miércoles, 15 de abril de 2020

¿Cómo en el noreste asiático han controlado o están controlando la epidemia del coronavirus? Medidas sanitarias y económicas.



¿Y por qué hay pocos infectados y muertos por la epidemia, en promedio y en términos relativos, en la región de Noreste Asiático? Lecciones para el mundo:
Mucho se habla de cómo en el Asia, específicamente el noreste asiático, como China, Japón, Corea y Taiwán, han logrado controlar o están controlando la epidemia, pero la situación no es uniforme en todos ellos y varios cometieron errores que algunos han sabido subsanar y otros aun no.
Empecemos por China, que es el lugar donde primero se reportó la epidemia y donde se puede decir que ya lo ha controlado, pues las actividades poco a poco están retornando a la normalidad, y aun así hay el peligro de una segunda ola de infecciones, esta vez desde fuera, por eso el gobierno ha prohibido el ingreso de personas del extranjero (y los pocos que ingresan tienen que estar en cuarentena dos semanas). China tomo drásticas medidas al decretar desde el 23 de enero una cuarentena total en la ciudad de Wuhan y en la provincia de Hubei, y restricciones al movimiento de personas en el resto del país, que paralizo prácticamente la actividad económica. Pero China cometió errores al comienzo pues se demoró en tomar esas medidas, a pesar de que ya a fines del 2019 se habían reportado casos de esa epidemia. China actuó rápidamente después de la demora y podría decirse que es un caso exitoso, tan es así que ahora está ayudando al mundo proveyendo de material para combatir la epidemia y enviando equipos médicos al mundo entero.
Quizás el caso más exitoso es de Taiwán, que apenas se supo de la epidemia, incluso antes del 23 de enero, restringió la entrada a la isla de personas posiblemente contagiadas, hizo un seguimiento a las personas que se contagiaron y ha logrado controlar esta epidemia. Recientemente se han reportado días donde no hay ningún infectado.
Corea del Sur se menciona como otro caso exitoso, pero aún no está totalmente controlada aquí, siguen aumentando el número de infectados, aunque cada vez menos al parecer. Pero se demoró en restringir la entrada de personas de países que ya tenían infectados, de China en particular.
En el caso de Japón, este país se demoró en restringir la entrada de países donde ya existían infectados, y a diferencia de muchos países incluso aún ahora sigue recibiendo visitantes del extranjero (de pocos países). Es preocupante el aumento del número de infectados que está ocurriendo, y el gobierno ha declarado el estado de emergencia nacional recién el 7 de abril, a pesar de que algunos pidieron que se haga desde antes pues el número de infectados aumentaba cada vez más. ¿Porque Japón no restringió desde antes la entrada de extranjeros? Recién lo ha hecho, pero no en forma total como muchos países, por ejemplo, China (o Perú mismo) lo hicieron. Se dice que no lo hizo pues quería hacer de todas maneras las Olimpiadas de Tokio en julio de este año. Recién a comienzos de abril tuvo que posponer esto, a pesar que muchos desde hace tiempo decían que no se podía hacer este año y se tenía que posponer. Otra razón de porque por ejemplo no restringió la entrada de visitantes desde China sino mucho después que otros países lo hicieron se dice fue por consideración a ese país, y a la planeada visita en abril del Presidente chino Xi Jinping (recién se anunció la postergación de esa visita el 5 de marzo y el siguiente día Japón restringió la entrada de visitantes desde China, en forma parcial y después en forma total).
