lunes, 19 de diciembre de 2016

Los desafíos de la economía china en el 2017


                                                                                                         Carlos Aquino Rodríguez*
China el año 2016 ha tratado de consolidar su nueva etapa de crecimiento económico, de alrededor de 6.5%, y que tratara de mantener el 2017, aunque su economía se enfrenta a varios retos. Su nueva etapa de crecer basado ya no tanto en las exportaciones y en la inversión en la manufactura, sino en el mercado interno, en la innovación y el sector servicios, se enfrenta al desafío de una economía mundial inestable y en bajo crecimiento, con el surgimiento del proteccionismo, principalmente en EE.UU., y con la misma economía china con índices de deuda elevados y un posible surgimiento de una burbuja inmobiliaria, en un contexto de también salida de capitales que ha presionado a la devaluación de su moneda.
Primero, el mercado interno chino muestra signos de dinamismo. El consumo interno de algunos productos y la venta de servicios aumenta. Por ejemplo el 11 de noviembre pasado, fecha en que se celebra en China el llamado Día de los Solteros, las ventas online de la empresa Alibaba alcanzaron la cifra de 18 mil millones de dólares, un aumento de 32% respecto al año anterior[1]. De enero a noviembre del 2016 las ventas de autos en China llego a 25 millones, un incremento de 14.1% respecto al año anterior[2]. Y de enero a noviembre del 2016 las ventas de bienes raíces alcanzaron el monto de 1.48 billones de dólares, un incremento de 37.5%  interanual. Ese monto representa uno mayor al Producto Interno Bruto (PIB) de Corea del Sur, Australia y Rusia, que tienen un PIB de 1.38 billones de dólares, 1.34 billones y 1.33 billones de dólares, respectivamente, en el año 2015[3].
Pero justamente este fuerte crecimiento de las ventas de bienes raíces ha elevado el temor al surgimiento de una burbuja inmobiliaria, algo que el gobierno chino ve con preocupación y que está tomando medidas para evitar eso, como hacer más difícil la compra de una segunda propiedad por una familia (elevando la cuota inicial para la compra de la segunda casa por ejemplo, lo que origino incluso que haya divorcios falsos para evitar esto) y poner freno también a las compras especulativas, como también tratando de aumentar la disponibilidad de terrenos para el desarrollo de proyectos inmobiliarios. La baja tasa de interés, la facilidad de créditos disponibles, y la falta de oportunidades rentables en el sector real han alimentado esta burbuja, aunque aún hay un estimado de 690.95 millones de metros cuadrados de propiedades sin vender en el país.[4] Hay una preocupación también por el temor a que las familias se endeuden demasiado y de que asimismo la desigualdad en el ingreso aumente pues algunos pueden comprar viviendas pero muchos otros se están quedando sin esa posibilidad por los altos precios que estas alcanzan.[5]  La deuda del sector privado (el porcentaje de crédito del sector privado no financiero respecto al PIB) subió de 150% en el 2009 a más del 200% en el 2015[6], algo que el gobierno tiene que enfrentar también.
Segundo, la moneda china, el yuan, empezó el año 2016 con un valor de alrededor de 6.5 por dólar y termino el año con un valor de 6.9 yuanes por dólar[7]. La moneda se ha devaluado, en una forma persistente, desde comienzos del 2014 y ha perdido hasta ahora un 15% de su valor frente al dólar. Ha ocurrido una fuerte salida de capitales al exterior. Por ejemplo las Reservas Internacionales Netas de China, que al comienzo del año 2016 eran de 3.3 billones de dólares terminan el año en 3 billones de dólares, en una tendencia de caída que viene desde mediados del año 2014, cuando las reservas chinas eran de 4 billones de dólares (lo que era un monto 20 veces mayor al PIB del Perú o 65 veces mayor a las reservas internacionales actuales del país).
La tendencia hacia la salida de capitales de China continuaría, entre otras razones pues la tasa de interés en EE.UU. aparentemente continuara subiendo (la Reserva Federal de EE.UU. la aumento, después de un año, el 14 de diciembre del 2016 a un rango de 0.5%-0.75%, desde el rango de 0.25%-0.5%)[8]. El alza de la tasa de interés en EE.UU. es la segunda en una década, y el 2017 habría más alzas pues al parecer el mercado laboral en EE.UU. se está ajustando, los salarios podrían incrementarse, y la inflación podría aumentar (en un contexto donde el próximo gobierno de EE.UU. podría tener una política fiscal expansionista).  
Una muestra de la salida de capitales en China se ve en el gran incremento que ha habido en la Inversión Extranjera Directa (IED) de China al exterior. El gigante oriental ahora invierte más afuera de lo que recibe de inversión extranjera en su país. De enero a noviembre del 2016 China recibió IED por 113,790 millones de dólares, un aumento de 3.9% respecto al año anterior, pero China en ese mismo periodo invirtió afuera por un monto de 161,700 millones de dólares, un aumento de 55.3% respecto al año anterior, y solo en el mes de noviembre esta se disparó un 76.5% hasta llegar a 15,740 millones de dólares.[9] El gobierno chino manifiesta su preocupación por esta fuerte salida de capitales y ha dicho que monitorea la situación para evitar salidas especulativas.   
Tercero, el ambiente internacional continua inestable y lo sería más con la nueva administración del Presidente Trump que se inaugura en enero del 2017. Ha dicho que tomara medidas proteccionistas, especialmente contra China. Esto, más la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el surgimiento de gobiernos populistas contrarios a la globalización en Europa presenta un panorama complicado para China que aun depende de las exportaciones, y que cada vez más invierte en el exterior. Las acciones antidumping contra productos chinos se incrementan, y esta reacción continuara si la moneda china, como se vio, continúa devaluándose. Esto sería algo paradójico en un contexto donde en diciembre del 2016 se cumplieron 15 años de que China acceda a la Organización Mundial del Comercio, y donde se le prometió que después de 15 años de su acceso seria tratada como una “economía de mercado” (en vez de ser considerada “una economía donde las reglas del mercado no funcionan”) y donde era fácil poner medidas antidumping a China pues sus precios domésticos no eran tratados como algo valedero (por no ser “economía de mercado”).[10] En este contexto China debería tomar un rol protagónico liderando la globalización pues evidentemente es el país que más se ha beneficiado de esta.  
Cuarto, China tiene que seguir con sus reformas para hacer su economía más competitiva. Hay una capacidad de producción excedente en varios sectores, como en el acero, cemento, carbón, que tiene que ser eliminada, y estos acarreara desafíos como el poder trasladar a la gente que pierda su empleo en esta área a otras; así como necesita poner más énfasis en el desarrollo del sector rural, para evitar el incremento también en la desigualdad en el ingreso. El país necesita también seguir invirtiendo más en energías limpias (de hecho ya es el mayor inversor en el mundo en energía solar, eólica, y en autos eléctricos) ante la contaminación ambiental que se ve a veces en ciudades como Beijing.       





*Profesor de Economía internacional, economía asiática, UNMSM



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