International Press: Tras la firma del TLC con Japón, ¿qué debe hacer el Perú para aprovechar al máximo esta herramienta comercial?
Carlos Aquino: El TLC con Japón nos va a abrir la oportunidad de exportar diversos productos agroindustriales en los que el Perú es competitivo. No vamos a esperar venderle computadoras, autos. Nuestro punto fuerte son los productos agroindustriales y pesqueros. Ahora, la cuestión es que el mercado japonés es mucho más difícil que cualquier otro mercado. Los exportadores peruanos no están acostumbrados a eso. Entonces si realmente quieren vender al mercado japonés, van a tener que cumplir sus exigencias. Un buen comienzo sería aliarnos con los japoneses. Por ejemplo, si los chilenos venden manzanas, salmón, a Japón, es porque se aliaron con importadores japoneses.
IP: Ha mencionado productos agrícolas y pesqueros. En concreto, ¿qué productos podrían entrar con más fuerza en el mercado japonés?
CA: Hablemos de los productos naturales. Japón es una población madura. De hecho el 23 por ciento de los japoneses tiene más de 65 años, y se calcula que si las cosas siguen así en el 2050 probablemente el 40 por ciento de la población será mayor de 65. Esta población quiere vivir en forma saludable, tiene dinero, entonces los productos orgánicos tienen mucha demanda. La maca en Japón es muy exitosa, el camu camu también, porque son productos naturales que tienen muchas vitaminas. Podrían entrar el sacha inchi, toda una serie de productos que tenemos en la selva, aparte de los más tradicionales. Frutas, por ejemplo. Estamos vendiendo uva a China. ¿Por qué no podría entrar uva a Japón?
IP: Usted ha subrayado lo exigente que es el mercado japonés y la necesidad de que el exportador peruano se prepare para entrar en él. ¿Eso significa que puede pasar cierto tiempo hasta que sintamos los efectos del TLC?
CA: Definitivamente. Suponiendo que el TLC entre en efecto el próximo año, no van a ser inmediatas las exportaciones. Quizá en algunos productos que ya estamos vendiendo, por ejemplo café, banano, mango, podría haber un incremento porque los aranceles van a empezar a disminuir. Ahora, otra razón para que no aumente tan rápido es que los aranceles no bajan inmediatamente. Va a ser en forma gradual. Algunos productos van a llegar a 0 en cinco años, otros en diez, otros en quince. Entonces, ya sea porque los aranceles van a disminuir en forma gradual o porque tenemos que prepararnos para vender al mercado japonés, el aumento no va a ser inmediato. Pero en todo caso es un comienzo. Japón es un mercado muy grande y Perú tiene muchos productos que ofrecer.
IP: Si un exportador peruano le pregunta cómo debe prepararse para ingresar al mercado japonés, ¿qué le diría?
CA: Hay que ir a Japón. En Japón hay ferias textiles, hay ferias alimenticias. Hay que ir directamente al mercado japonés. Hay que visitar las ferias. Hay que visitar los supermercados. Ver qué productos quieren los japoneses, cómo los quieren, de qué tamaño. Definitivamente hay que ir a Japón a ver cómo se vende. Y lo más obvio, Japón requiere regulaciones especiales. Las frutas, para venderlas en fresco, tienen que pasar exámenes fitosanitarios especiales. ¿Quién conoce todos esos trámites? Obviamente los importadores japoneses. Hay que ir directamente a Japón y también conversar con los importadores japoneses, que conocen el mundo un poco complicado de la distribución y venta de los productos en el mercado japonés.
IP: ¿Cómo les ha ido a Chile y México tras firmar TLC con Japón?
CA: Muy bien. México está vendiendo su tequila en forma más barata. Antes de que hubiera TLC tenía un arancel altísimo, pero como se redujo el tequila está ingresando más fácil. El mango tiene un arancel altísimo. México vendía mangos pero eran tan caros que los japoneses no los compraban, pero ahora que se han reducido los aranceles los mexicanos han aumentado su venta de mangos. En el caso de Chile ha sido mucho más espectacular. Han aumentado las exportaciones de salmón, no solo de frutas que hemos mencionado –manzana, uvas– sino también de vinos. Hay los ejemplos clarísimos de México y Chile. Ellos hicieron dos cosas: prepararon su oferta exportable, que es lo que a nosotros nos falta hacer (queremos exportar a Japón pero nos falta producir los productos que los japoneses quieren) y, segundo, aliarse con importadores japoneses.
