viernes, 10 de mayo de 2019

¿Escalada en la Guerra Comercial de China EEUU?



EEUU elevo los aranceles de 10% a 25% en productos chinos valorizados en 200 mil millones de dólares desde el viernes 10 de mayo. Entre los productos importados sujetos a esta medida están alimentos, productos de consumo como carteras, ropa, zapatos, etc.
Esto se da en medio de las negociaciones que EEUU lleva a cabo con China para resolver, entre otros temas, el gran déficit comercial en bienes que ese país tiene con el gigante asiático, que el año 2018 fue de 419 mil millones de dólares, y el 2017 fue de 375 mil millones de dólares, cifra que ha estado aumentando año a año[1]. Pero el problema no es solo el déficit comercial, sino según EEUU, que China pone trabas para el ingreso a su mercado a las empresas extranjeras o no respeta la propiedad intelectual de estas.
EEUU dice que China renegó de algunas promesas que había hecho en las negociaciones, como eliminar las transferencias forzadas de tecnología (y la obligación de hacer joint ventures con empresas chinas). Quería que esto se ponga por rescrito en el documento a firmar, algo que China se ha negado dice. El tema es también acordar cuán rápido eliminar los aranceles ya impuestos, y en cómo hacer cumplir esos acuerdos.
Se supone que China ya había empezado a dar leyes para hacer eso que EEUU quiere. Ya no es obligatorio para las empresas extranjeras hacer joint ventures en China para invertir (e incluso se puede tener hasta un 100% de propiedad extranjera en una empresa) y ha dado leyes para proteger la propiedad intelectual, pero EEUU permanece escéptico de esas medidas y quiere estar seguro de que eso se cumpla.
Esta también el tema de la ayuda que China da a sus empresas para competir en sectores de alta tecnología con EEUU. La Oficina del Representante de Comercio de los EEUU dijo en un reporte en febrero de este año que China pone a disposición de sus compañías en el sector de alta tecnología, dentro de su iniciativa “Made in China 2025”, unos 500 mil millones de dólares en subsidios[2]. EEUU quiere que China elimine esos subsidios.
Pero aun con el alza del arancel en efecto, el Representante de Comercio de EEUU y el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin están en conversaciones con la delegación china encabezada por el Vice Premier Liu He.
Consecuencias: Los importadores de EEUU tendrán que pagar más por productos chinos, encareciendo esto para los consumidores de EEUU. También algunos fabricantes de esos productos en China pensaran mover su producción a otros países. Y China ha dicho que responderá de la misma forma, elevando aranceles a productos de EEUU y con otras medidas más.
Hasta ahora EEUU había impuesto aranceles de 25% a productos chinos por 50 mil millones de dólares (productos de alta tecnología), y ahora hay otros 200 mil millones de dólares de productos chinos con el arancel al 25% (que tenían ya un arancel de 10%). China el año pasado había respondido a EEUU imponiendo aranceles a productos de EEUU valorizados en 110 mil millones de dólares, a productos agrícolas como soya, y licores, por ejemplo. El 2018 EEUU importo de China 539 mil millones de dólares y vendió a China 120 mil millones de dólares[3].
La escalada arancelaria empezó el año pasado, pero en cierta forma se alcanzó una tregua y decidieron seguir negociando, cuando a fines de octubre y comienzo de noviembre pasado Trump y Xi se encontraron para la reunión del G20 en Argentina.
Según el FMI un arancel de 25% en todos los productos disminuirá el PBI de EEUU en 0.6% y de China hasta un 1.5%.
Pero la guerra comercial es un capítulo en la disputa por la hegemonía económica de EEUU con China. Esta el hecho de que EEUU quiere seguir manteniendo la supremacía tecnológica en varias áreas. Hace un mes por ejemplo el Secretario de Estado de EUU estuvo en Latinoamérica de gira por 4 países pidiendo que estos no adopten el sistema 5G que ofrece la empresa china Huawei, por cuestiones de seguridad nacional según Mike Pence. El problema es que EEUU no ofrece una alternativa a esto, pues la empresa Huawei es una de las más avanzadas en el mundo en esa tecnología, aunque EEUU dice que eso lo ha logrado infringiendo la propiedad intelectual de algunas de sus empresas.
Mientras tanto China sigue expandiendo sus relaciones económicas con el mundo, a través por ejemplo de su iniciática de la Franja y la Ruta. En abril hubo el Segundo Foro de esta iniciativa en Beijing con la asistencia de casi 40 jefes de Estado y donde más países se adhirieron a esa iniciativa. El Perú fue uno de ellos y firmo el memorándum de entendimiento para la Franja y la Ruta (conocía también como la iniciativa para la reconstrucción de la antigua Ruta de la Seda)[4]. Ya son 137 países en el mundo y en Latinoamérica 19 que se ha unido a esa iniciativa[5].
       

