martes, 2 de julio de 2019

La Guerra Comercial entre EE.UU. y China y su impacto en la economía peruana



Carlos Aquino y Maria Osterloh
Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
El recrudecimiento del conflicto comercial entre EE.UU. y China, que representan entre los dos casi el 40% de la economía mundial y son las mas grandes potencias comerciales en el mundo, significara no solo un menor crecimiento de sus economías si no también para el resto de los países. Hay que recordar que para muchos países China y EE.UU. son sus principales socios comerciales o destinos de sus exportaciones. Por ejemplo, en el caso de China, este es el mayor destino de las exportaciones de más de 130 países en el mundo.
Por ello, el menor crecimiento económico de esas dos grandes potencias implicara una menor demanda por materias primas y demás productos, el alza del dólar por la incertidumbre económica generada y también la volatilidad en las bolsas de valores mundiales.
El impacto de la guerra comercial entre EE.UU. y China en el Perú se sentiría (y como veremos ya se está sintiendo) en varios aspectos: primero en el precio de los minerales y la disminución del ingreso por exportaciones, segundo en el precio del dólar y el encarecimiento de los productos importados, tercero en la baja en el índice de la bolsa de valores, y cuarto en la incertidumbre que genere en la economía mundial.
China y Estados Unidos son los principales socios comerciales del Perú. El 28% del total de las exportaciones peruanas fueron a China y el 17% fue a EE.UU. en el 2018. Por el lado de las importaciones el 24% del total vino de China y el 22% de EE.UU.
Primero, el impacto en los precios de los minerales es muy importante para el Perú pues el 58% de sus exportaciones totales son del sector minero y solo el cobre constituye el 31% del total y el oro el 15%. Asimismo, la exportación hacia esos países se concentra principalmente en el sector minero. Y como veremos el precio de los minerales, como el cobre, el oro, y el zinc, han disminuido de precio desde enero del 2018 cuando empezaron las tensiones comerciales entre EEUU y China.
En el 2018 el 86% de lo que el Perú le vendió a China fueron minerales, y el cobre fue el 72% del total, el zinc fue el 5%, y el plomo también el 5% del total. En el caso de EEUU el 32% de todo lo que se le vendió fueron minerales, y el oro represento el 22% del total.
Habría que agregar también que del total exportado el 2018, el 57% de todos los minerales que el Perú vendió fueron a China. Por productos, el 63% de todo el cobre que el Perú vendió al mundo fue a China, el 28% de todo el zinc, el 96% del hierro, el 35% del plomo, y el 59% de la plata. Como se ve China es el mayor mercado para los minerales peruanos.   
Sin embargo, en el caso de China, en el primer cuatrimestre del 2019, las exportaciones peruanas a ese país aumentaron en 11% mientras que a Estados Unidos disminuyeron 37%.
Entonces, ¿porque las exportaciones a China aumentaron a pesar de la caída del precio del cobre y también del zinc? El precio del cobre ha disminuido desde enero del 2018 de 3.21 dólares por libra a 2.92 dólares por libra en abril de este año, pero el valor de las exportaciones de cobre a China en el primer cuatrimestre del 2019 fue de 2,826 millones de dólares mientras que en el primer cuatrimestre del 2018 fue de 2,607 millones de dólares. Este aumento en el valor se debio a los mayores volúmenes exportados a China, que pasaron de 1.55 millones de toneladas de cobre en el primer cuatrimestre del 2018 a 1.95 millones de toneladas en el mismo periodo del presente año.
Fuente: BCR; PROMPERUSTAT
