La
paralización del proyecto minero de Tía María en Arequipa, que según algunos está
en camino de convertirse en otra Conga pues no se llevaría a cabo, trae a
colación la importancia de la minería en la economía del Perú.
La minería
representa un 14.4% del Producto Bruto Interno, esto es su peso en la economía
prácticamente se triplico comparado con hace algún tiempo. El 2014 se realizó
el cambio del año base de medición del PBI, del año 1994 al 2007, cuando la minería
aumento su peso en la economía.
La minería
ha representado en los últimos años un 20% de la inversión privada y casi el
60% de las exportaciones totales del país.
La minería
también en los últimos años ha aumentado las compras que realiza al mercado nacional,
y se dice que hoy el 55% de sus compras totales lo realiza en el mercado
interno, contribuyendo a dinamizar la economía nacional.
El Perú
tiene un peso muy importante en la producción minera regional y mundial. En
zinc es el primero en producción en Latinoamérica y el tercero en el mundo. En
estaño es el primero en la región y tercero en el mundo. En oro es el primero
en la región y séptimo en el mundo. En plomo primero en la región y cuarto en
el mundo. En plata y cobre es el segundo en la región y tercero en el mundo. No
solo eso, el costo de producción en el Perú es uno de los más baratos que en
otros países, por ejemplo que Chile. El costo de la electricidad, que es un
componente importante es casi un 40% menor que en Chile. Y en agua, también otro
componente importante en la producción de
metales, el Perú tiene ingentes cuencas hidráulicas, comparado con Chile
por ejemplo, pero que lamentablemente no se aprovecha en toda su extensión
(mucha del agua termina en el mar sin ser utilizada).
Además el Perú,
como se vio, es un país polimetálico. No depende de un solo producto minero,
como Chile que depende solo del cobre por ejemplo.
A pesar de
las ingentes riquezas mineras del Perú su potencial no siempre se ha explotado.
Por ejemplo de 1968 a 1992 prácticamente no se realizó gran inversión en este
sector, aparte de la que se realizó en la mina de cobre de Cuajone (podríamos
añadirle la inversión en el oleoducto norperuano de los años 1970s para
completar toda la inversión en el sector minero-energético en ese periodo). Durante
esas dos décadas y media no se realizó mayor inversión, y especialmente se
perdió la oportunidad de llevar a cabo a fines de los años 1980s la inversión
en Camisea que ahora permite exportar gas natural al Perú.
Actualmente,
de acuerdo al Ministerio de Energía y Minas, a febrero del 2015 existe una
cartera estimada de proyectos mineros de 63,928 millones de dólares (y de los
cuales un 35.44% son de empresas de China, que ocupan el primer lugar, seguido
de EE.UU. con un 15.75%). El problema es que debido a los conflictos sociales
que afectan actualmente a Conga y Tía María (y que podrían afectar a otros
grandes proyectos mineros), ese monto de inversión no está garantizado que se
cumpla en un 100%, lo cual representaría un atraso y un golpe a la economía
peruana, dado el peso que la minería tiene en esta.
Ahora,
¿porque hay oposición en ciertos sectores a la minería? Hay varias razones para
esto. La primera es que por muchos años, y aun ahora en algunos lugares, las
explotaciones mineras no han beneficiado grandemente a los poblados a su
alrededor, que veían como la riqueza de su entorno se iba y ellos no recibían
nada a cambio. El otro problema es la contaminación ambiental que algunas minas
ocasionaron a su alrededor y que no ha sido remediado (el caso más flagrante es
quizás el de la contaminación en la Oroya, aunque aquí la mayoría de la gente
se ha acostumbrado a esta y apoya a que la Refinería siga en el lugar). El otro
tema es el temor de la gente de alrededor de la explotación minera, en varios
casos poblaciónes que se dedican a la agricultura, que esa actividad minera
contamine el agua o les quite el agua que ellos utilizan (como se ha esgrimido
en el caso de Conga, Tía María, o Rio Blanco en Piura).
El otro
factor es la actuación de grupos extremistas que buscan sacar réditos políticos
de su oposición a los proyectos mineros, y utilizan esto como caballito de
batalla, para ganar notoriedad y poder después ganar el poder, postulando a
nivel de alcaldías, gobernaciones, al Congreso, o a la Presidencia de la
Republica.
Lo anterior
trae a colación el papel del Estado, que no ha sabido actuar para remedir esos
problemas. Los impuestos que pagan las empresas mineras no se han utilizado
para mejorar la situación de las comunidades que viven alrededor de esas minas.
Además el canon que pagan las empresas a los municipios alrededor de esas
explotaciones no ha sido utilizado plenamente o ha sido malgastado (generando
corrupción en la mayoría de los casos). Además el Estado tiene la tarea de
obligar a las empresas a que no contaminen el medio ambiente, y si lo hace que
lo remedien. Por último el Estado solo actúa cuando los conflictos estallan y
es incapaz de prever o muchas veces remediar estos (como se ve en los diversos
proyectos mineros paralizados, que a los ya mencionados habría que agregar el
de Santa Ana en Puno y el de Tambogrande en Piura).
El Perú
tiene ingentes recursos mineros y debería explotarlos, teniendo en cuenta las
necesidades de la población que vive alrededor de esas explotaciones mineras.
Una tarea
pendiente es lograr la industrialización de esos productos, que por el momento
mayormente se exportan en concentrados, con poco valor agregado. Es increíble
que parte importante del acero, o las varillas de hierro por ejemplo que el país
necesita, ahora que hay un boom de la construcción inmobiliaria, se importe de
China, o de la India.
Se habla de
que el crecimiento de la economía China se ha desacelerado y la demanda por
minerales bajara. Esta es una visión un poco incompleta. Si bien es verdad China
ya no crecerá 10% promedio anual como lo hizo desde que empezó sus reformas
económicas en 1979, hasta el 2011, el tamaño de su economía es muchas veces más
grande ahora y el impacto de su crecimiento seguirá siendo enorme y la demanda
por minerales continuara. Por ejemplo, cuando China crecía 10% anual, el monto
de riqueza generada era de 100 mil millones de dólares si su economía era de un
billón de dólares, y este era el caso de este país hace 30 años. Ahora la economía
China tiene un tamaño de 10 billones de dólares, y aunque crezca solo 5% este
crecimiento genera un monto de riqueza adicional de 500 mil millones de
dólares.
Un último
dato del tamaño y dimensión del crecimiento chino. Se dice que del 2011 al 2013,
en solo tres años, China uso más cemento que EE.UU. uso en todo el siglo 20[1].
En esos tres años China uso 6.6 gigatoneladas, más que las 4.5 gigatoneladas[2]
que EE.UU. uso de 1901 al 2000.
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