lunes, 26 de julio de 2021

La competencia económica China EE.UU.

 


Se acaban de reunir en Tianjin, China, la Subsecretaria de Estado de EE.UU. Wendy Sherman, con el viceministro de Relaciones Exteriores de China y con el mismo ministro Wang Yi[1], y lo que se conoce de la reunión es que las diferencias entre ambos países continúan y no parece haber un punto de acuerdo que podría presagiar una reunión cumbre entre Biden y Xi, como algunos especulan podría ocurrir en la reunión del G20 el próximo octubre en Italia.

Especialmente en la reunión de Sherman con el viceministro Xie Feng, ocurrido antes del encuentro con Wang Yi, China fue muy duro en exigir una serie de medidas por parte de EEUU para “reparar” las relaciones entre ambos países, que actualmente están en un “punto muerto” y “enfrentan graves consecuencias”. Xie Feng pidió, entre otras cosas, que EEUU levante las restricciones a las visas impuestas a dirigentes del Partido Comunista y sus familias, a estudiantes chinos en EE.UU., a las actividades de los Institutos Confucio, y desista de pedir la extradición de la hija del dueño de Huawei detenida en Canadá[2].

Así las cosas, lo más probable es que no haya descanso en la competencia económica entre los dos países, y que las políticas restrictivas iniciadas por Trump contra China se seguirán manteniendo.    

China ha crecido a tasas aceleradas desde el comienzo de sus reformas económicas y apertura al mundo en 1979. Es ahora la segunda economía mayor en el mundo y se prevé sea la mayor a fines de esta década. Pero EE.UU. cree que:

1.     El crecimiento chino ha sido a costa de EE.UU.

2.     China no es abierto a la inversión y productos de EE.UU. y se ha apropiado de su tecnología usando métodos ilegales

3.     Y que EE.UU. depende mucho de China para muchos de los productos que consume

Y por eso la competencia económica entre los dos países. Pero la razón fundamental es que hay una lucha por la supremacía económica, tecnológica, y la guerra comercial es un símbolo de ello. Incluso la crítica de EE.UU. va hacia el modelo chino de desarrollo, que considera autoritario y que no respeta los derechos humanos.

Esta competencia abierta, que empezó con Donald Trump, ahora es parte de la política de EE.UU. y continua con Biden. Trump dijo que el déficit comercial que tiene su país con China es prueba de que China se aprovecha de ellos, y que también es culpable de que los trabajos en su país se hayan ido a China. Para China lo que EE.UU. quiere es “contener”, impedir, el ascenso de China y frenar su desarrollo económico.

Los hechos

- Hay un gran déficit comercial de EE.UU. con China, y que fue del orden de los 333 mil millones de dólares el 2020. El 2018 alcanzo un pico de 378 mil millones (o de 418 mil millones de dólares, según estadísticas de EE.UU.[3]), subiendo desde los 103 mil millones de dólares en el 2002.

- En la pandemia del COVID-19 EE.UU. se dio cuenta que dependía mucho de China (para mascarillas, Equipos de Protección Personal, etc.).

- De los 2.4 billones de dólares que importo en bienes EE.UU. el 2020, 457 mil millones de dólares vino de China, el 19% del total, y fue la primera fuente de sus importaciones, segundo fue México (casi 13.7% del total) y después Canadá (11.5% del total). En sus exportaciones, de los 1.43 billones de dólares que vendió al mundo, a China fue 124.6 mil millones de dólares, el (8.7% del total), y fue el tercer destino, después de México y Canadá (este último fue el primero con 17.8% del total). China es el mayor socio comercial de EE.UU. (primero en importaciones, tercero para sus exportaciones). Y para China también EE.UU. es su mayor socio comercial (es el primero para sus exportaciones, cuarto como fuente de sus importaciones).