El precio del zinc también ha disminuido desde enero del 2018, de un precio de 1.04 dólares por libra a 0.91 dólares por libra en abril del 2019. Hay que tener en cuenta que el zinc constituye el 5% del total de las exportaciones peruanas al mundo.
En el caso del oro, que constituyo el 15% del total de las exportaciones peruanas al mundo en el 2018, su precio ha fluctuado de 1,330 dólares por onza troy en enero del 2018 a 1,198 dólares en setiembre y a 1,284 dólares por onza troy en mayo de este año. En el caso del Perú, los ingresos por las exportaciones del oro han sido menores también pues la producción nacional de este metal ha disminuido.
Por otro lado, el precio del dólar ha aumentado, por ejemplo, en enero del 2018 fue de 3.21 soles por dólar mientras que en mayo del 2019 fue de 3.33 soles por dólar. El Perú importo del mundo por un valor de 43,130 millones de dólares en 2018, y muchas de estas compras son de maquinarias e insumos que son vitales para el crecimiento de la economía por lo que el encarecimiento del dólar hará más difícil la adquisición de estas.
Asimismo, el índice general de la Bolsa de Valores de Lima que tenía un valor de 21,068.9 en enero del 2018, cayó en mayo del 2019 a un valor de 19,922.8, lo que representa una caída de 5.5%. En el caso del Perú, la bolsa de valores es pequeña considerando el monto negociado y las empresas que cotizan en ella, donde las mas grandes son las mineras y por ello una caída en el precio de los minerales implica una disminución en el precio de las acciones de estas y del índice bursátil en general.
El impacto en el Perú del conflicto comercial sería comparativamente menor con respecto a otros países latinoamericanos pues no depende tanto de por ejemplo de Estados Unidos o China. En el caso de México, vemos que en el 2018 el 76% de lo que exporto fue a EE.UU. mientras que lo exportado por Perú a ese país representa solo el 17% del total. En el caso de Chile, el 34% de sus exportaciones fueron a China, mientras que como vimos en el caso del Perú fue el 28% del total.   
Por último, habría que considerar que, comparado con otros países latinoamericanos, el impacto de la tensión de la guerra comercial en el Perú sería menor pues su economía está mejor preparada al tener un nivel de reservas internacionales relativamente alto, un nivel de endeudamiento externo de menos de 25% del tamaño de su economía, y sus cuentas fiscales están más o menos equilibradas. Por otro lado, habría también que indicar que el Perú tiene un Tratado de Libre Comercio con China, que está siendo modernizado en la actualidad, y que permite acceso libre de aranceles a muchos productos peruanos diferentes de los minerales, como los agroindustriales. El Perú se está convirtiendo en líder mundial en la exportación de aguacate, uva, espárragos, arándanos, y el mercado chino para estos productos está creciendo por la expansión de su mercado interno, con una clase media creciente. 
El Perú por ejemplo ya es el tercer proveedor de aguacate (o palta como se denomina en el Perú) a China, después de México y Chile. El 2018 el 25% del total de las importaciones de palta de China vinieron del Perú. Entonces el Perú necesita vender más de estos productos, y otros como madera, productos pesqueros, e incluso textiles (de pelo fino de alpaca), que han estado aumentando poco a poco estos últimos años a China para poder resultar menos afectado por el conflicto comercial China EEUU.
Por ultimo hay que mencionar que para que el Perú aumente la producción de estos productos y aumente su competitividad en general, requiere del mejoramiento de su infraestructura física de transportes y comunicaciones, lo que vera beneficiando con la reciente firma del memorándum de entendimiento en abril último cuando el Perú se adhirió a la iniciativa china de la franja y la ruta.    