IP: ¿Y en el campo textil qué oportunidades tenemos?
CA: Ese también es un campo muy grande, pero aquí, obviamente, lo fundamental es el consumidor japonés. Tenemos el algodón pima, la lana de alpaca, de vicuña, o sea tenemos la materia prima, pero no conocemos la moda japonesa, no conocemos qué tipo de colores quieren los japoneses, qué tipo de ropa, diseño. Definitivamente la ropa que tenemos acá requeriría mucha más preparación para ir a Japón.
En el 2008 vino el viceministro de Industria de Japón, con motivo de APEC, y visitamos Gamarra. Gamarra es un emporio y exporta mucho. Fuimos con una misión de japoneses y dijeron “qué bonita ropa”. Y alguien le preguntó (al viceministro): “¿Esto lo comprarían los japoneses?”. Se puso a revisar y dijo: “Es bonito, pero no creo que comprarían mucho. Primero, porque el diseño y el color no son lo que los japoneses quieren. Y segundo, el terminado”. Los japoneses empezaron a revisar al revés y al derecho que los botones estén uniformemente alineados, que el hilo no esté sobrando, que los cortes sean exactos. Es muy exigente el mercado japonés. Podemos venderle, pero definitivamente tenemos que cumplir las calidades que exige.
IP: Usted escribió hace poco que con este TLC se había perdido la oportunidad de negociar el tema de la migración laboral de peruanos a Japón. ¿Cree que eso se podría subsanar más adelante?
CA: En principio el TLC parece que va a admitir el movimiento de personas, pero en cuestión de consultoría y técnicos. Yo más me refería al movimiento de trabajadores. Yo había puesto en ese artículo el siguiente ejemplo: en los TLC que ha firmado Japón con Indonesia y Filipinas, están admitiendo personas que vayan a cuidar adultos mayores. Eso no se contempla en el TLC del Perú con Japón, pero podría plantearse en una segunda etapa, porque la necesidad japonesa existe definitivamente. Japón es un país que cada vez tiene más adultos mayores y va a requerir personas que los cuiden.
IP: ¿Qué papel podrían cumplir los cerca de 60 mil peruanos que están en Japón en el TLC?
CA: Definitivamente, yo creo que los peruanos en Japón tienen un rol muy importante. Por ejemplo, ¿qué podría aprovechar el Perú del TLC con Japón? Ya hemos visto: incrementar las exportaciones de productos pesqueros, agrícolas, forestales, textiles. Pero también, obviamente, servicios. Todo el mundo habla del producto bandera del Perú: la gastronomía. Los restaurantes peruanos son muy exitosos en muchos países, ¿por qué no podrían serlo en Japón? De hecho ya existen restaurantes de peruanos en Japón, pero tengo entendido que la mayoría de personas que asisten a estos restaurantes o son peruanos o son japoneses que han estado en el Perú. Entonces hay que promocionar la comida peruana, y quién mejor que los peruanos que ya están allá. Eso tiene implicancias tremendas. Si nosotros logramos que la gastronomía peruana tenga éxito en Japón, vamos a lograr que productos agrícolas peruanos –desde la lúcuma, pasando por la cebolla peruana, el limón, el espárrago– incrementen sus ventas. Los peruanos, a través de los restaurantes que tienen, pueden introducir los productos peruanos.
No solo eso. Comentamos hace un momento, ¿por qué todavía es muy difícil exportar productos peruanos a Japón? Porque no se conoce el mercado japonés, no se conoce la idiosincrasia de los japoneses. Los peruanos que están en Japón, que conocen el mercado japonés –muchos de ellos conocen el idioma japonés–, podrían ser un puente, o ellos mismos podrían ser empresarios que traigan productos peruanos al mercado japonés. Ellos tienen un rol muy importante que cumplir.