domingo, 21 de abril de 2019

La iniciativa de la Franja y la ruta y América Latina




                                                                                                                             Carlos Aquino *
Del 25 al 27 de abril, se celebrará en Beijing el segundo foro de la Franja y la Ruta (conocida también como la Ruta de la seda). 37 jefes de estado y representantes de más de 150 países asistirán al evento donde el presidente Xi Jinping dará un discurso. En el primer foro celebrado hace dos años, vinieron 29 jefes de estado y representantes de 130 países. El presidente Putin de Rusia y el presidente Sisi de Egipto, entre otros, asistirán. Desde América Latina, el presidente Piñera de Chile y Morales de Bolivia se encuentran entre los confirmados para asistir al foro.
Hasta ahora, muchos países del mundo se han unido a la iniciativa y han firmado un memorando de entendimiento, y en América Latina, 17 países lo han hecho. El Perú aún no está entre ellos.
El presidente Xi Jinping expuso la iniciativa de la Franja y la Ruta en septiembre de 2013. Esta iniciativa en un principio tuvo como objetivo reconstruir la antigua Ruta de la Seda que conectaba a China y Europa hace más de 2000 años. Esa ruta ya no estaba en uso desde hace algunos siglos, por lo que la idea era conectar a China y Europa nuevamente a través de un enlace terrestre. Pero luego se agregó la idea de la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI para conectar también a China con el sur de Asia y África a través de la ruta marítima que se utilizó durante gran parte de los últimos siglos. Los viajes legendarios del almirante chino Zheng He durante las primeras dos décadas del siglo XV, que conectan a China con el sur de Asia y África, en barcos más grandes que las carabelas de Cristóbal Colón, el navegante italiano que descubrió para el continente americano europeo 70 años después, también inspiró la idea de la nueva Ruta de la Seda marítima del siglo XXI. Además, debemos recordar que, desde la segunda mitad del siglo XVI hasta la primera década del siglo XIX, el comercio del Galeón de Manila conectó las colonias latinoamericanas de España con China (y Asia). Así también, existía una ruta de seda marítima oriental.
La reconstrucción de la infraestructura física para mover mercancías y personas a través de los continentes, Asia a Europa, Asia a África y Asia a América Latina, es muy necesaria. El comercio y la inversión, que se simplifican y abaratan con una mejor conectividad, son los motores que hacen posible el crecimiento económico y la mejora del nivel de vida de las personas.
Muchos países de Asia, África y América Latina necesitan una gran inversión en infraestructura para mejorar su conectividad. Pero muchos países en esas regiones no pueden permitirse invertir en la construcción de esa infraestructura. En ese sentido, el ofrecimiento de China para ayudar a esos países otorgando préstamos para construir la infraestructura necesaria es interesante. Además, las empresas en China han desarrollado la tecnología para construir esa infraestructura, como puertos marítimos, aeropuertos, carreteras, ferrocarriles, pero también líneas eléctricas, plantas hidroeléctricas y estaciones nucleares. Ofrecen construir esas obras a costos más bajos que las empresas del mundo desarrollado, por ejemplo.
Entonces, cuando China anunció la iniciativa de la Franja y la Ruta, también anunció simultáneamente la creación de varias instituciones financieras necesarias para financiar la idea. La creación del Fondo de la Ruta de la Seda y específicamente del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura representó un paso necesario para que la iniciativa se convierta en una realidad.
Ha habido algunas críticas sobre la iniciativa de la Franja y la Ruta, especialmente dirigida a los préstamos que algunos países han tomado de China para financiar algunos proyectos. Se ha dicho que algunos países tomaron muchos préstamos que exceden su capacidad para pagarlos. Otra crítica es que algunos proyectos quizás no eran tan necesarios para emprender.
Para evitar esas críticas, cuando los países emprenden proyectos bajo la iniciativa de la franja y la ruta, deben considerar cuidadosamente la necesidad real de llevarlos a cabo. Especialmente si también piden dinero prestado para ello, se deben dar consideraciones para que los préstamos puedan devolverse sin afectar las finanzas públicas. Además de eso, debe tenerse en cuenta que la construcción de obras públicas requiere un proceso de licitación pública, algo que a veces no se aplica plenamente en China. Luego, para evitar malentendidos entre las partes, se debe prestar la debida atención a las diferencias en la forma en que se llevan a cabo las obras públicas en China y la región de América Latina, por ejemplo.
