jueves, 2 de marzo de 2017

China y el Futbol


Hace casi dos meses China hizo noticia en el futbol cuando el jugador brasileño de 25 años Oscar, se trasladó al club chino Shanghai SIPG que pago por su pase 60 millones de libras esterlinas[1], unos 74.6 millones de dólares. Semanas después el jugador argentino Carlos Tèvez, de 32 años, también llego a China para unirse al Shanghai Shenhua, un rival del Shanghai SIPG, ambos clubes de la Super Liga de China. Se dice que Tèvez ganara unos 760 mil dólares a la semana, en un contrato de dos años en China. Su equipo original, el Boca Juniors, se dice recibió 17.4 millones de libras esterlinas por el pase. 
Los chinos están invirtiendo en todo en el futbol, trayendo jugadores y entrenadores extranjeros, estableciendo academias de futbol con equipos extranjeros como la Academia de Futbol del Club Barcelona que se establecerá este año en Hainan[2], que le sigue a la Academia que el Real Madrid estableció antes en Guangdong, que acomoda a 2 mil estudiantes y es la academia de futbol más grande del mundo. China planea tener para el año 2025 unas 5 mil academias y escuelas de futbol, para elevar su nivel competitivo. Actualmente China está en el puesto 86 del ranking de futbol en el mundo[3], a pesar de que es un país que tiene la quinta parte de la población mundial.
Se dice que desde comienzos del 2015 China ha gastado 4 mil millones de dólares comprando equipos de futbol o invirtiendo en activos relacionados al futbol en Europa, como en el Inter de Italia o el AC Milan, o en el Manchester City de Inglaterra.[4]    
Lo que hace China con el futbol, es parte, como  muchas cosas en ese país, de un plan que tiene para posicionarse como una potencia futbolística. Esto ha recibido un espaldarazo dada la gran afición que por el futbol tiene el actual Presidente chino Xi Jinping.
China no tiene una tradición de jugar futbol, donde en cambio el basquetbol es muy popular. Pero la nueva afición de los chinos por el futbol tiene que ver con el hecho de que es un gran negocio, sino basta mirar las millonarias sumas que manejan los clubes españoles Real Madrid y Barcelona, que son muy admirados en China. Por eso tratan de atraer jugadores de las grandes ligas del mundo. Se dice incluso que el mismo Lionel Messi estuvo tentado por el club chino Hebei China Fortune que le ofreció un contrato a 5 años y que le pagaría 100 millones de libras esterlinas al año libre de impuestos (unos 615 millones de dólares en total en los 5 años), algo que Messi no acepto pero los chinos tienen la esperanza de que acepte cuando termine su contrato con el Barcelona el 2018[5]. En todo caso los dos jugadores mejor pagados del mundo están ahora en China, Oscar y Carlos Tèvez. El brasileño gana 400 mil libras esterlinas por semana y el argentino unos 615 mil libras por semana (el tercero mejor pagado es Cristiano Ronaldo, que gana unos 315 mil libras esterlinas por semana en el Real Madrid).[6]
Los negocios como los españoles lo saben bien, no está solo en las entradas al estadio sino principalmente en los enormes derechos por trasmisión por TV que reciben. Imaginemos esto en un mercado como China, que por sí solo tiene casi 1.4 mil millones de población.
Se dice que China invento el futbol, allá por los siglos 2 y 3 de nuestra era[7], donde la primera pelota fue de cuero llena de plumas y pelos. Marco Polo incluso menciono este juego en sus crónicas de su viaje a China. Aunque fueron los ingleses los que organizaron el deporte en su forma contemporánea en 1863. 
China solo participo en un mundial de futbol, en el 2002, donde perdió los tres partidos, no metió ningún gol y recibió 9 goles quedando en el penúltimo lugar. Tampoco ha ganado la Copa Asiática, quedando subcampeón dos veces, en 1984 y el 2004, en una región donde Corea y Japón son potencias futbolísticas.
China seguirá invirtiendo en el futbol y traerá jugadores y entrenadores extranjeros. Pero en los últimos meses el gobierno chino ha dado la voz de alerta advirtiendo a los clubes que no gasten dinero en forma irracional. Esto tiene que ver con el hecho también de que en el último año se ha acelerado la salida de capitales de China, perdiendo bastante reservas internacionales y depreciándose su moneda. Un férreo control de capitales desacelerara la vorágine compradora china en el extranjero de activos futbolísticos. 









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