Excepto China, donde hubo una cuarentena total y obligatoria en Wuhan y Hubei, por dos meses (y se puede decir casi obligatoria en el resto del país), en esta región del Asia los gobiernos pidieron a sus ciudadanos que no salgan y usen mascaras. En algunos esto ha funcionado bien, como en China y Taiwán, y también se podría decir en Corea del Sur, donde sus ciudadanos están cumpliendo aun las indicaciones para evitar un rebrote (o un aumento en el caso de Corea). Esto en Japón al parecer no está funcionando bien, por eso algunas voces están pidiendo medidas más radicales para prevenir el aumento de infectados. Hay un estado de emergencia declarado en Japón, pero no en todo el país, y este estado de emergencia no contempla una cuarentena total.
¿Qué lecciones pude sacar el resto del mundo de lo que paso en esa parte de Asia? De que la cuarentena debe ser obligatoria sino hay certeza de que la gente cumplirá la invocación del gobierno de no salir de sus casas y protegerse usando mascarillas, y la verdad excepto en esa parte de Asia (y también podríamos añadir Singapur) en otras regiones del mundo no hay esa tradición de seguir las indicaciones del gobierno. Y como vemos, aun en Japón se tiene problemas con el cumplimiento de la invocación del gobierno por eso está aumentando el número de infectados.
En resumen, esta región en Asia ha visto un menor número de infectados y fallecidos que muchos otros países en el mundo, a pesar de que son países de gran población, viviendo en espacios pequeños, porque siguen las indicaciones de su gobierno. Aparte por supuesto que varios de ellos tienen un buen sistema de salud pública.   
También los asiáticos del noreste están utilizando la tecnología para combatir la epidemia. China es el más avanzado. Por ejemplo, en el uso de drones, para enviar medicamentos, vigilar y advertir a la gente que no salga y para que use mascarillas, para tomar la temperatura de la gente. Uso de robots en los hospitales, para llevar comida, medicamento a la gente, para desinfectar cuartos, ambientes, calles. Uso del Smartphone donde hay una aplicativo de salud, que permite ver si la persona ha estado contagiada o no (si lo ha estado esta registrado ahí), si vive en una zona donde hay infectados, si ha viajado en un medio de transportes donde había infectados, donde estuvo, a que lugares ha ido, etc.
Por último, esos gobiernos están aplicando políticas para ayudar a sus empresas y ciudadanos que se están quedando sin ingresos por la inmovilización del aparato productivo. Por ejemplo, Japón dará cerca de un billón de dólares, un 20% del tamaño de su economía, en un paquete de estímulo económico, dónde entregará dinero a personas, y a pequeñas empresas y microempresas (dará, no prestará, a estas empresas alrededor de 18 mil dólares a cada una de ellas). Es el mayor paquete de estímulo económico anunciado por cualquier país.[1] Incluye dar alrededor de 2,800 dólares a familias de bajos ingresos.[2] No solo eso, adicionalmente dará parece casi 1,000 dólares a cada persona, independientemente del nivel de sus ingresos.[3] Corea por ejemplo dará dinero, unos 816 dólares, a cada familia, que comprenden en total 35 millones de personas, casi 65% de su población[4].

Los gobiernos piden que sus poblaciones se queden en sus casas. Es difícil que la gente cumpla esto cuando muchos se han quedado sin ingresos. Por eso los gobiernos asiáticos están tratando de dar ingresos a la gente que se ha quedado sin estos por la epidemia.

             
 

  

viernes, 10 de abril de 2020

Perú y la iniciativa "América crece"



Al parecer el Perú aún no se ha unido a la iniciativa "América crece" pues aún se está negociando con los EEUU los detalles para la firma de un memorando de entendimiento sobre ese tema[1].
La iniciática “América crece” fue lanzada oficialmente el año pasado por EEUU, y busca promover la participación del sector privado en el desarrollo de la región a través de la construcción de la infraestructura necesaria para su desarrollo económico. Está abierta a la participación de todos los países de la región, excepto de algunos, como Nicaragua, Cuba o Venezuela[2],[3].
Eventualmente, Perú se unirá a esta iniciativa, vista como un esfuerzo de los Estados Unidos para competir con la "Iniciativa de la Franja y la Ruta" de China, IFR. Pero hasta ahora, la iniciativa de los Estados Unidos parece ser más una declaración, una forma de mostrar que está haciendo algo para contrarrestar la creciente presencia de China en la región, que un intento real de hacerlo.
La iniciativa estadounidense es diferente de la IFR en varios sentidos. Primero, la IFR es un esquema completo para vincular a China con países en varios aspectos, no solo en la conectividad de infraestructura, sino también en la conectividad de políticas, comercial, financiera y de persona a persona. La iniciativa "América crece" es más limitada, para promover la inversión en infraestructura del sector privado en América Latina. En segundo lugar, la IFR cuenta con el respaldo de muchas instituciones financieras de China, muchos de ellos fondos gubernamentales o vinculados a China, como el Silk and Road Fund, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, BAII, el Banco de los BRICS y varios de sus bancos estatales de desarrollo. Y tercero, y lo más importante, es la escala del monto de la inversión que China está haciendo (como se ve en Asia, por ejemplo) y está dispuesta a hacer. Incluso si el gobierno de los Estados Unidos ha declarado que sus agencias como USAID, la de Comercio y el Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA) y la Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero (OPIC) participarán en la iniciativa, no tienen el músculo financiero que China está dispuesta a mostrar en su IFR.
Y, por último, parece que Estados Unidos no puede ofrecer lo que la región quiere, pero China si puede. América Latina necesita mercados para sus materias primas, que es lo que principalmente exporta, pero Estados Unidos compra cada vez menos de esos productos ya que muchas de sus empresas manufactureras se han mudado al extranjero (a países como China). Por ejemplo, el año pasado, China, el mayor mercado de bienes de Perú, representó alrededor del 29.5% de las exportaciones totales de Perú, y esa cantidad represento un aumento del 2% en comparación con el año 2018. En contraste, EEUU significo solo el 12.5% ​​de lo que Perú exporto, y la cantidad vendida fue 29.5% menor que la cifra del 2018. América Latina necesita inversión, y la inversión de China está creciendo en la región, especialmente su inversión en infraestructura, y Perú es un buen ejemplo de eso. Incluso antes de que Perú se uniera a la IFR el año pasado, China ya estaba invirtiendo más en el país en el sector de infraestructura. Por cierto, ya hay 19 países en América Latina que se han unido a la IFR, pero parece que aun pocos se han unido a la iniciativa "América crece".
Por último, China ha manifestado su voluntad de abrir más su mercado, lo contrario de la actitud estadounidense de proteccionismo hacia la región y el mundo.

“EL VIRUS CHINO”




Gonzalo Paroy Villafuerte
Historiador - Centro de Estudios Asiáticos - UNMSM


El mundo vuelca los ojos una vez más, al gigante asiático. Esta vez por ser el centro de la tragedia mundial llamada Covid-19. Quienes hemos estudiado en diferentes aspectos, parte de la historia de este país y su relación con el mundo, podemos llegar a una conclusión: la asociación de lo negativo con lo chino y el recuerdo de un racismo antichino, siguen vigentes, en realidad nunca se fue. Las palabras de Trump, las agresiones a asiáticos en distintos países y las decenas de teorías conspiranoicas que vuelcan en internet, así lo confirman. Para estas formas de pensamiento, el virus son los chinos y su cultura culinaria aberrante que habría propiciado la pandemia, el virus son los chinos quienes extendieron la enfermedad por el mundo, el virus son los chinos y su galopante economía que ha comprado acciones del mundo bursátil occidental, y por último, el virus son los chinos, que crearon este mal para deshacerse de ancianos y de la sobrepoblación.

Es sabido que en los periodos de crisis se conocen a las personas y podemos agregar, a los Estados y su clase política. Así pues, compartir “noticias” y columnas de opinión donde el culpable es única y exclusivamente China, sin análisis (cultural, contextual o histórico) esconde solo dos posibilidades: ignorancia con su carga emotiva de miedo o un muy interiorizado racismo que permite liberar de culpa y responsabilidades estructurales culpando al chivo expiatorio de siempre: los chinos, los orientales, los amarillos.

Entonces… ¿quién es el culpable de la pandemia? Parte del instinto humano es la búsqueda de culpables que permitan exculparse y estigmatizar. Pero debo concordar que es necesario conocer al culpable, comprendido este como la o las causas y las estructuras que permitieron y gestaron la crisis sanitaria mundial; así, esclarecer quién o quiénes deberían ser señalados como los virus, aunque esto implique finalmente, que nosotros mismos seamos señalados.

Empecemos con el aspecto más simple y voceado: las “aberrantes” culturas culinarias chinas. Juzgar y señalar es muy sencillo cuando se desconoce la realidad histórica de distintos países que atravesaron (y atraviesan) la tragedia que más muertes lleva a la humanidad, más que guerras y enfermedades: el hambre. Como pasó en la Francia Revolucionaria, en los guetos judíos en Alemania de la Guerra y desde principios de la humanidad, la necesidad primaria de alimentarse ha llevado a los humanos a buscar alimentos, aunque esto incluya la caza de animales salvajes. Es menos conocida que los anteriores ejemplos, que en las décadas de 1950 y 1960, China sufrió una de las tragedias generadas por el hambre, más grande del siglo XX. La estadística más moderada dice 15 millones de personas perdieron la vida. Ante este escenario, el Estado chino legalizó la caza de animales salvajes para que sus habitantes pudieran subsistir. Surgieron los mercados libres donde se comerciaban los animales de la región. Quien no conoce la tragedia detrás de una práctica cultural, puede juzgar de manera negativa. Ahora bien, podríamos agregar que en todo país existen mercados, legales e ilegales, de tráficos de especies salvajes, sea como alimento y medicina, sea como mascotas. Señalar a China y sus mercados, es olvidar que en África, por mucho tiempo, surgieron enfermedades de virus animales que saltaron a humanos y que, salvo el VIH, fueron endémicas; o ignorar el gran mercado de Belén de Iquitos, donde más de un limeño juzgaría desde su pequeña realidad la venta de insectos, reptiles y todo tipo de animal amazónico. Bajo ese sentido, la tragedia pudo iniciarse en cualquiera de estos países. El dato final, es que no necesariamente tiene que ocurrir con los llamados animales salvajes, sino incluso con animales de granja, como ocurrió con la gripe aviar iniciada en Italia decimonónica y que tiene rebrotes cada cierto tiempo. Podemos acordar que no se puede culpar a una tragedia histórica (hambruna) ni a una cuestión tan extensa y antigua (mercados de animales), pero sí podríamos señalar, desviando nuestra mirada exclusivamente del virus actual, que la convivencia con los animales y la creciente destrucción de sus ecosistemas, son los principales caldos de cultivos de estos virus de origen animal. Así lo señalan diversos expertos, tras el análisis de la historia de diferentes epidemias. En este aspecto, el virus es el extractivismo que no mide consecuencias, una causa estructural, puesto que no obedece a banderas y coyunturas, sino a la forma cómo nos hemos relacionado con la naturaleza en los últimos siglos.

En otro punto, históricamente, Italia y el Mediterráneo han sido centro de un intercambio de entre Europa y Asia, intercambio de todo tipo, desde cultura (recuerden el viaje de Marco Polo), conocimientos (la pólvora, el papel) y comercio (la ruta de la seda es muy conocida) hasta, por supuesto, enfermedades como la recordada peste negra que azotó Europa en la Edad Media, una de las tragedias más grandes producidas por una enfermedad. Con lo dicho, solo quiero explicar (o hacer recordar) que la globalización comercial y cultural crea una dinámica mundial que aplica a todos los aspectos de la vida humana, todo lo positivo y todo lo negativo. De todas las bondades que ha ofrecido Asia a Occidente, culpar de un proceso común a la historia humana a una sola nación, es tan solo un burdo argumento para denigrar, sino… ¿qué podríamos decir los americanos de la epidemia de viruela que trajeron los españoles y que fueron el principal factor de la debacle demográfica del Nuevo Mundo? Pese a que esa sí fue una verdadera empresa conquistadora que traería muerte, jamás pensaron los viajeros que un ente microscópico sería la causal de la mayor muerte masiva de América. No olvidemos que en países como Italia o Perú, sus casos “cero” fueron propios, un deportista en el caso de Italia, y un trabajador de una aerolínea en el caso peruano. Ambos Estados pudieron actuar cerrando las fronteras o exigiendo una cuarentena a todo pasajero, pero minimizaron las consecuencias. A este respecto… ¿podríamos culpar a la globalización de ser el virus?

Las conspiraciones generadas aluden a que el fin último del gobierno chino era la conquista económica de Occidente y que la “creación” (sic) del Covid-19 era el medio. Incluso insinúan que se ocultó información o que esconden la cura. Y que justo cuando el virus es mundial, ellos ya superaron el problema y se perfilan como el “más favorecido” (pese a la inversión que implicó superar la crisis), mientras las bolsas del mundo cierran con pérdidas. Aunque estoy seguro en que la mayoría coincide en que estas ideas son productos de miedo, creatividad, mucho tiempo libre y su carga de racismo; permiten decir un par de cosas. Europa y América tuvieron un mes de ventaja y toda la experiencia de China, Corea, Irán y Japón en el inicio de la pandemia. Quienes seguimos lo que ocurría al otro lado del mundo, nos sorprendimos de lo rápido que viajaba la información vía internet. No solo experiencias, sino artículos científicos y resultados médicos. Por supuesto que los noticieros americanos recién se interesaron del tema cuando aparecieron los primeros afectados en Europa y recién vimos la realidad cuando llegaron los “casos cero” a nuestros países latinos, pero todos, salvo China, tuvieron mucho margen de tiempo para actuar.

Ahora bien, todo parece indicar que, de todas las potencias económicas, China es la que perderá menos (ya que todos pierden capital monetario, humano e institucional). Debemos recordar que si alguna potencia actual se vio favorecida por una crisis que implicó millones de vidas humanas, fue EEUU posguerras mundiales, cuando sus similares asiáticos estaban materialmente destruidos. Como nuestras conspiraciones son occidentales, a pocos hizo extrañar que Wall Street sea la beneficiada. El mundo bursátil como lo conocemos nació ahí. China ha atravesado un muy largo camino para ingresar al capitalismo internacional bajo un Estado fuerte y una economía galopante. Las bolsas de valores siempre han sufrido caídas y quiebras debido a que su sostén es y ha sido la especulación y la confianza en el mercado libre. En este sistema, un conflicto bélico, una catástrofe natural, el choque de intereses por productos mundiales como el petróleo, pueden revertir las curvas bursátiles. A este sistema nos hemos acostumbrado. ¿Por qué está mal que un Estado no occidental saque provecho en el mismo sistema? China sufre el mismo fenómeno que toda asociación que utiliza las mismas reglas de juego que no inventaron: acusados por no salir perjudicados. Gran Bretaña y EEUU ha preferido el sistemas económico a la salud pública, China, Corea y Japón hicieron lo contrario. Nuestra visión binaria de “bueno” y “malo” ha sido formada desde occidente y esto explica por qué es tan fácil señalar a unos y no a otros. La pérdida de población “improductiva” (adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, personas que padecen condiciones médicas, etc.) no parece concordar con la política aplicada por China ante la crisis sanitaria, caso muy distinto al de los países gobernados por una política que prioriza el sistema económico a su gente. En este sentido el virus (que va a matar a la “población improductiva”) son aquellas cuya política de salud pública son nulas ante la emergencia, acompañado de las muchas clases políticas y empresariales que reniegan de los Estados que priorizan la salud de la población y no al mercado.

Entonces, observamos que muchas de las cosas que se dicen, adolecen de un análisis mayor y en el fondo, reproducen un mal endémico entre los difusores de información y creadores de discursos: racismo e ignorancia en contra de unos, desvío de la culpa real a favor de otros. El virus no es una práctica histórica y cultural, no es una nación, no es un gobierno, no es la falta de información, no es la falta de políticas aplicables para minimizar la amenaza sanitaria. Tal como he argumentado, intentando ver de manera panorámica y no solo coyuntural, podemos identificar los virus: el extractivismo irresponsable que destruye ecosistemas, la globalización que nos une inevitablemente en todo lo positivo y en todo lo negativo, la forma cómo se maneja el mercado mundial que una crisis lo doblega y los Estados inactivos que condenan a su población a su suerte, aunque en esta coyuntura eso puede significar otra tragedia histórica.  

Más de uno ha señalado que toda crisis es a su vez una posibilidad. Los virus detectados, es decir, las causas estructurales señaladas, deben cambiar. Se requiere cambiar nuestra relación con el medio ambiente y sus animales, se necesita mejorar la política de salud global y pública, se exige mayor capacidad de respuesta de los Estados. Pero también exige eliminar a los recreadores de discursos negativos que por falta de análisis atacan lo más frágil, mientras que los grandes virus quedan libres de responsabilidad.


3 de abril del 2020