Pero EE.UU. tiene déficit comercial con la mayoría de los países del mundo. No es tan competitivo en la mayoría de los bienes (excepto en algunos productos de alta tecnología), tuvo un déficit de 976 mil millones de dólares con el mundo en el 2020. Tuvo déficit con China de 333 mil millones de dólares, con México de 116 mil millones de dólares, con Vietnam de 73 mil millones de dólares, con Alemania de 59 mil millones de dólares, con Japón de 58 mil millones de dólares, con Suiza de 57 mil millones de dólares, con Irlanda de 56 mil millones de dólares (cifras del 2020)[4]. Pero China tiene déficit comercial con Taiwán, Japón, Corea, Alemania, de los que compra maquinarias, y partes y componentes para su industria, y también tiene déficit con países de los que compra abundantes materias primas, como Australia y el Perú.

A China los EE.UU. le exporta maquinaria, equipos y alimentos. Y parte de lo que exporta a China, como partes y componentes, se ensambla ahí en un producto final y se vende a EE.UU. o a el mundo entero. Y parte importante de las manufacturas que compra EE.UU. de China (y del mundo) son hechas por sus empresas, como el iPhone hecho por Apple en China. 

Pero EE.UU. tiene un gran superávit comercial en servicios. Es el más competitivo en el mundo en servicios (turismo, transporte, finanzas, educativos, de salud, música, internet y telecomunicaciones, delivery, etc.). En el 2020 EE.UU. aporto con el 13.6% de todas las exportaciones en servicios del mundo, fue el primero, segundo fue el Reino Unido con 6.7%, y China fue el cuarto con solo 5.7%. Su superávit comercial en servicios fue de 245 mil millones de dólares el 2020. China en cambio tiene un gran déficit comercial en servicios, que fue de 100 mil millones de dólares en el 2020.

¿Qué ha hecho EE. UU.?

1.     Guerra comercial, subir aranceles. En julio del 2018 EE.UU. empezó imponiendo 25% de aranceles a 34 mil millones de dólares de importaciones de China[5]. China también respondió haciendo lo mismo. Y la escala de subida de aranceles continuo por ambos países, hasta que en enero del 2020 se alcanzó un acuerdo donde se estableció que EE.UU. no pondría más aranceles y disminuiría la tasa a algunos productos, a cambio de que China compre adicionalmente productos de EE.UU. por 200 mil millones de dólares en dos años.

Pero la guerra comercial no ha solucionado el problema del déficit con China. Trump también dijo que los altos aranceles perjudicarían a China. Esto no es así, perjudica a los consumidores de EE.UU. que tienen que pagar más por productos que solo los produce China, y por eso las importaciones de China no han bajado tanto. En el 2016 EE.UU. compro de China 481 mil millones de dólares, el 2017 subió a 525 mil millones, el 2018 a 563 mil millones, bajo el 2020 a 457 mil millones de dólares (por la interrupción del comercio por la pandemia), pero este año subirá otra vez. Y el problema del déficit comercial persiste. En los primeros 6 meses del 2021 el superávit comercial de China con EE.UU. (o el déficit de EE.UU. con China) fue de 165 mil millones de dólares[6]. Y las ventas a China de parte de EE.UU. no han variado mucho, de 115 mil millones de dólares en el 2016 a 124 mil millones de dólares en el 2020.

2.     Además, el fijarse solo en el déficit comercial y decir que el país pierde por eso es un enfoque erróneo. Aparte de que mucho de lo que exporta China a EE.UU. son hechas por empresas de EE.UU. en ese país, o usa partes y componentes, o maquinaria de EE.UU., lo que exporta China incluye también partes y componentes de otros países del mundo. Y en algunos productos que exporta China el valor agregado, lo que se ha producido en el país, es poco. Es el caso por ejemplo de los iPhone, donde quizás menos del 20% del valor agregado es hecho por China. Y por eso las restricciones a productos chinos afecta a muchos países, e interrumpe las cadenas globales de suministro en el mundo.

