viernes, 20 de julio de 2018

La guerra comercial entre EEUU y China (2)


Carlos Aquino Rodríguez (Desde Beijing)
EEUU anuncio que impondría aranceles de 10% a productos que importa de China valorados en 200 mil millones de dólares, adicionalmente a los aranceles que impuso recientemente por 34 mil millones de dólares a otros productos, en un escalamiento de la guerra comercial entre los dos países. China había respondió inmediatamente a los aranceles impuestos y ha dicho que responderá también si EEUU lleva a cabo su nueva amenaza. La fecha para empezar a imponer aranceles a los 200 mil millones de dólares sería probablemente después de fines de agosto cuando terminen las audiencias públicas para saber el impacto que estas medidas tendrán en los consumidores y productores de EEUU y si es posible exonerar de la medida a algunos de esos productos.
Ningún lado parece estar dispuesto a dar su brazo a torcer. Trump y sus asesores económicos creen que si EEUU no presiona ahora a China para que abra lo que consideran un mercado con bastantes restricciones a los productos extranjeros, lo será más difícil después. Piensan que ahora que EEUU aun es la economía más grande del mundo, atravesando un buen momento en su economía (con la tasa de desempleo en un nivel históricamente bajo), donde la reducción de impuestos a las empresas que ha implementado Trump deja a las compañías de EEUU con bastante capital para invertir e innovar y mantenerse en la frontera del desarrollo tecnológico, y donde EEUU es aun la indiscutida potencia militar en el mundo, después le será más difícil. También creen que la política china de depender menos del extranjero en productos de alta tecnología, como aviones, tecnologías de la información, robótica, aeroespacial, etc., que China tiene con su proyecto de “Made in China 2025” (Hecho en China en el año 2025) de alcanzar para ese año una sustancial sustitución por producción nacional de muchos productos, partes y componentes importados en industrias vitales, es una amenaza directa a la supremacía de EEUU en esos campos justamente. Especialmente ese plan afecta directamente a EEUU pues considera que para alcanzar ese plan China usa tecnología de EEUU, propiedad intelectual que consigue en forma fraudulenta y/o obliga a sus empresas a asociarse con empresas chinas que quieren operar en el mercado chino y las obliga a transferirles tecnología.
Pero el tema no es solo comercial y económico. Esta también el tema geopolítico. Se dice que Trump presiona a China pues cree que Kim Jong un, con quien se reunió hace un mes, al parecer no quiere llevar a cabo la promesa que le hizo de empezar la desnuclearización de su país pues al parecer China está empezando a aflojar en las sanciones económicas que la comunidad internacional impuso a Corea del Norte. Trump requiere la ayuda de China en ese sentido y presiona en el tema comercial para que China presione a su vez a Kim para que cumpla lo prometido.
Esta también el tema de la cada vez mayor presencia china en el Mar del Sur de China, donde ese país ha fortalecido su presencia en muchas islas que reclama como suya, y donde algunos países como Vietnam y Filipinas tienen algunos reclamos frente a eso. EEUU, que ha tenido tradicionalmente una gran presencia en el área (desde la Segunda Guerra Mundial) ve la mayor presencia china como una amenaza a su posicion ahí.
En todo caso como se ve la guerra comercial no es solo un tema de comercio exterior sino por la cada vez mayor presencia china no solo en la economía mundial sino también en otros campos. Es un momento decisivo en la economía (y política) mundial y definirá los términos de la presencia china en el futuro frente a la posición de EUU de querer mantener la situación actual donde tiene un liderazgo en el tema económico, militar y político en el mundo.
13 de julio

miércoles, 11 de julio de 2018

LA GUERRA COMERCIAL ENTRE EEUU Y CHINA (Desde Beijing)