viernes, 10 de mayo de 2019

¿Escalada en la Guerra Comercial de China EEUU?



EEUU elevo los aranceles de 10% a 25% en productos chinos valorizados en 200 mil millones de dólares desde el viernes 10 de mayo. Entre los productos importados sujetos a esta medida están alimentos, productos de consumo como carteras, ropa, zapatos, etc.
Esto se da en medio de las negociaciones que EEUU lleva a cabo con China para resolver, entre otros temas, el gran déficit comercial en bienes que ese país tiene con el gigante asiático, que el año 2018 fue de 419 mil millones de dólares, y el 2017 fue de 375 mil millones de dólares, cifra que ha estado aumentando año a año[1]. Pero el problema no es solo el déficit comercial, sino según EEUU, que China pone trabas para el ingreso a su mercado a las empresas extranjeras o no respeta la propiedad intelectual de estas.
EEUU dice que China renegó de algunas promesas que había hecho en las negociaciones, como eliminar las transferencias forzadas de tecnología (y la obligación de hacer joint ventures con empresas chinas). Quería que esto se ponga por rescrito en el documento a firmar, algo que China se ha negado dice. El tema es también acordar cuán rápido eliminar los aranceles ya impuestos, y en cómo hacer cumplir esos acuerdos.
Se supone que China ya había empezado a dar leyes para hacer eso que EEUU quiere. Ya no es obligatorio para las empresas extranjeras hacer joint ventures en China para invertir (e incluso se puede tener hasta un 100% de propiedad extranjera en una empresa) y ha dado leyes para proteger la propiedad intelectual, pero EEUU permanece escéptico de esas medidas y quiere estar seguro de que eso se cumpla.
Esta también el tema de la ayuda que China da a sus empresas para competir en sectores de alta tecnología con EEUU. La Oficina del Representante de Comercio de los EEUU dijo en un reporte en febrero de este año que China pone a disposición de sus compañías en el sector de alta tecnología, dentro de su iniciativa “Made in China 2025”, unos 500 mil millones de dólares en subsidios[2]. EEUU quiere que China elimine esos subsidios.
Pero aun con el alza del arancel en efecto, el Representante de Comercio de EEUU y el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin están en conversaciones con la delegación china encabezada por el Vice Premier Liu He.
Consecuencias: Los importadores de EEUU tendrán que pagar más por productos chinos, encareciendo esto para los consumidores de EEUU. También algunos fabricantes de esos productos en China pensaran mover su producción a otros países. Y China ha dicho que responderá de la misma forma, elevando aranceles a productos de EEUU y con otras medidas más.
Hasta ahora EEUU había impuesto aranceles de 25% a productos chinos por 50 mil millones de dólares (productos de alta tecnología), y ahora hay otros 200 mil millones de dólares de productos chinos con el arancel al 25% (que tenían ya un arancel de 10%). China el año pasado había respondido a EEUU imponiendo aranceles a productos de EEUU valorizados en 110 mil millones de dólares, a productos agrícolas como soya, y licores, por ejemplo. El 2018 EEUU importo de China 539 mil millones de dólares y vendió a China 120 mil millones de dólares[3].
La escalada arancelaria empezó el año pasado, pero en cierta forma se alcanzó una tregua y decidieron seguir negociando, cuando a fines de octubre y comienzo de noviembre pasado Trump y Xi se encontraron para la reunión del G20 en Argentina.
Según el FMI un arancel de 25% en todos los productos disminuirá el PBI de EEUU en 0.6% y de China hasta un 1.5%.
Pero la guerra comercial es un capítulo en la disputa por la hegemonía económica de EEUU con China. Esta el hecho de que EEUU quiere seguir manteniendo la supremacía tecnológica en varias áreas. Hace un mes por ejemplo el Secretario de Estado de EUU estuvo en Latinoamérica de gira por 4 países pidiendo que estos no adopten el sistema 5G que ofrece la empresa china Huawei, por cuestiones de seguridad nacional según Mike Pence. El problema es que EEUU no ofrece una alternativa a esto, pues la empresa Huawei es una de las más avanzadas en el mundo en esa tecnología, aunque EEUU dice que eso lo ha logrado infringiendo la propiedad intelectual de algunas de sus empresas.
Mientras tanto China sigue expandiendo sus relaciones económicas con el mundo, a través por ejemplo de su iniciática de la Franja y la Ruta. En abril hubo el Segundo Foro de esta iniciativa en Beijing con la asistencia de casi 40 jefes de Estado y donde más países se adhirieron a esa iniciativa. El Perú fue uno de ellos y firmo el memorándum de entendimiento para la Franja y la Ruta (conocía también como la iniciativa para la reconstrucción de la antigua Ruta de la Seda)[4]. Ya son 137 países en el mundo y en Latinoamérica 19 que se ha unido a esa iniciativa[5].
       