La guerra comercial, los altos aranceles a los productos chinos, las restricciones a la venta de algunos productos de EE.UU. a China (que el mismo EE.UU. ha puesto, como para los productos de alta tecnología), no va a resolver el déficit comercial de EE.UU. con China. Cada vez EE.UU. tiene menos productos que vender a China, pues China cada vez produce más de todo, y los productos que China si quiere comprar de EE.UU., como los de alta tecnología, EE.UU. no los quiere vender, pues dice que ayudaran a fortalecer el aparato industrial del gigante asiático. Y ante eso China está empezando a fabricar esos mismos productos. así que China en el futuro tendrá poco que comprar de EE.UU., excepto soja, trigo, y otras materias primas.

3.     Entonces hay restricciones a la venta de tecnología de EE.UU., de por ejemplo circuitos integrados, a Huawei, que, si ha golpeado fuertemente a esta empresa, reduciendo la producción de sus smartphones. A Huawei la acusa de tener lazos con los militares.

4.     EE.UU. ha puesto restricciones, prohibido que empresas chinas como Huawei, ZTE, y otras, participen en la construcción de sus redes de telecomunicaciones, ya que las considera una amenaza para la seguridad nacional[7].  

5.     Hay restricciones a la inversión china en EE.UU., para comprar empresas de EE.UU. Del 2013 al 2017 las inversiones chinas aumentaron en ese país y del 2015 al 2017 China invirtió en EE.UU. más de lo que EE.UU. invirtió en China, pero desde el 2017 la inversión de China a EE.UU. ha disminuido, por las restricciones que ha puesto el Comité para la Inversión Extranjera de Estados Unidos, CFIUS, por sus siglas en ingles[8]. 

6.     EE.UU. ha impuesto restricciones al acceso a su mercado de capitales a las empresas chinas. A las empresas ligadas al estado chino o al ejército chino

Se dice que la guerra comercial o competencia económica llevaría a que las economías de China y EE.UU. se desacoplen, que cada uno trate de procurar más sus productos de su economía o de sus aliados, para así depender uno menos del otro. EE.UU. quiere que sus empresas salgan de China y regresen a su país o a algún cercano o aliado de EE.UU.[9]

China aun depende de EE.UU. para ciertas tecnologías. Además, que el dólar es la moneda de reserva y de mayor uso en el mundo incluso en las transacciones que hace China con el resto del mundo.     

¿Que nos espera al resto del mundo?

EE.UU. y China son las más grandes economías en el mundo. Representan entre ellos el 36% de la economía mundial, y el 23% del comercio global. Aportan el 45% del crecimiento del mundo. Son el mayor socio comercial de más del 70% de países en el mundo.

De agudizarse el conflicto entonces el mundo entero se perjudicaría, empezando, por ejemplo, por las cadenas de suministro que se interrumpirán.  

Pero la competencia económica también puede complicar las relaciones del resto de países con esas dos potencias. Por ejemplo, si EE.UU. pide que el resto del mundo no adopte la tecnología 5G de Huawei, la empresa china, entonces algunos (o muchos) países se verán obligados a tomar el lado de EE.UU. en contra de China.

De hecho, EE.UU. ya ha pedido a varios países que hagan eso, y varios ya lo han hecho, como Australia y el Reino Unido[10]. También eso ya se ve en Latinoamérica. En enero de este año la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos firmó un acuerdo para ayudar a Ecuador a reembolsar miles de millones de dólares en préstamos a China a cambio de excluir a las empresas chinas de sus redes de telecomunicaciones, especialmente Huawei[11]. También, el gobierno de Chile y Huawei Marine firmaron un acuerdo de prefactibilidad para conectar China y Chile con un cable de fibra óptica transpacífico de aproximadamente 20.000 km de longitud. Pero al final Chile eligió una ruta propuesta por Japón para el primer cable de fibra óptica que conectará directamente Sudamérica y la región de Asia-Pacífico. Se dice que Chile hizo eso por presión de EE.UU.[12]

 

 

 



1 comentario:

  1. Excelente artículo. Necesitamos propuestas innovadoras para salir de ese entrampamiento y sombrío panorama. Tal vez una o varias empresas conjuntas entre China y EE.UU., en infraestructura, como la propuesta hace 7 años de unir América con Asia por vía terrestre.

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