Hace casi
dos meses China hizo noticia en el futbol cuando el jugador brasileño de 25
años Oscar, se trasladó al club chino Shanghai SIPG que pago por su pase 60
millones de libras esterlinas[1],
unos 74.6 millones de dólares. Semanas después el jugador argentino Carlos
Tèvez, de 32 años, también llego a China para unirse al Shanghai Shenhua, un
rival del Shanghai SIPG, ambos clubes de la Super Liga de China. Se dice que Tèvez ganara unos 760 mil dólares a la semana, en un contrato de dos años en China.
Su equipo original, el Boca Juniors, se dice recibió 17.4 millones de libras
esterlinas por el pase.
Los chinos
están invirtiendo en todo en el futbol, trayendo jugadores y entrenadores extranjeros,
estableciendo academias de futbol con equipos extranjeros como la Academia de
Futbol del Club Barcelona que se establecerá este año en Hainan[2], que
le sigue a la Academia que el Real Madrid estableció antes en Guangdong, que
acomoda a 2 mil estudiantes y es la academia de futbol más grande del mundo.
China planea tener para el año 2025 unas 5 mil academias y escuelas de futbol,
para elevar su nivel competitivo. Actualmente China está en el puesto 86 del
ranking de futbol en el mundo[3], a
pesar de que es un país que tiene la quinta parte de la población mundial.
Se dice que
desde comienzos del 2015 China ha gastado 4 mil millones de dólares comprando
equipos de futbol o invirtiendo en activos relacionados al futbol en Europa,
como en el Inter de Italia o el AC Milan, o en el Manchester City de
Inglaterra.[4]
Lo que hace
China con el futbol, es parte, como
muchas cosas en ese país, de un plan que tiene para posicionarse como
una potencia futbolística. Esto ha recibido un espaldarazo dada la gran afición
que por el futbol tiene el actual Presidente chino Xi Jinping.
China no
tiene una tradición de jugar futbol, donde en cambio el basquetbol es muy
popular. Pero la nueva afición de los chinos por el futbol tiene que ver con el
hecho de que es un gran negocio, sino basta mirar las millonarias sumas que
manejan los clubes españoles Real Madrid y Barcelona, que son muy admirados en
China. Por eso tratan de atraer jugadores de las grandes ligas del mundo. Se
dice incluso que el mismo Lionel Messi estuvo tentado por el club chino Hebei
China Fortune que le ofreció un contrato a 5 años y que le pagaría 100 millones
de libras esterlinas al año libre de impuestos (unos 615 millones de dólares en
total en los 5 años), algo que Messi no acepto pero los chinos tienen la
esperanza de que acepte cuando termine su contrato con el Barcelona el 2018[5].
En todo caso los dos jugadores mejor pagados del mundo están ahora en China,
Oscar y Carlos Tèvez. El brasileño gana 400 mil libras esterlinas por semana y
el argentino unos 615 mil libras por semana (el tercero mejor pagado es
Cristiano Ronaldo, que gana unos 315 mil libras esterlinas por semana en el Real
Madrid).[6]
Los negocios
como los españoles lo saben bien, no está solo en las entradas al estadio sino
principalmente en los enormes derechos por trasmisión por TV que reciben.
Imaginemos esto en un mercado como China, que por sí solo tiene casi 1.4 mil
millones de población.
Se dice que
China invento el futbol, allá por los siglos 2 y 3 de nuestra era[7], donde
la primera pelota fue de cuero llena de plumas y pelos. Marco Polo incluso
menciono este juego en sus crónicas de su viaje a China. Aunque fueron los
ingleses los que organizaron el deporte en su forma contemporánea en 1863.
China solo
participo en un mundial de futbol, en el 2002, donde perdió los tres partidos,
no metió ningún gol y recibió 9 goles quedando en el penúltimo lugar. Tampoco
ha ganado la Copa Asiática, quedando subcampeón dos veces, en 1984 y el 2004,
en una región donde Corea y Japón son potencias futbolísticas.
China
seguirá invirtiendo en el futbol y traerá jugadores y entrenadores extranjeros.
Pero en los últimos meses el gobierno chino ha dado la voz de alerta
advirtiendo a los clubes que no gasten dinero en forma irracional. Esto tiene
que ver con el hecho también de que en el último año se ha acelerado la salida
de capitales de China, perdiendo bastante reservas internacionales y
depreciándose su moneda. Un férreo control de capitales desacelerara la
vorágine compradora china en el extranjero de activos futbolísticos.
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