domingo, 21 de abril de 2019

La iniciativa de la Franja y la ruta y América Latina




                                                                                                                             Carlos Aquino *
Del 25 al 27 de abril, se celebrará en Beijing el segundo foro de la Franja y la Ruta (conocida también como la Ruta de la seda). 37 jefes de estado y representantes de más de 150 países asistirán al evento donde el presidente Xi Jinping dará un discurso. En el primer foro celebrado hace dos años, vinieron 29 jefes de estado y representantes de 130 países. El presidente Putin de Rusia y el presidente Sisi de Egipto, entre otros, asistirán. Desde América Latina, el presidente Piñera de Chile y Morales de Bolivia se encuentran entre los confirmados para asistir al foro.
Hasta ahora, muchos países del mundo se han unido a la iniciativa y han firmado un memorando de entendimiento, y en América Latina, 17 países lo han hecho. El Perú aún no está entre ellos.
El presidente Xi Jinping expuso la iniciativa de la Franja y la Ruta en septiembre de 2013. Esta iniciativa en un principio tuvo como objetivo reconstruir la antigua Ruta de la Seda que conectaba a China y Europa hace más de 2000 años. Esa ruta ya no estaba en uso desde hace algunos siglos, por lo que la idea era conectar a China y Europa nuevamente a través de un enlace terrestre. Pero luego se agregó la idea de la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI para conectar también a China con el sur de Asia y África a través de la ruta marítima que se utilizó durante gran parte de los últimos siglos. Los viajes legendarios del almirante chino Zheng He durante las primeras dos décadas del siglo XV, que conectan a China con el sur de Asia y África, en barcos más grandes que las carabelas de Cristóbal Colón, el navegante italiano que descubrió para el continente americano europeo 70 años después, también inspiró la idea de la nueva Ruta de la Seda marítima del siglo XXI. Además, debemos recordar que, desde la segunda mitad del siglo XVI hasta la primera década del siglo XIX, el comercio del Galeón de Manila conectó las colonias latinoamericanas de España con China (y Asia). Así también, existía una ruta de seda marítima oriental.
La reconstrucción de la infraestructura física para mover mercancías y personas a través de los continentes, Asia a Europa, Asia a África y Asia a América Latina, es muy necesaria. El comercio y la inversión, que se simplifican y abaratan con una mejor conectividad, son los motores que hacen posible el crecimiento económico y la mejora del nivel de vida de las personas.
Muchos países de Asia, África y América Latina necesitan una gran inversión en infraestructura para mejorar su conectividad. Pero muchos países en esas regiones no pueden permitirse invertir en la construcción de esa infraestructura. En ese sentido, el ofrecimiento de China para ayudar a esos países otorgando préstamos para construir la infraestructura necesaria es interesante. Además, las empresas en China han desarrollado la tecnología para construir esa infraestructura, como puertos marítimos, aeropuertos, carreteras, ferrocarriles, pero también líneas eléctricas, plantas hidroeléctricas y estaciones nucleares. Ofrecen construir esas obras a costos más bajos que las empresas del mundo desarrollado, por ejemplo.
Entonces, cuando China anunció la iniciativa de la Franja y la Ruta, también anunció simultáneamente la creación de varias instituciones financieras necesarias para financiar la idea. La creación del Fondo de la Ruta de la Seda y específicamente del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura representó un paso necesario para que la iniciativa se convierta en una realidad.
Ha habido algunas críticas sobre la iniciativa de la Franja y la Ruta, especialmente dirigida a los préstamos que algunos países han tomado de China para financiar algunos proyectos. Se ha dicho que algunos países tomaron muchos préstamos que exceden su capacidad para pagarlos. Otra crítica es que algunos proyectos quizás no eran tan necesarios para emprender.
Para evitar esas críticas, cuando los países emprenden proyectos bajo la iniciativa de la franja y la ruta, deben considerar cuidadosamente la necesidad real de llevarlos a cabo. Especialmente si también piden dinero prestado para ello, se deben dar consideraciones para que los préstamos puedan devolverse sin afectar las finanzas públicas. Además de eso, debe tenerse en cuenta que la construcción de obras públicas requiere un proceso de licitación pública, algo que a veces no se aplica plenamente en China. Luego, para evitar malentendidos entre las partes, se debe prestar la debida atención a las diferencias en la forma en que se llevan a cabo las obras públicas en China y la región de América Latina, por ejemplo.