IP: Usted ha dicho que los exportadores peruanos deberían ir a Japón para conocer el mercado japonés. Los peruanos que están en Japón podrían ser sus aliados.
CA: Definitivamente. Ellos pueden ser una ayuda. Hay que ir a Japón, hay que contactarse con japoneses, pero si hay peruanos que ya conocen el mercado, el idioma, la idiosincrasia, definitivamente hay que aprovecharlos. Yo sé que varios peruanos están haciendo negocios de importación de productos peruanos a Japón. Con ese TLC van a ver que sus posibilidades de negocio se incrementan.
IP: Existe interés de Jitco (Japan International Training Cooperation Organization) por llevar trabajadores peruanos a Japón. ¿Podría hablarnos de eso?
CA: Jitco es una agencia de cooperación técnica que se encarga de traer trabajadores extranjeros a Japón. Como bien sabemos, hasta hace algunos años, los únicos trabajadores que Japón admitía para hacer trabajos simples, en fábricas, eran los descendientes de japoneses. Pero sabemos que los descendientes de japoneses que estaban dispuestos a irse a Japón ya se han ido, y Japón necesita más gente. Entonces se implementó este sistema. ¿En qué consiste? Esta es una organización semigubernamental, semiprivada. Se encarga de conseguir trabajadores para que vayan a trabajar a Japón en fábricas, en diversas instituciones, incluso en servicios, pesquería, agricultura, en muchos lugares.
Ellos tienen un esquema, trabajan con los gobiernos. Han firmado un acuerdo con el gobierno del Perú, para que el Perú envíe trabajadores a Japón. Ahora, ellos se han dado cuenta de que en el caso de los peruanos descendientes de japoneses hubo algunos problemas. Por ejemplo, se desconocían el idioma, las costumbres japonesas. Eso obviamente causó algunos problemas. Quieren evitar que eso suceda. No solo eso. Quieren que los trabajadores que vayan a trabajar a Japón tengan un contrato, tengan todos los seguros posibles, tengan toda la protección posible.
¿Qué es lo que se quiere? Que se escoja aquí trabajadores, y que antes de ir a Japón tengan seis meses de preparación. En esos seis meses que reciban un curso básico de japonés y de costumbres japonesas, cosa que cuando vayan a Japón no se encuentren con muchas sorpresas.
IP: ¿Cuántas personas irían?
CA: Bueno, no hay un número específico. Se estima que en un primer momento podrían ir cincuenta, cien, y si las cosas funcionan, podría incrementarse (el número). No hay un límite.
IP: ¿Los postulantes deben tener estudios?
CA: Deberían tener, mínimo, formación técnica. Por ejemplo, para una fábrica de ensamblaje: torneros, electricistas, mecánicos. Por ejemplo, técnicos de Senati, de Sencico, personas que hayan tenido experiencia trabajando en fábricas, en cosas técnicas.
IP: Si este proyecto tiene éxito, ¿podría marca una nueva etapa en la historia de la migración laboral de peruanos a Japón?
CA: Sí, definitivamente. Sería muy bueno. ¿Por qué? Porque se irían a trabajar con un contrato, y sobre todo tendrían toda la protección. Por ejemplo, tenemos el caso de algunos peruanos que tuvieron accidentes y que no estaban asegurados. Lo que se quiere es evitar eso. El primer año tengo entendido que van a ser practicantes pero van a ganar un sueldo, y los dos siguientes años tendrán un sueldo como el que gana un japonés. Va a ser un mejor sistema definitivamente.
IP: ¿Al cabo de tres años no tendrán posibilidad de quedarse en Japón?
CA: Este mecanismo no contempla que se queden. La idea es darles oportunidades a todos. El primer objetivo es que los peruanos que están aquí vayan a Japón, consigan un mayor ingreso, que consigan nuevas técnicas, que regresen al país y puedan contribuir al desarrollo de su empresa, o que ellos mismos puedan abrir su propia empresa. El segundo objetivo es que muchos peruanos aprovechen (este sistema), no solo un número limitado. Si cada vez hay más rotación, va a ser mucho mayor el número de personas que puedan aprovechar este sistema.
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