En un
mundo donde el proteccionismo puede resurgir con fuerza, especialmente después
que el Presidente Trump en su inauguración volviera a decir que preferirá los
productos de EE.UU. y pondrá restricciones a los productos extranjeros, es
necesario que los países busquen relaciones económicas más estrechas y acuerdos
comerciales entre ellos. En el caso de Latinoamérica y China esto es más
necesario dada la cada vez más fuerte relación entre ellas y los intereses
comunes que tienen.
China es
el segundo socio comercial de Latinoamérica, aunque si se excluye a México, que
tiene una fuerte relación comercial con EE.UU., en realidad China es el primer
socio comercial de la región. Este comercio, por un monto actual de 247 mil
millones de dólares (datos del 2015), se ha multiplicado por 12 veces desde el año 2000. Este
monto del comercio puede aumentar mucho más, pues si bien es cierto en los
últimos tres años las exportaciones de la región a China disminuyeron por la
caída en el precio de las materias primas, como minerales, y productos agrícolas
(que es lo que mayormente se vende a China), con el continuo crecimiento de su
economía, el incremento en el consumo interno y el surgimiento de una gran clase
media, la demanda china por distintos productos se incrementara.
Por
ejemplo, hay una gran demanda china por productos agroindustriales de
Latinoamérica, como por uvas, espárragos, arándanos, aguacate, de Perú y Chile
por ejemplo, y de bebidas como el vino, que cada día crece más, a tal punto que
en el 2016 China se convirtió en el mayor mercado para las exportaciones de
vino de Chile, superando a los EE.UU. El 2016 Chile vendió a China vino por 195
millones de dólares, un 18.5% más que el año anterior, mientras que a EE.UU.
vendió vino por 183 millones de dólares, algo menos que el año anterior, que
represento una cifra negativa de -8.32% comparado con el 2015, mientras que
Reino Unido fue el tercer mayor mercado en importancia con 148 millones de
dólares y Japón fue cuarto con 142 millones de dólares.[1]
Latinoamérica
tiene un déficit comercial con China, pero esto se explica mayormente por el déficit
comercial que México tiene con China. Ahora, por la caída en el precio de las
materias primas desde el 2012 algunos países que tenían un superávit comercial
con China, como el Perú, empezaron a tener un déficit comercial con China desde
el 2013, pero en el 2016 los precios de algunos minerales como el cobre,
empezaron a subir un poco, y especialmente China está comprando más, en
volumen, de cobre por ejemplo (y hierro también), por lo cual en el 2016 Perú
volvió a tener un superávit comercial con China. En el 2013 Perú llego a tener
un déficit comercial de 1,075 millones de dólares con China, pero el 2016 esto cambio
a un superávit comercial del Perú con China de 224 millones de dólares.[2]
La
inversión china también aumenta en Latinoamérica, y no solo en recursos
naturales, que era donde China había invertido mayormente hasta ahora. Un
sector donde Latinoamérica necesita inversión es en la infraestructura de
transporte como vías férreas, carreteras, y aquí las empresas chinas, que han
acumulado una gran experiencia en su país, pueden participar. También el sector
de manufactura es una gran oportunidad, dada la abundancia de recursos
naturales en Latinoamérica que necesita ser transformada en productos con mayor
valor agregado.
Pero lo
que se necesita es que Latinoamérica pueda ofrecer e implementar planes para desarrollar
justamente industrias de mayor valor agregado. China ha ofrecido colaborar en
el establecimiento de esas industrias. Por ejemplo en la visita que el Premier
Li Keqiang realizó a 4 países de Latinoamérica en mayo del 2015, en su estadía
en Brasil planteó el establecimiento de un fondo por 30 mil millones de dólares
para “promocionar la cooperación entre China y América Latina en capacidad de
producción y fabricación de equipamiento”.[3] Lo
que falta entonces es que los mismos países de Latinoamérica presenten
proyectos para utilizar ese dinero que el gobierno chino ha ofrecido.
El mismo
ofrecimiento ha sido hecho por el Presidente Xi Jinping cuando visitó 3 países
de Latinoamérica en Noviembre del 2016. Esta es la tercera visita a la región
del Presidente chino desde el 2013, lo que demuestra la creciente importancia
que China asigna a Latinoamérica. En su discurso por ejemplo en el foro APEC en
el Perú Xi Jinping afirmo que China seguirá una política de apertura al
comercio y las inversiones, en un ambiente donde EE.UU. con la elección de
Trump parecía iba a tomar el camino opuesto. Ofreció también en su viaje a
estos tres países colaborar con Latinoamérica en el desarrollo de su
infraestructura y desarrollo de sus industrias.[4]
El mismo interés
de China por desarrollar una relación de cooperación con la región se ve cuando
publicó a fines de noviembre del 2016 el “Segundo Documento sobre la Política
de China hacia América Latina y el Caribe”. Este documento, que sigue al
primero publicado en el 2008, establece en forma detallada la visión de China para
alcanzar una mayor y más beneficiosa relación con la región en todas las áreas:
política; económico-comercial; social; cultural y humanística; coordinación
internacional; de la paz, la seguridad y la justicia; cooperación en conjunto;
y cooperación tripartita.[5]
Son ocho áreas donde China tiene muy en claro lo que quiere con Latinoamérica.
Pero como sabemos en Latinoamérica no se tiene una visión conjunta sobre el
tema, con diferencias entre los países. Lo que se debe hacer aquí es dinamizar
el foro China-CELAC, para que se trabaje en forma conjunta los temas de interés
para ambas partes.
En todo
caso, con la negativa de EE.UU. a firmar el Acuerdo Transpacífico, TPP, y el
proteccionismo que implementará EE.UU., lo que hará que se cierre al mundo,
China ha dicho que promoverá el libre comercio y las inversiones. Ya tiene
Tratados de Libre Comercio (TLC) con Chile, Costa Rica y el Perú y se debe
promover más acuerdos. Uruguay ha dicho por ejemplo que quiere un acuerdo con
China. Esto es muy interesante pues tradicionalmente el MERCOSUR, el bloque que
agrupa a Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, y Venezuela, ha sido muy
proteccionista y enemigo de los TLCs, frente por ejemplo al bloque de la
Alianza del Pacifico, conformado por Colombia, Chile, Perú, y México, muy
activo en la firma de TLCs y que busca un mayor acercamiento con China.
En resumen,
China y Latinoamérica tienen intereses comunes, pues Latinoamérica necesita
tecnología, capital y mercado para sus productos, que China puede ofrecer, y
China necesita recursos naturales y un lugar donde sus empresas pueden
invertir, que la región puede ofrecer. Además la rápida forma como China ha
crecido y se desarrolla puede servir de lección para la región.
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