Pero en realidad, la iniciativa de la Franja y la ruta no solo consiste en la construcción de infraestructura física para una mejor conectividad. La idea también enfatiza la necesidad de coordinar políticas para tener una mayor cooperación en muchas áreas y para el logro de intereses comunes; la necesidad de promover el comercio mediante la eliminación de barreras a través de la firma de acuerdos comerciales, por ejemplo, y la simplificación de los procedimientos para el movimiento rápido y sin problemas de bienes y servicios; la necesidad de incrementar el nivel de financiamiento e inversión; y la conectividad de personas a personas.
Con respecto a América Latina y la iniciativa de la Franja y la ruta, como se dijo anteriormente, 17 países han firmado un memorando de entendimiento para unirse. Perú aún no lo ha firmado, pero el país tiene un acuerdo de área de libre comercio con China que ha ayudado a aumentar su comercio con ese país desde que entró en vigencia en 2010. Ahora China es el mayor socio comercial de Perú, y el año pasado 2018 por ejemplo, las exportaciones de bienes a China representaron casi el 28% de todos los bienes vendidos en el extranjero (EE. UU. ocupó el segundo lugar con solo el 17%). En el caso de Chile, que con Perú y Costa Rica son los tres países de América Latina que tienen TLC con China, también el comercio con China aumentó después de que el acuerdo entró en vigencia y ahora es su principal socio comercial.
En cuanto a la inversión y el financiamiento, países como Perú han recibido una gran afluencia de inversión china no solo en los sectores de minería y energía, lugares tradicionales de interés para las empresas chinas, sino también últimamente en sectores como la construcción y el mantenimiento de carreteras, y en este año en el foro económico mundial de Davos, se anunció que la empresa china COSCO Shipping Ports invertiría hasta 3 mil millones de dólares en la construcción de un puerto marítimo en Chancay, una ciudad al norte de Lima, la capital de Perú.
Con respecto a la conectividad entre personas, en los últimos años ha aumentado el número de intercambios académicos, por ejemplo, de estudiantes de países latinoamericanos que van a China, y también de estudiantes chinos que vienen a la región. Además, los profesores de ambos lados del Pacífico han estado viajando con mayor frecuencia y en mayor número, yo siendo uno de ellos. Aquí, la importancia de aprender el idioma de cada uno es cada vez más relevante para lograr una mejor comprensión mutua.
En resumen, la iniciativa de la Franja y la ruta ofrece una manera de lograr un mayor comercio, inversiones y mejorar el entendimiento mutuo, por ejemplo, de China y América Latina. De esta manera, esa iniciativa es el renacimiento de lo que era el comercio del Galeón de Manila, que conecto la región latinoamericana con China (y Asia). Pero para evitar también una cierta repetición del tipo de comercio que existió durante el comercio del galeón de Manila, cuando principalmente se intercambió plata de América Latina por productos manufacturados de China, una característica que también prevalece en el patrón actual de comercio de China con América Latina, donde la región envía principalmente productos minerales y agrícolas a cambio de productos manufacturados de China, América Latina debe aprender de la experiencia de desarrollo económico de China.
China también antes de que introdujera reformas económicas hace 40 años, tenía un comercio limitado con el mundo cuando principalmente exportaba bienes primarios a cambio de productos manufacturados. Pero a través de la introducción de la tecnología moderna, la mejora de las habilidades de su fuerza laboral y la modernización de su infraestructura física, entre otros factores, China se ha convertido en una potencia económica que exporta al mundo productos manufacturados cada vez más sofisticados. América Latina debería aprender de este ejemplo. China puede ofrecer la tecnología, la inversión necesaria para la modernización de su infraestructura, y América Latina puede aprender cómo mejorar las habilidades de su fuerza laboral a partir de la experiencia de China.
Si hasta cierto punto China y América Latina son economías complementarias, la iniciativa de cinturón y carretera podría ayudar a mejorar el nivel de las relaciones económicas. Depende de los países latinoamericanos aprovechar eso y así, como dicen los chinos, se podría materializar una relación ganar-ganar.

* Director del Centro de Estudios Asiáticos y Vicedecano de la Facultad de Economía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú