viernes, 13 de septiembre de 2019

Discurso del 10 de setiembre al recibir la condecoración de “Orden del Sol Sol Naciente, Rayos Dorados y Roseta”.


Discurso del 10 de setiembre al recibir la condecoración de “Orden del Sol Sol Naciente, Rayos Dorados y Roseta”.
Excelentísimo Sr. Embajador de Japón, Sadayuki Tsuchiya, Sr. General Marco Miyashiro, presidente de la Liga Parlamentaria de Amistad Perú-Japón, Sr. Embajador Elard Escala, Director General de Asia y Oceanía del Ministerio de Relaciones Exteriores, distinguidas personalidades, invitados, familiares, amigos todos.
Es para mí un gran honor recibir, por segunda vez, una condecoración del gobierno de Japón.
Estudie en Japón 7 años, de 1985 a 1992 en La Universidad de Kobe (incluyendo los 6 primeros meses que estuve aprendiendo el idioma japonés en la Universidad de Osaka de Lenguas Extranjeras) haciendo mis estudios de posgrado en Economía en una beca del gobierno japonés, y me quede un año más trabajando en una fundación japonesa en Nagoya. Después he tenido oportunidad de ir como profesor visitante a Universidades japonesas en Sendai y en Yokohama, en los primeros años de la década pasada, y también de viajar atendiendo algunos eventos académicos.
Por suerte he tenido entonces oportunidad de mantener contacto con Japón y con algunos amigos, la última vez que estuve ahí fue el año pasado, y muchas veces me entra la nostalgia del tiempo que pasé allá, que si se calcula en total representa casi 10 años, una sexta parte de mi vida. A veces me pongo a recordar esa época escuchando la música japonesa tradicional, enka, que me gusta mucho, y también voy a comer de vez en cuando comida japonesa, el tradicional, no la fusión que existe ahora. También escucho la radio pública NHK, que se puede escuchar por internet, para mantenerme al tanto de lo que sucede en Japón y no olvidar el idioma, especialmente ahora que ya no ejerzo el oficio de traductor del idioma japonés pues estoy dedicado al 100% a mi labor de enseñanza en la Universidad de San Marcos. El hecho de ser profesor universitario, de enseñar un seminario de economía asiática, hace también que deba mantenerme al día de lo que suceda en Japón.
Justamente la creación el año pasado de un Centro de Estudios Asiáticos en la Universidad San Marcos (CEAS) me está permitiendo continuar y creo yo tener un mayor acercamiento con Japón. Por ejemplo, ahora tenemos en la Universidad de San Marcos al profesor Yusuke Murakami, de la Universidad de Kioto, quien estará este mes de Setiembre como profesor visitante, y seguro vamos a tener oportunidad de tener otros profesores japoneses también en el futuro. En este caso debo agradecer a la Embajada de Japón, y en particular al Sr. Embajador Sadayuki Tsuchiya, por el apoyo que ha brindado al Centro de Estudios Asiáticos desde incluso antes de su establecimiento oficial en noviembre pasado.
Siempre le digo a mis alumnos que vayan a estudiar al extranjero, y mejor a Japón, no solo por ser un país adelantado donde pueden aprender mucho sobre su profesión, sino por el carácter especial del país, que como saben los que han tenido oportunidad de viajar y conocerlo, es realmente único, por no solo el tema de la buena seguridad que existe, la amabilidad y calidez de sus ciudadanos, la excelente calidad de sus productos y servicios, sino también por la tranquilidad que se siente estando allá. Les digo a mis alumnos que los envidio por ser jóvenes pues me gustaría tener otra vez su edad y viajar a estudiar allá, y que además las becas que ofrece son definitivamente las mejores del mundo, no solo porque es una beca completa, sino porque van a disfrutar de su estadía en el maravilloso país que es Japón, y van a estar en el centro de una región dinámica como es Asia.
Lo que hago ahora, enseñar sobre Japón y Asia, es algo que me apasiona, y pensar que fue algo fortuito que vaya a estudiar a Japón y más aún el hecho de que me haya quedado allá por un buen tiempo. Japón marco mi vida, mi juventud, marca mi presente y marcara mi futuro. Y estoy más feliz aun al pensar que las semillas que sembré resultado de mis estudios allá, enseñando aquí sobre ese país y esa región, de promover entre mis alumnos que estudien ese país y esa región, que vayan a estudiar allá, está empezando a rendir frutos, con la creación del Centro de Estudios Asiáticos en la Universidad y con la formación que varios de mis alumnos están teniendo ya en esa región. Si bien es cierto aun ningún alumno mío ha ido a Japón a hacer un posgrado, ya varios de ellos han ido a otros países de esa región y estoy seguro pronto irán más, especialmente gracias a la constitución del Centro de Estudios Asiáticos, pero también con los diversos convenios que la Universidad está firmando con varias Universidades de Japón. De hecho, varios de los miembros del CEAS que se han formado en Asia han sido alumnos míos.
Este año es un año especial, pues se celebra el 120 aniversario del comienzo de la inmigración japonesa en el Perú, un hecho que marcó el comienzo de una relación de larga amistad entre nuestros dos países, y me alegra que sea precisamente en este año que reciba esta condecoración. El que mi trabajo y actividad de enseñar sobre ese país y región sea premiado es un aliciente más para continuar con esa labor.
Finalmente quiero agradecer a mis amigos que están presentes aquí, de la Universidad, a sus autoridades presentes, a mi familia (aunque mi esposa no está presente ahora y le hubiera gustado estar por que le encanta Japón y Asia), y a dos amigos también becarios que me acompañan aquí. Justamente la organización que ayudamos a crear con el Dr. Juan José Bonilla, la Asociación de Ex becarios de Japón, me permitió también estar más en contacto con ese país.
Muchas gracias
Carlos Aquino

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