martes, 3 de mayo de 2022

Sobre la crisis política en el Perú: ¿Un callejón sin salida?

 


El Perú enfrenta un escenario político complicado, donde cada día parecen haber sorpresas. La oposición ha intentado dos veces ya vacar al presidente de la República Pedro Castillo, en el gobierno desde julio del 2021, y por su parte el gobierno, de boca de algunos de sus voceros, ha amenazado con disolver el Congreso. Lo ultimo ahora es la insistencia de parte del gobierno de llamar a un referéndum para que se elija una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución de la Republica de 1993, que la oposición ve como una medida para permitir perpetuarse en el poder, como lo hizo Hugo Chávez y Nicolas Maduro.

La inestabilidad política no es nueva. En los últimos 4 años el Perú ha tenido 5 presidentes. En marzo del 2018 renuncio Pedro Pablo Kuczynski (que había asumido el gobierno en julio del 2016), antes de que sea sometido a un proceso de vacancia por el Congreso, y días después de haberse salvado de un primer proceso de vacancia. Fue remplazado por su vicepresidente Martin Vizcarra, quien disolvió el Congreso en setiembre de 2019, eligiéndose uno nuevo en enero del 2020. Este nuevo Congreso vaco a Vizcarra el 9 de noviembre de 2020, en un segundo intento. En su remplazo el Congreso nombro al que era presidente de esta institución, Manuel Merino el 10 de noviembre, pero este tuvo que renunciar el 15 de ese mes ante la oposición popular, nombrándose a otro congresista, Francisco Sagasti, que estuvo en el poder hasta julio del 2021 en que asumió el gobierno Pedro Castillo.

La elección que gano Castillo, en segunda vuelta, fue bastante controversial, pues se impuso ajustadamente, y ante acusaciones de fraude de la candidata perdedora, Keiko Fujimori. Castillo, un profesor de un colegio primario en una provincia del norte del Perú y sin ninguna experiencia en un cargo público, fue elegido candidato de un partido político que nunca había participado en una elección presidencial. Ese partido, Perú Libre, es liderado por un médico, Vladimir Cerrón, que fue gobernador regional y ha sido condenado por corrupción por sus acciones cuando fue gobernador de una región en el centro del Perú. Este partido propugna ideas socialistas, y Cerrón, con la cúpula del partido, es admirador de los regímenes de Cuba y Venezuela.

El problema principal, y que explica la inestabilidad política, es la precariedad del sistema de partidos políticos en el Perú. En las elecciones de abril del 2021, en que Castillo fue elegido en primer lugar para disputar después una segunda vuelta, varios de los partidos que más obtuvieron votos nunca habían participado en una elección presidencial. En el Congreso unicameral de 130 representantes, el que saco mayor votación fue Perú Libre, que coloco solo 37 congresistas, seguido de Fuerza Popular de Keiko Fujimori, con 24 congresistas, luego viene Acción Popular, el partido más antiguo en el Congreso, con casi 60 años de fundado, que coloco 16 congresistas, luego esta Alianza para el Progreso, partido que desde hace 16 años participa en elecciones generales y que coloco 15 congresistas, después está el partido Avanza País, que participo en una elección general el 2006, pero perdió su inscripción al obtener pocos votos, y el 2021 participo otra vez y puso 10 congresistas, y el partido Renovación Popular, partido nuevo que obtuvo 9 escaños.

En total obtuvieron escaños en el Congreso 10 partidos, lo que habla también de la atomización de las fuerzas políticas. Aparte de Perú Libre, Avanza País y Renovación Popular, partidos nuevos con representación en el Congreso, están también otros dos partidos políticos que recién participaron en una elección presidencial el 2021, el partido Podemos Perú, que obtuvo 5 escaños, y el Partido Morado, con solo 3 escaños. Es interesante ver que de los últimos 6 presidentes que gobernaron el Perú hasta la elección de Pedro Pablo Kuczynski en el 2016, como Alberto Fujimori, Valentín Paniagua, Alejandro Toledo, Alan García, y Ollanta Humala, y el mismo Kuczynski, los partidos de Toledo, García, Humala, y Kuczynski prácticamente desaparecieron del escenario político en las elecciones del 2021 por el poco apoyo popular obtenido (elecciones en que el partido de Toledo y de García no participaron)[1].

Los partidos son frágiles y se dividen fácilmente, con congresistas que tienen poca lealtad al grupo político al que fueron elegidos. De hecho, a menos de un año del Congreso en funciones desde el 2021, ya el partido de gobierno perdió 3 congresistas que se fueron a formar otra bancada (aunque generalmente votan en el mismo sentido que el partido de gobierno), y también algunos congresistas de otros partidos han formado grupo aparte[2]. En general muchos congresistas postulan por un partido solo con la intención de llegar al poder y pueden en la siguiente elección cambiar de partido. Y a varios partidos políticos se les considera “vientres de alquiler”[3], pues se prestan para que un candidato a la Presidencia postule, y en la siguiente elección puede ser otro candidato que postule, incluso de posiciones ideológicas opuestas. El caso más puntual es del partido Avanza País, que postulo en las elecciones del 2021 a Hernando de Soto, un candidato conservador, cuando el 2006 postulo a la Presidencia a Ulises Humala, un candidato radical de izquierda.    

El otro problema y causa de la inestabilidad política es la corrupción. La clase política en el Perú está muy desprestigiada. Todos los presidentes, desde Alberto Fujimori, hasta el actual Pedro Castillo (con la excepción de Paniagua y Sagasti que gobernaron brevemente remplazando a presidentes vacados) tienen serias acusaciones de corrupción y varios de ellos están condenados o enjuiciados. Fujimori fue condenado a la cárcel, Toledo está preso en EE. UU. y en proceso de extradición al Perú, García se suicidó antes de ser enjuiciado, Ollanta estuvo preso y está en proceso judicial, Kuczynski estuvo en prisión domiciliaria, y Vizcarra está en un proceso judicial. Castillo tiene serias acusaciones de corrupción, con sus sobrinos cercanos a él, que frecuentaban Palacio de Gobierno, acusados de encabezar una red de corrupción. Ellos están prófugos de la justicia, y también varios dirigentes del partido gobernante están acusados de corrupción.

Y la corrupción es generalizada. Tanto el gobierno como la oposición están desacreditados. Por ejemplo, de los 25 gobernadores regionales, que representan a diversos partidos políticos, 22 están investigados por corrupción y algunos presos o prófugos de la justicia[4].  

La situación política inestable tiene visos de continuar y no hay solución a la vista. Dado el abierto enfrentamiento de la mayoría del Congreso con el gobierno, y dado que el Congreso no puede vacar al presidente pues la oposición no reúne los 87 votos necesarios pare ello, se plantea por algunos como una salida al impasse político unas nuevas elecciones generales. Pero el gobierno no lo va a convocar pues el partido de Castillo quiere quedarse en el poder, mas ahora cuando hay serias acusaciones de corrupción en su contra.  Y tampoco en el Congreso se reúnen los votos necesarios para ello pues muchos congresistas no quieren acortar su mandato. Y aunque haya elecciones generales nada asegura que el nuevo Congreso y presidente elegido sean mejor que el actual, y es probable que la atomización del sistema político continue.                               

 

                                                                                                            Lunes 2 de mayo del 2022  

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