Pero en realidad, la iniciativa de la Franja y la ruta no solo consiste en la construcción de infraestructura física para una mejor conectividad. La idea también enfatiza la necesidad de coordinar políticas para tener una mayor cooperación en muchas áreas y para el logro de intereses comunes; la necesidad de promover el comercio mediante la eliminación de barreras a través de la firma de acuerdos comerciales, por ejemplo, y la simplificación de los procedimientos para el movimiento rápido y sin problemas de bienes y servicios; la necesidad de incrementar el nivel de financiamiento e inversión; y la conectividad de personas a personas.
Con respecto a América Latina y la iniciativa de la Franja y la ruta, como se dijo anteriormente, 17 países han firmado un memorando de entendimiento para unirse. Perú aún no lo ha firmado, pero el país tiene un acuerdo de área de libre comercio con China que ha ayudado a aumentar su comercio con ese país desde que entró en vigencia en 2010. Ahora China es el mayor socio comercial de Perú, y el año pasado 2018 por ejemplo, las exportaciones de bienes a China representaron casi el 28% de todos los bienes vendidos en el extranjero (EE. UU. ocupó el segundo lugar con solo el 17%). En el caso de Chile, que con Perú y Costa Rica son los tres países de América Latina que tienen TLC con China, también el comercio con China aumentó después de que el acuerdo entró en vigencia y ahora es su principal socio comercial.
En cuanto a la inversión y el financiamiento, países como Perú han recibido una gran afluencia de inversión china no solo en los sectores de minería y energía, lugares tradicionales de interés para las empresas chinas, sino también últimamente en sectores como la construcción y el mantenimiento de carreteras, y en este año en el foro económico mundial de Davos, se anunció que la empresa china COSCO Shipping Ports invertiría hasta 3 mil millones de dólares en la construcción de un puerto marítimo en Chancay, una ciudad al norte de Lima, la capital de Perú.
Con respecto a la conectividad entre personas, en los últimos años ha aumentado el número de intercambios académicos, por ejemplo, de estudiantes de países latinoamericanos que van a China, y también de estudiantes chinos que vienen a la región. Además, los profesores de ambos lados del Pacífico han estado viajando con mayor frecuencia y en mayor número, yo siendo uno de ellos. Aquí, la importancia de aprender el idioma de cada uno es cada vez más relevante para lograr una mejor comprensión mutua.
En resumen, la iniciativa de la Franja y la ruta ofrece una manera de lograr un mayor comercio, inversiones y mejorar el entendimiento mutuo, por ejemplo, de China y América Latina. De esta manera, esa iniciativa es el renacimiento de lo que era el comercio del Galeón de Manila, que conecto la región latinoamericana con China (y Asia). Pero para evitar también una cierta repetición del tipo de comercio que existió durante el comercio del galeón de Manila, cuando principalmente se intercambió plata de América Latina por productos manufacturados de China, una característica que también prevalece en el patrón actual de comercio de China con América Latina, donde la región envía principalmente productos minerales y agrícolas a cambio de productos manufacturados de China, América Latina debe aprender de la experiencia de desarrollo económico de China.
China también antes de que introdujera reformas económicas hace 40 años, tenía un comercio limitado con el mundo cuando principalmente exportaba bienes primarios a cambio de productos manufacturados. Pero a través de la introducción de la tecnología moderna, la mejora de las habilidades de su fuerza laboral y la modernización de su infraestructura física, entre otros factores, China se ha convertido en una potencia económica que exporta al mundo productos manufacturados cada vez más sofisticados. América Latina debería aprender de este ejemplo. China puede ofrecer la tecnología, la inversión necesaria para la modernización de su infraestructura, y América Latina puede aprender cómo mejorar las habilidades de su fuerza laboral a partir de la experiencia de China.
Si hasta cierto punto China y América Latina son economías complementarias, la iniciativa de cinturón y carretera podría ayudar a mejorar el nivel de las relaciones económicas. Depende de los países latinoamericanos aprovechar eso y así, como dicen los chinos, se podría materializar una relación ganar-ganar.

