consecuencias: Los importadores de EEUU tendrán
que pagar más por productos chinos, encareciendo esto para los consumidores de
EEUU. También algunos fabricantes de esos productos en China pensaran mover su producción
a otros países. Y China ha dicho que responderá de la misma forma, elevando aranceles
a productos de EEUU y con otras medidas más.
Hasta ahora
EEUU había impuesto aranceles de 25% a productos chinos por 50 mil millones de dólares
(productos de alta tecnología), y ahora hay otros 200 mil millones de dólares
de productos chinos con el arancel al 25% (que tenían ya un arancel de 10%). China
el año pasado había respondido a EEUU imponiendo aranceles a productos de EEUU valorizados
en 110 mil millones de dólares, a productos agrícolas como soya, y licores, por
ejemplo. El 2018 EEUU importo de China 539 mil millones de dólares y vendió a
China 120 mil millones de dólares[3].
La escalada
arancelaria empezó el año pasado, pero en cierta forma se alcanzó una tregua y
decidieron seguir negociando, cuando a fines de octubre y comienzo de noviembre
pasado Trump y Xi se encontraron para la reunión del G20 en Argentina.
Según el FMI
un arancel de 25% en todos los productos disminuirá el PBI de EEUU en 0.6% y de
China hasta un 1.5%.
Pero la guerra
comercial es un capítulo en la disputa por la hegemonía económica de EEUU con
China. Esta el hecho de que EEUU quiere seguir manteniendo la supremacía tecnológica
en varias áreas. Hace un mes por ejemplo el Secretario de Estado de EUU estuvo
en Latinoamérica de gira por 4 países pidiendo que estos no adopten el sistema
5G que ofrece la empresa china Huawei, por cuestiones de seguridad nacional según
Mike Pence. El problema es que EEUU no ofrece una alternativa a esto, pues la
empresa Huawei es una de las más avanzadas en el mundo en esa tecnología,
aunque EEUU dice que eso lo ha logrado infringiendo la propiedad intelectual de
algunas de sus empresas.
Mientras
tanto China sigue expandiendo sus relaciones económicas con el mundo, a través
por ejemplo de su iniciática de la Franja y la Ruta. En abril hubo el Segundo
Foro de esta iniciativa en Beijing con la asistencia de casi 40 jefes de Estado
y donde más países se adhirieron a esa iniciativa. El Perú fue uno de ellos y firmo
el memorándum de entendimiento para la Franja y la Ruta (conocía también como
la iniciativa para la reconstrucción de la antigua Ruta de la Seda)[4].
Ya son 137 países en el mundo y en Latinoamérica 19 que se ha unido a esa
iniciativa[5].
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