Lo que parecía inminente los últimos días se hizo realidad cuando el viernes 6 de julio EEUU impuso un arancel de 25% a productos chinos valorados en 34 mil millones de dólares (de un total anunciado antes de unos 50 mil millones) y China respondió de la misma forma, desatándose lo que parece una guerra comercial.
Trump impuso esas medidas pues considera que el gran déficit comercial que tiene EEUU con China, de alrededor de 370 mil millones de dólares el 2017, se debe a las malas prácticas de ese país. Quiere obligar a China a que compre más productos de EEUU, para tener un comercio equilibrado, o justo como dice.
Trump está seguro de ganar esa guerra comercial pues China tendría más que perder de ella, esto es, China le vende más, alrededor de 500 mil millones de dólares a EEUU, mientras EEUU solo le vende a China 130 mil millones de dólares (cifras del 2017), esto es China depende más del mercado de EEUU que lo que EEUU depende del mercado chino. Pero como dicen los chinos, EEUU resultaría el más perjudicado, pues muchos productos que China compra de EEUU, como productos agrícolas como soya o trigo, los puede comprar de otros países, mientras que EEUU compra muchos productos de China, pues este es el único que los produce, como los smartphone de Apple, o que China lo produce en formas más barata.
Si solo se considera el tema comercial definitivamente más podría perder EEUU pues sus consumidores tendrían que pagar más ya sea que compren productos chinos encarecidos por los aranceles o lo compren de otros lugares que lo hacen más caro que los chinos. Pero no solo eso, perderían también las empresas de EEUU pues parte de los productos que EEUU compra de China son hecho por empresas de EEUU en China, o, como los smartphone de Apple, que este los diseña y una empresa taiwanesa lo hace en China, Apple se perjudicaría pues el grueso de los beneficios de vender esos teléfonos se quedan con Apple. Por ejemplo, de un Smartphone que puede costar mil dólares, se calcula que quizás Apple se queda con 300 dólares o más de ganancias (por el diseño, el marketing que hace de ese producto) unos 600 a 650 dólares se van en partes y componentes que se compran en varios lugares, como Japón, Corea, Taiwán, y otros, y el resto, que puede ser solo unos 50 dólares, es lo que aporta China por el trabajo de ensamblado, que es lo que se hace en ese país. Apple es la empresa con el mayor valor de mercado en el mundo, de casi 1 billón de dólares (5 veces el tamaño del PBI del Perú el 2017), así que esta empresa será la más golpeada y China solo lo será en parte (bastante menor en este caso).
Ahora bien, si la guerra comercial se expande a una más extensa, donde se habla de que EEUU puede poner por ejemplo mas barreras a la entrada de empresas de China en su país, o de imponer restricciones a las empresas chinas en EEUU, aquí también EEUU podría perder más pues se estima que hay más inversión de EEUU en China que de China en EEUU. Según información del diario China Daily del 4 de julio en su página 14, la Inversión extranjera directa de China en EEUU en el periodo 1990 a 2017 fue de 140 mil millones de dólares, mientras que la de EEUU a China en el mismo periodo fue de 265.5 mil millones de dólares.
Se habla también de que la guerra comercial puede escalar en una devaluación de la moneda china que el gobierno haría para hacer más barato sus productos, o de que podría vender parte de los bonos del Tesoro de EEUU en que están invertidas un porcentaje de sus reservas internacionales (casi 1.1 billón de dólares, del total de casi 3.1 billón de dólares que tiene China de reservas), pero estas últimas medidas serían extremas pues de tomarlas China misma se perjudicaría.
En todo caso se equivoca Trump si cree que China no responderá a las restricciones que pone a los productos chinos. China no aceptara abrir su mercado a la fuerza, quiere hacerlo y lo está haciendo a su manera y a su propio ritmo (que a muchos extranjeros les parece lenta). Trump quiere aplicar con China lo que hizo EEUU en los años 1980s con Japón, cuando ante un déficit comercial de 50 mil millones de dólares que EEUU tenía con Japón, lo obligo a revaluar su moneda en 1985 (para que los productos extranjeros se hagan más barato en el país nipón y los productos japoneses más caros en el extranjero), pero esto origino una burbuja económica en la segunda mitad de esa década en el país nipón, y su rompimiento a fines de esa década fue una de las causas del subsecuente periodo de bajo crecimiento económico que Japón hasta ahora experimenta. Los chinos dicen que Japón tuvo que aceptar las demandas de EEUU pues depende de EEUU para su defensa, entre otras cosas. China dice que no depende de nadie, aparte de que China recuerda mucho el periodo de humillación que sufrió por casi un siglo, de 1839 a 1949, cuando fue abierto a la fuerza por el Imperio británico de entonces y fue sometido a invasiones y tuvo que acceder a las demandas de los extranjeros que mermaron su territorio y su dignidad.
En todo caso, parece estar en disputa y es la preocupación de EEUU, más que el tema comercial, el hecho de que China cada vez adquiere una mayor presencia en la economía mundial, en industrias avanzadas, como robótica, aviación, inteligencia artificial, en tecnologías avanzadas, y que EEUU considera que esos avances los está adquiriendo de una forma ilegal y fraudulenta, de las empresas de su país, al copiar, o forzar la transferencia tecnológica a empresas de EEUU que operan en China por ejemplo, o restringiendo la presencia de empresas y productos de su país en el mercado chino. China dice que no hace eso, y en todo caso se defiende diciendo de que EEUU no se acuerda que hasta casi antes de la Segunda Guerra Mundial también protegió su mercado de la competencia extranjera y ayudo a sus empresas para permitir que estas adquieran competitividad. China ha dicho que nadie va a impedir que su economía, y sus empresas sean cada vez más competitivas.
Esta guerra comercial se complica pues EEUU no solo lo tiene con el que se supone es su adversario, como China, sino con sus supuestos aliados, como la Unión Europa, sus socios del NAFTA como Canadá y México, e incluso con Japón y Corea del Sur.
Una guerra comercial generalizada entre EEUU y China, las dos mayores economías del mundo, no solo afectara a los dos, sino al mundo entero. Las negociaciones comerciales entre los dos se estima continúan y se espera que las cosas no devengan en un enfrentamiento generalizado.