* Director del Centro de Estudios Asiáticos y Vicedecano de la Facultad de Economía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú



sábado, 20 de abril de 2019

The Belt and Road initiative and Latin America



                                                                                                         Carlos Aquino*
From April 25 to 27 the Second Belt and Road forum will be held in Beijing. 37 head of state and representatives of more than 150 countries will attend the event where President Xi Jinping will give a speech[1]. In the first forum held two years ago 29 head of state and representatives of 130 countries came[2]. President of Russia Putin and President of Egypt among others will attend. From Latin America President Piñera of Chile and Morales from Bolivia are among the confirmed to attend the forum.
Up to now many countries in the world have joined the initiative and signed memorandum of understanding or MOU, and in Latin America 17 countries have done that. Peru is not among them, yet.
President Xi Jinping exposed the initiative of the Belt and Road in September 2013. The Belt and Road initiative at first aimed to reconstruct the old Silk Road that connected China and Europe more than 2000 years ago. That route was no longer in use from some centuries ago so the idea was to connect China and Europe again through a land link. But then the Maritime Silk Road of the 21-century idea was added to connect also China with South Asia and Africa through the maritime route that was used through big part of the last centuries. The legendary travels of the Chinese Admiral Zheng He during the first two decades of the 15th century connecting China with South Asia and Africa, in ships bigger than the caravels of Christopher Columbus, the Italian navigator who discovered for the European the American continent 70 years later, also inspired the idea of the new maritime Silk Road of the 21st century. Besides that, we have to remember that from the second half of the XVI century to the first decade of the XIX century, the Manila Galleons trade connected the Latin-American colonies of Spain with China (and Asia). So also, an eastern Maritime silk Road existed. 
The reconstruction of the physical infrastructure to move goods and people across continents, Asia to Europe, Asia to Africa, and Asia to Latin America, is much needed. Trade and investment, that are made easier and cheaper by better connectivity, are the engines that make possible economic growth and the improvement of people standards of living.     
Many countries in Asia, Africa and Latin America are in much need of investment in infrastructure to improve their connectivity. But many countries in those regions cannot afford by themselves to invest in the construction of that infrastructure. In that sense China offer to help those countries by giving loans to construct the infrastructure needed is interesting. Also, companies in China have developed the technology needed to construct that infrastructure, like seaports, airports, roads, railways, but also power lines, hydroelectric plants, and nuclear stations. They offer to build those works at lower costs than companies from the developed world for example.
So, when China announced the Belt and Road initiative, simultaneously also announced the setting up of several financial institutions needed to finance the idea. The setting up of the Silk Road Fund and specifically of the Asian Infrastructure Investment Bank represented a necessary step to make the initiative become a reality
There have been some critics about the Belt and Road initiative, especially directed to the loans that some countries have taken from China to finance some projects. It has been said that some countries took many loans that exceed their capacity to repay them. Another critic is that some projects perhaps were not that much necessary to undertake.
To avoid those criticisms, when countries undertake projects under the Belt and Road initiative, they should carefully consider the real need to carry on them. Specially if they also borrow money for that, considerations should be given so loans could be repaid without affecting the public finances. Besides that, it should be noticed that the construction of public works requires a public tender process, something that sometimes is not fully applied in China. Then, to avoid misunderstanding among parties, due consideration should be given to the differences in how public works are carried on in China and the Latin American region, for example.                      
