El Comité Permanente de la
Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo de China, adoptó
hoy miércoles una nueva ley de seguridad nacional que se compromete a
"proteger los intereses fundamentales del pueblo". Cubre no solo el
tema militar, político, económico, el espacio sino también el internet, la
seguridad cibernética, etc.
La idea es como dice el
gobierno chino tener las herramientas para defenderse de los desafíos externos
e internos. Los externos tienen que ver con la integridad territorial, y el
interno en mantener la seguridad política y la estabilidad social.
En lo externo cada vez China
es más asertivo en sus reclamos, como en la disputa con Japón por las islas
Senkau/Diaoyutai, o por las islas en el Mar del Sur de China, las Spratley, que
se disputa con varios países del Sudeste Asiático. O el ciberespacio. En lo
interno están los desafíos de las protestas sociales, de los cultos ilegales, o
los reclamos en el Tíbet o Xinjiang.
Un punto polémico es el
control del internet, que ya había, del espacio cibernético, la tecnología de la
información, de su infraestructura, y de los sistemas de información y datos.
Se menciona a Hong-Kong y
Macao también en la ley, señalando que es responsabilidad compartida de todos
los que viven en esos lugares mantener la soberanía e integridad territorial
del país, e incluso de los que viven en Taiwán, generando la protesta de las
autoridades en esta isla[1].
Se critica que esta ley da
al Estado más herramientas para intervenir, detener personas, controlar el
internet, restringir la participación extranjera en ciertas actividades
consideradas de seguridad nacional (sin definir claramente estas), que
justificarían políticas proteccionistas.
Otra crítica es que no se
define claramente que constituye ofensa y que penas tendrían estas. Eso haría
que “las personas no sepan que comportamiento está prohibido y permitiría al
gobierno perseguir a alguien a quien consideran una amenaza”. En este caso “el
diablo está en la falta de detalles” como manifiesta un investigador de Amnistía
Internacional[2].
En todo caso esto fortalece
la posición del Presidente Xi Jinping, que está en una campaña de erradicar la
corrupción en el país y en el Partido Comunista. El objetivo también es consolidar
el poder del Partido Comunista Chino, que se dice tiene 87 millones de miembros
y cumplió su 94 aniversario de creacion el 1 de julio.
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