But then, the Belt and Road initiative consist not only of the construction of physical infrastructure for better connectivity. The idea also emphasizes the need to coordinate policies to have major cooperation in many areas and for the achievement of common interests; the need to promote trade by eliminating barriers to it through the signing of trade agreements for example and the simplifications of procedures for the fast and smooth movement of goods and services; the need to increase the level of financing and investment; and for people to people connectivity. 
Regarding Latin America and the Belt and Road initiative, as said before already 17 countries have signed a MOU to join it. Peru has not yet signed it but the country has a Free trade area agreement with China that has helped to increase its trade with China since the agreement entered into effect in 2010. Now China is the biggest trade partner of Peru, and last year 2018 for example, exports of goods to China accounted for nearly 28% of all goods sold abroad (USA was in second place with only 17%). In the case of Chile, that with Peru and Costa Rica are the three countries in Latin America that have FTA with China, also trade with China increased after the agreement entered into effect and now it is its biggest trade partner.
Regarding investment and financing, countries like Peru has received a large influx of Chinese investment not only in the mining and energy sectors, traditional places of interest for Chinese companies, but lately also in sectors like construction and maintenance of roads, and in this year World Economic forum of Davos it was announced that the Chinese company COSCO Shipping Ports would invest up to 3 billion dollars in the construction of a seaport in Chancay, a city north of Lima, Peru´s capital.
With respect to people to people connectivity, in the last years the number of academic exchanges, for example of students from Latin American countries going to China has increased, an also of Chinese students coming to the region. Also, professors from both sides of the Pacific have been traveling more often and in major numbers, myself being one of them. Here the importance of learning each other´s language is becoming more relevant to achieve a better mutual understanding.    
In summary the Belt and Road initiative offers a way to achieve major trade, investment and improve mutual understanding of for example China and Latin-American. In this way the renaissance of a sort of Manila Galleon trade, connecting the Latin-American region with China (and Asia) will become a reality. But to avoid also some repetition of the kind of trade that existed during the Manila galleons trade, when mainly silver from Latin America was exchanged for manufactured goods from China, a feature that also is prevalent in the present trade pattern of China with the Latin American region, in which Latin America send mostly minerals and agricultural products in exchange for manufactured goods from China, Latin America must learn from China economic development experience. 
China also before it introduced 40 years ago economic reforms, had a limited trade with the world when mainly exported primary goods in exchange for manufactured goods. But through the introduction of modern technology, the upgrading of skills of its labor force, and the modernization of its physical infrastructure, among other factors, China has become an economic powerhouse exporting to the world evermore sophisticated manufactured goods. Latin America should learn from this example. China can offer the technology; the investment needed for the modernization of its infrastructure, and Latin America can learn how to improve the skills of its labor force from China experience.
If to some extent China and Latin American are complementary economies, the belt and road initiative could help to upgrade the level of economic relations. It is up to the Latin American countries to take advantage of that and so, as the Chinese says, a win win relationship could materialize. 

*Director of the Center of Asian Studies, and Vice Dean of the Faculty of Economics, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Peru